Pedofilia en el mundo

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En un plano diferente, pero de gran interés para las intervenciones psicofarmaobiologicas y/o psicoterapéuticas en pedófilos, está el de la epidemiologia de este trastorno, cuya prevalencia en la población general se ignora, de ahí que distintos estudios recientes traten de identificar rasgos estables y dinámicos de pedófilos que antes de diagnosticarse trabajaban con niños, cotejándose esto con otros abusadores sexuales carentes de tal experiencia, y es que a falta de ítems que identifiquen un potencial pedófilo, vinculada según criterios del MSD-IV-TR (APA 2000) a la recurrencia de fantasías, impulsos y/o conductas que impulsen actividad sexual con niños pre púberes o algo mayores, comúnmente de trece años a menos, durante al menos seis meses, es difícil elaborar un diagnóstico, pobremente apoyado si solo contamos con datos clínicos aislados.

Vinculado con ello, conviene también señalar las diferencias entre sexos que hay al elegir como objeto sexual al niño, más acentuadas en hombres que mujeres, lo que a nuestro entender cabria explicar por factores socioculturales, y aun cuando la tolerancia cero hacia la pedofilia y por ende al abuso sexual infantil ha afectado hondamente en los distintos entornos sociales, que unánimemente condenan tales conductas.

Marco teórico

De alguna manera la sociedad chilena se ha conmocionado por el abuso de menores, incluyendo la pedofilia, una realidad que chile se negaba a aceptar. En la discusión del tema se advierte una ausencia de participación médica, tanto en los medios de comunicación como en el trámite parlamentario de la que sobre la pedofilia o ante el proyecto que propuso la castración para los pedófilos.

El DSM (diagnostic and statistical manual of mental disorders) define la pedofilia como un impulso recurrente, urgente a excitarse con fantasías o acciones que involucran; 1. Objetos no humanos, 2.sufriri o inferir humillación o daño a uno mismo o a su pareja sexual, 3. Dirigirse a niños o a personas que no consienten esta conducta. Debe existir al menos por 6 meses, en forma permanente o episódica y se actúa claramente fuera las prácticas sexuales socialmente aceptadas, llamadas antiguamente perversiones sexuales, hoy parafilias.

La parafilia, palabra formada por el prefijo para (al lado de lo normal) y la philia (amor), ocasiona riesgos y sufrimientos a quien la realiza y daña severamente al otro afectado, especialmente cuando es niño.

La mayoría de las parafilias ocurren en hombres, con excepción del masoquismo, existiendo varios tipos: exhibicionismo, voyeurismo, fetichismo, travestismo, sadismo, masoquismo, pedofilia etc.

La pedofilia se refiere a una parafilia en la que hay una atracción sexual intensa, urgente, recurrente, por los niños, existiendo casi exclusivamente apetito sexual y excitación incontrolables por los menores a trece años.

El pedofilico utiliza la seducción, violencia, (incluyendo violación y riesgo de muerte) remunerar al menor para conseguí aceptación, induciendo| incluso a la drogadicción y alcoholismo.

Su curso puede ser permanente, manteniendo contactos con una o varias víctimas, o presentar periodos de abstinencia con episodios pedofilicos.

Considerando que muchos pedófilos niegan si conducta, se requiere tener un alto grado de sospecha y confiar en la información de los afectados.

Debe descartarse que hay otros desordenes psiquiátricos, retardo mental, trastornos orgánicos cerebrales, abuso de drogas, que lleven en forma secundaria a este problema. La pedofilia es generalmente un trastorno primario, que se presenta sin patología previa.

La alteración de una excitación sexual, se ha podido confirmar utilizando pletismografia peneana, y el registro de la erección, para constatar su desencadenamiento ante videos que muestran actividades pedofilicas con niños de uno o ambos sexos.