La adolescencia. ENCONTRANDOME

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A mi punto de vista es necesario poner en el adolescente vital importancia en lo que el requiere manifestar, sin embargo bien se sabe que al adolescente le es difícil emitir su opinión a un adulto, porque éste va a estar a la defensiva con él ya que el no hacerlo lo orillamos a que se sienta fracasado y excluido, esto podría conducirlo a una acción negativa, como robar u algún otro acto delictivo esto lo hacen para llamar la atención, como ya he manifestado anteriormente el adolescente tiene una despersonalización que lleva a su falta de carácter, esto lo lleva a comparaciones luminosas con la realidad, todo esto explica la inestabilidad afectiva del adolescente, parece no importarle lo que los demás sienten, se enamoran y desenamoran de un día para otro, son intermitentes viven con intensidad, al no elaborar adecuadamente el duelo por el rol infantil surgen conductas psicopáticas de desafecto y crueldad con el objeto, esto logra generar una irresponsabilidad, no obstante éste no termina de tener duelos importantes el duelo por los padres de la infancia viene a ser uno de los puntos cruciales en el niño que va se está convirtiendo en adolescente para llegar a ser adulto, a mi parecer todos los duelos que el adolescente vive son de suma importancia porque van a formar la identidad de él.

Considero que es importante la comunicación con el adolescente para que éste se acepte a sí mismo. Según Aberastury (1988), “un buen desarrollo, la aceptación de la vida conduce a una aceptación de la muerte como un fenómeno dentro de la evolución lleva a una mayor capacidad de amor y de goce y a una mayor estabilidad de logros”. (p. 123).

El duelo por los padres de la infancia a los que tercamente trata de retener en su lugar de confort buscando el refugio y la protección que ello significan. “La relación con los padres cambia así adquiriendo ésta la característica de la relación de objeto adulta”. (ibíd, p.126). Sin embargo bien se sabe que el adolescente tiene temor de perder a esos padres de su infancia porque ellos lo proveen de lo necesario y no tiene que hacer nada más para obtenerlo, además lo llega a idealizar, al crecer deduce que va a tener nuevas responsabilidades así que comienza una lucha interna con su desarrollo tanto físico como intelectual, ese es el comienzo del duelo, él se aferra a la comodidad que sus padres le brindan sin embargo, le emociona la posibilidad de ser adulto, con los sentimientos encontrados de miedo y entusiasmo. Este duelo se va dejando poco a poco y con dificultades.

A mi parecer en este período no hay crecimiento si no se da un choque y enfrentamiento con la autoridad (padres). Pero esto significa pérdida de protección y seguridad y en su soledad, con la imagen infantil idealizada de los padres ahora derribados, el joven necesita depositar su ideal en otra persona, es aquí cuando buscan amigos de su misma edad o personas que según él lo entiende más que sus padres.

Los duelos incompletos o no llevar a cabo alguno de estos provocarán fijaciones o exageraciones de estos procesos, mediante un tratamiento psicoanalítico pueden ser modificados.

En estos duelos que el adolescente vive cabe mencionar que los padres también sufren el duelo por el comienzo del envejecimiento y por el hijo infantil perdido. Aberastury dice:

No solo el adolescente padece este largo proceso sino que los padres tienen dificultades para aceptar el crecimiento a consecuencia del sentimiento de rechazo que experimentan frente a la genitalidad y a la libre expresión de la personalidad que surge de ella. Esta incomprensión y rechazo se encuentran muchas veces enmascaradas bajo la otorgación de una excesiva libertad que el adolescente vive como abandono y que en realidad lo es. (p.125)

Los padres no deben esconderse, tienen que operar como un defensa para el adolescente que los enfrenta. Los padres no pueden dudar, la duda es del adolescente. Pero cuando los padres no resisten, huyen del rol adulto y entran a jugar de amigos (que por otro lado es más fácil) o se vuelven verdugos y súper exigentes, actitud que tampoco será útil ni razonable en el tiempo

Los padres también sienten el rechazo de sus hijos en esta etapa de transición difícil y dolorosa para ellos, cuando el adolescente se presenta como varias personas es una combinación de varios cuerpos e identidades el padre no sabe cómo afrontar este cambio, es ahí cuando el concluye que otorgar todo lo que el adolescente quiere es lo más sano, cae en un error muy grande, ya que esto solo servirá para darle rienda suelta a él a hacer lo que quiere y a ser abandonado por ellos.

En la práctica realizada en el adolescente me encontré con un sujeto con excesiva libertad hace lo que quiere y le place, a mi conclusión de dicha práctica como dice Aberastury es un adolescente con mucho abandono ya que éste sale y llega a la hora que quiere sin que los padres digan nada y si lo regañan al otro día hace lo mismo y pasa desapercibido lo del día anterior. Si este adolescente no es atendido adecuadamente por sus padres es probable que caiga en una psicopatía, Aquí remarca el abandono del cual habla la autora de “La adolescencia normal”.

En conclusión considero que el adulto tiene y debe poner atención y comprender al adolescente y así facilitará la labor de su evolución de llevar bien sus duelos para encontrar su identidad y gozarla en todos sus entornos para elaborar una personalidad feliz y sana. Por el contario, constantemente se proyectará en el adolescente las ansiedades y patología del adulto y se originará una crisis de oposición general, que dificulta el proceso de avance y no permite la satisfacción efectiva de la personalidad.

Termino con un párrafo de Aberastury que dice: La adolescencia es un momento crucial en la vida del hombre y necesita una libertad adecuada con la seguridad de normas que le vayan ayudando a adaptarse a sus necesidades o a modificarlas, sin entrar en conflictos graves consigo mismo, con su ambiente y con la sociedad.

Los adolescentes estarán siempre, los adultos somos los que podemos ayudar y guiarlos para una vida mejor y feliz.

Referencias.

Aberastury. A (1988), Adolescencia Normal. Paidós, México.