Identidades en la sociedades contemporaneas
Enviado por mondoro • 15 de Noviembre de 2017 • 2.663 Palabras (11 Páginas) • 513 Visitas
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Otra característica la de la política de la modernidad líquida es que el Estado puede prescindir de la movilización ideológica de sus súbditos y de la participación de los ciudadanos. Bauman llama a esto “política de incertidumbre” que consiste en la manipulación de la confianza.
Se señala la progresiva desresponzabilzación de los poderes públicos y las grandes corporaciones, a la vez que el peso de la responsabilidad se desplaza sobre los individuos, construyendo una ilusión de que cada cual controla su destino a base de practicar la reflexibilidad. Con este desplazamiento, “desde la conciencia pública a la responsabilidad privada, la movilización de los ciudadanos que se han transformado en “sujetos de riesgo” se hace más y más difícil”.
Según la postmodernidad, todos comenzamos a amplificar la autodefensa, así, se produce un espejismo colectivo, donde la gente cree que cuidando su salud disminuye el riesgo de morir. El hombre es la única criatura que sabe que va a morir. Mortalidad e inmortalidad son “estrategias de vida” que se han practicado a lo largo de la historia y que canalizan el terror a la muerte. La postmodernidad des-construye la inmortalidad, suprimiendo la muerte, busca la trascendencia por otros medios. “Se trata de vivir más que los demás, que se dividen en quienes amenazan y quienes mantienen mi supervivencia”.
La construcción de mortalidad que se maneja en la postmodernidad consigue que la gente crea que se muere por una causa individual que se puede mantener a raya.
Sumergidos en esta estrategia de negación a la muerte, el individuo contemporáneo abraza la industria de la salud y una sociedad progresivamente medicalizada y psicologizada, algo que enlaza con la “política de la vida”.
Bauman critica la estrategia propia de una sociedad individualizada, cada vez más incapaz de unir lo privado y lo público.
Dos conceptos importantes: el espacio público y la política de la vida
1. El espacio público (ágora), donde los individuos intercambian asuntos públicos y privados es pulverizado por la globalización. En la modernidad sólida era el lugar de trabajo, la fábrica. Ahí los hombres se sentían conjuntamente oprimidos, y sus problemas se traducían en acciones colectivas. En la modernidad líquida, el ágora es sinónimo de la sociedad civil, o espacio social. Son los "no lugares" como centros comerciales, aeropuertos, supermercados, las ciudades modernas. Espacios donde hay mucha gente pero sin interacción.
Uno de los lugares del ágora son los llamados "reality show". Los participantes se "confiesan" en público. Los diversos sectores de la sociedad se identifican con unos y con otros. Reconfirman la individualidad.
2. De la política de los principios (modernidad sólida) se pasa a la política de la vida
Se contrapone a la política emancipatoria de la Ilustración y de la Revolución Francesa. Es una política no de liberación sino de elección. No es ya crear oportunidades de vida sino disfrutar estilos de vida. Hábitos de vestir, comer, actuar, encontrarse en los mismos lugares, formas de consumo. Esta política es una muestra del protagonismo de los asuntos particulares en la esfera social. Lo individual por encima de lo comunitario.
Se presenta de tres maneras:
a) Las nuevas tribus
Especialmente grupos de jóvenes. Expresan la contingencia de la modernidad líquida. Están en un constante flujo. Tienen una existencia transitoria. Para pertenecer, no hay muchas reglas ni procedimientos.
b) Comunidades percha
Son llamadas así porque su objeto, fácilmente sustituible, se cuelga enseguida de otra percha. Son comunidades de "no pertenecientes". Son uniones de solitarios que experimentan el vínculo instantáneamente sin compromiso a largo plazo. Ejemplos: club de fans de un artista, movimientos antiguerra. Desaparece el objeto que los une, desaparece la comunidad.
c) El nacionalismo
Responde a la necesidad de encontrar un refugio de pertenencia más allá del "gregarismo sin consecuencias" de las comunidades percha. La nación es una entidad mayor que el individuo y cobija a éste. Es la forma que reviste la nostalgia de la comunidad para contrarrestar la incertidumbre de la modernidad líquida. Se sostiene en la recuperación institucional de una tradición y lenguaje comunes.
Fundamentalismo provee identidad nacional que confiere un renovado sentido de pertenencia. Se origina a la ilustración entre la tradición republicana del estado como nación y por otro lado, la tradición del romanticismo alemán de la nación como cultura. La primera supone una asignación de ciudadanía por elección. La segunda aparece como una asignación primordial. Pero esto no resuelve nada o, si lo hace, apunta a que la identidad republicana deja paso en el tiempo a la nación.
El nacionalismo es la reacción a la contingencia generalizada, al escepticismo postmoderno y luego líquido. Entre sus rasgos principales esta el secuestro de la heterofobia es decir, el miedo al extraño movilizado al servicio del Estado.
Bauman critica el nacionalismo porque lo que queda de la política de los principios está atravesado de luchas intercomunales que no recrean el espacio público: la postmodernidad tiene dos caras: por una parte, la furia sectaria de la afirmación neotribal, el surgimiento de la violencia como instrumento principal de la construcción de orden, la búsqueda febril de verdades caceras que esperan llenar el hueco del ágora desierta. Por otra parte esta la negligencia de los antiguos rethores del ágora para juzgar, discriminar y elegir.
Bauman cree que lo que el nuevo orden necesita es, precisamente, estados débiles, no una política autónoma. El auge del nacionalismo en Europa corre paralelo a la globalización. Bauman insiste en que, para describir la globalización, seria mejor hablar de la política de consecuencias distantes, siempre resultantes de decisiones políticas en las que no interviene los ciudadanos. O lo que es lo mismo, que es necesario separar las consecuencias no intencionadas, características ce la globalización, de la posibilidad de controlarlas.
La globalización tiene su propio modo de hacer las guerras: las guerras se improvisan y deben de durar poco. Las poblaciones ya no se consideran víctimas, son mero efectos colaterales, casi siempre invisibles,
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