Resumen conferencia de Freud
Enviado por Eric • 5 de Enero de 2019 • 3.359 Palabras (14 Páginas) • 517 Visitas
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él notara su angustia y temores. Cuando después reprodujo ante el médico esas escenas, el afecto entonces inhibido surgió con violencia, como si se hubiera reservado durante todo ese tiempo, este síntoma estaba pendiente de alcanzar su máxima intensidad a medida que se acercaba a su causación, para desaparecer tras la completa tramitación de esta última.
Además se comprobó que el recuerdo de la escena traumática causada en el tratamiento, era ineficaz cuando no había una exteriorización afectiva. Estos afectos, que se representan como magnitudes desplazables, rigen la patogénesis y la curación. La enfermedad se origina porque los afectos desarrollados en las situaciones patógenas tenían bloqueada la salida normal; su origen consiste en que estos afectos aprisionados, son objetos de un uso anormal. En parte persistían como carga de la vida psíquica y fuentes de constante excitación; además tuvieron una transformación en inervaciones e inhibiciones somáticas anormales que conforman los síntomas físicos. Este proceso es la conversión histérica. Una parte de nuestra excitación anímica deriva por el camino de la inervación física, y su resultado es la “expresión de las emociones”. La conversión histérica exagera esa parte del decurso de un proceso anímico investido de afecto y corresponde a una expresión de las emociones más intensa, guiada por nuevas vías, de la emoción. Cuando un cauce se divide en dos canales, se producirá la elevación de nivel de uno de ellos, tan pronto como la corriente tropiece con un obstáculo en el otro.
Breuer mostro la importancia de los estados de conciencia en el proceso patológico. La enferma mostraba múltiples condiciones anímicas (estados de ausencia, confusión y alteración del carácter) junto a su estado normal. En este último no sabía nada de aquellas escenas patógenas, ni su relación con sus síntomas; había olvidado esas escenas, es decir destruyo la conexión patógena. Durante la hipnosis se lograba reevocar en su memoria esas escenas, cuando recordaban, los síntomas desaparecían.
La hipnosis nos acerco a la idea: que en un mismo individuo son posibles varios agrupamientos anímicos que pueden ser independientes entre sí, y atraer hacia sí alternativamente a la conciencia. En ocasiones se observan casos espontáneos de esta índole, que se llama doble conciencia. Cuando en esta escisión de la personalidad, la conciencia permanece ligada de manera constante a uno de esos dos estados, se lo llama estado anímico consiente, e inconsciente al separado de él.
En la"sugestión poshipnótica" el sujeto, lleva a cabo un mandato recibido en ella, tiene influencias que sobre el estado consiente puede ejercer en el inconsciente. Breuer acepto la hipótesis: que los síntomas histéricos surgían en los estados anímicos, que llamo estados hipnoides. Las excitaciones que se producen en los estados hipnoides se hacen patógenas, porque ellos no ofrecen las condiciones para un decurso normal de los procesos excitatantes. Así nace el síntoma, y este se eleva y penetra como un cuerpo extraño en el estado normal, al que le falta, el conocimiento sobre la situación patógena hipnoide. Donde hay un síntoma, se encuentra una amnesia, una laguna del recuerdo; y el llenado de esa laguna lleva la cancelación de las condiciones generadoras del síntoma.
Segunda conferencia:
Freud expone la definición de Janet de histeria: es una forma de la alteración degenerativa del sistema nervioso que se da a conocer mediante una endeblez innata de la síntesis psíquica. Afirma que los enfermos de histeria son desde el comienzo incapaces de cohesionar en una unidad la diversidad de los procesos anímicos, y por eso se inclinan a la disociación anímica.
Janet nos recuerda a una débil señora que ha salido de compras y vuelve a casa cargada con una montaña de cajas y paquetes. Sus dos brazos y sus manos no le bastan para dominar todo el cúmulo y entonces se le cae primero un paquete. Se agacha para recogerlo, y ahora es otro el que se le escapa. No armoniza bien con la supuesta endeblez anímica de las histéricas y puede observarse, que junto a los fenómenos de un rendimiento disminuido, surge un incremento parcial de su productividad, como forma resarcimiento.
Breuer uso el método catártico, que implicaba poner al enfermo en estado de hipnosis profunda, porque sólo en este estado encontró los nexos patógenos, que le faltaba en su estado normal. Su paciente había olvidado su lengua materna y dominaba muy bien el inglés, si se le presentaba un libro escrito en alemán, hacia una traducción intachable y fluida leyendo en voz alta.
Cuando aplique las ideas de Breuer, encontré otro punto de vista sobre el origen de la disociación histérica o escisión de conciencia. La hipnosis empezó a desagradarme, además cuando experimente que a pesar de mis empeños sólo conseguía hiponotizar a una fracción de mis enfermos, resolví no usarla más e independizarla del método catártico. Como no podía alterar a voluntad el estado psíquico de la mayoría de mis pacientes, me orienté a trabajar con su estado normal.
Retomé el experimento de Bernheim quién logro hacer que las personas recuerden los eventos que marcaron su pasado y los vuelven a vivenciar, con lo cual se podía restablecer el nexo entre los causantes de la enfermedad y los síntomas presentes del sujeto. Cuando indagaba por las vivencias sonámbulas, al comienzo aseveraban por cierto no saber nada; pero si él no desistía, si las esforzaba, en todos los casos volvían a acudirles esos recuerdos olvidados. Realice lo mismo con mis pacientes, cuando había llegado con ellos a un punto en que me decían no saber nada más, les aseguraba que lo sabían, que sólo debían decirlo, y me atrevía a sostenerles que el recuerdo justo sería el que les surga en el momento en que apoye mi mano sobre su frente. Así conseguía, sin usar la hipnosis, averiguar de los enfermos lo necesario para restablecer el nexo entre las escenas patógenas olvidadas y los síntomas que estas habían dejado como secuela. Este método era trabajoso y poco apropiado, pero lo use hasta llegar a las conclusiones definitivas. Corrobore que los recuerdos olvidados no estaban perdidos, se encontraban en posesión del enfermo y prontos a emerger, en asociación con lo sabido por él, pero alguna fuerza lo impedía, obligándose a permanecer inconscientes. La existencia de esta fuerza es indudable, pues uno registraba un esfuerzo correspondiente a ella cuando se empeñaba, oponiéndosele, en introducir los recuerdos inconscientes en la conciencia del enfermo. Se sentía la resistencia del enfermo, como una fuerza que mantenía el estado patológico. La resistencia
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