La pérdida de la libertad

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O bien, mediante una extinción de conductas inadecuadas que puede ser mediante refuerzos de castigos o premios, es decir, aplicando un programa de modificación conductual.

La libertad supone una capacidad infinita de elección pero cuando nos referimos a la libertad humana ésta se limitada. Cuando tomamos una decisión, lo hacemos dentro de un campo restringido de posibilidades influido por factores internos y externos. La libertad es entonces para el hombre un bien a alcanzar. Y aquí recae la autodeterminación y la responsabilidad; y volviendo al concepto, antes mencionado, “de qué” y “para qué”, es fundamental que para que el ser humano se encuentre bien psicológicamete debe estar satisfecho respecto a quién es: autoestima, autoconcepto, identificar sus emociones, tener clara sus metas en la vida; de esta manera tener dominio de nosotros mismos y de nuestra vida. Por lo tanto, más que intervenir sobre la psicopatología una vez instaurada, es necesario abordarlo desde mucho antes mediante procesos de prevención y promoción, tanto en niños como jóvenes, adultos y adultos mayores. Y para esto es fundamental la aceptación de quienes somos y la libertad que conlleva el sentirme quien soy; entregar herramientas que permitan a los individuos conocerse, aceptarse, respetarse y empoderarse. Como menciona Viktor Frankl, “tener un sentido de vida, un para qué” o como dice F. Nietschze “quién tiene un para qué puede soportar cualquier cómo”.

Bibliografía

Amado, Georges. “Fundamentos de la psicopatología”. Ed: Gedisa. 1985.

Aristóteles, La política, trad. De Pallí Bonet, Julio, España, Bruger, 1974, pp.78.

Capponi, M. Ricardo; “Psicopatología y Semiología Psiquiátrica”. Cap. 2.

Rogers, Carl R. “Orientación psicológica y psicoterapia” Tercera Edición. Madrid: Ed. Narcea. 1964.

Frankl. Viktor E., “El hombre en busca del sentido”, 1985.