Si usted está enojado usted no es sencillo, si está lleno de dolor usted no puede amar a nadie..
Enviado por karlo • 11 de Abril de 2018 • 740 Palabras (3 Páginas) • 364 Visitas
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Si mi familia, mis parientes, mis antepasados o yo te hemos ofendido a ti, a tu familia, a tus parientes o a tus antepasados, con pensamientos, palabras, hechos o acciones desde el principio de nuestra creación hasta ahora, yo imploro tu perdón… deja que este perdón limpie, purifique y libere, todos los recuerdos, los bloqueos, las energías y las vibraciones negativas, y transforme estas energías indeseadas en luz pura…..
…. Y así es.
Sé el cambio que quieres ver en el mundo….
Lo que entre en vuestra boca no podrá contaminarnos; lo que sale de vuestra boca sí os contamina.
Jesús de Nazaret
Respiración HA
- Siéntate cómodamente, apoya las plantas de los pies en el suelo y pon la espalda recta.
- Inspira lentamente sin cambiar de posición contando hasta sieta.
- Contén el aire en los pulmones contando una vez más hasta siete.
- Exhala contando mentalmente otra vez hasta siete.
- Mantén vacíos los pulmones mientras cuentas de nuevo hasta siete.
- Repite el proceso entre siete y nueve veces.
Puedes unir también el dedo índice y el pulgar de cada mano, formando un círculo, y cruzarlos como el símbolo de infinito.
- Mantén esta posición a lo largo del proceso.
- Respira sin forzar, para no hiperventilar, lo que podría provocar mareo y malestar.
- Durante todo el tiempo, piensa en las palabras: Perdóname, lo siento, te amo, gracias.
Según el doctor Hew Len, este proceso puede eliminar incluso el estado de depresión.
Buscar la felicidad fuera de ti mismo es como intentar atrapar una nube con un lazo.
Paramhansa Yogananda
Libro la bibbia di rajineesh
Es sabio recordar el pasado y aprender de él. Pero es necio vivir en el pasado. Porque es un laberinto donde es fácil perderse.
Es sabio pensar en el futuro y prepararse para el mañana. Pero es necio vivir en el futuro. Porque ese también es un laberinto donde uno se pierde.
Y cuando uno se pierde, desperdicia lo más valioso: el propio ser.
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