Ensayo de fundamentos del cristianismo

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Un buen día, otro sabio dijo: “El segundo objetivo de la educación es formar mentes que puede ser críticas, que puedan verificar y no aceptar todo lo que se les ofrece. El gran peligro de hoy son los lemas, opiniones colectivas, las tendencias ya hechas de pensamiento. Tenemos que ser capaces de oponernos de forma individual, para criticar, para distinguir entre lo que está bien y lo de lo que no”.

Piaget, una figura célebre para la Psicología fue el autor de esta frase que a mi parecer es sumamente acertada. Cuando se refiere a que tenemos que ser capaces de poder tomar decisiones de manera individual, es decir, sin dejarnos influenciar por opiniones de otras personas. Para mí esto es otra forma acertada de definir a una persona madura intelectualmente.

Como vemos, la madurez implica muchas áreas, no solo física, sino también emocional, intelectual, social, y muchas otras. Las mismas se interelacionan entre sí, ya que a medida que aumenta otra crece a la par. Se dan de manera paralela, y como ya mencioné, las mismas se dan a lo largo de toda la vida.

Sin duda alguna, Dios nos hizo la tarea completa a los seres humanos, creándonos a su obra y gracia y dejando todo listo para que tuviéramos un desarrollo perfecto. Es realmente increíble como crecemos y a medida que lo hacemos todo se va dando de la manera perfecta en el momento indicado. La madurez es un proceso realmente impresionante, donde todo funciona de la manera adecuada.

En el mundo existen hombres y mujeres con ganas de vivir al máximo y desarrollarse de manera exponencial, conseguir sus metas, practicar sus creencias. Todas las personas somos distintas, realmente no existen dos personas que sean completamente igual (física, intelectual, etc.) pero si se puede decir que todos fuimos creados con el fin de vivir una vida plena y por un mismo creador.

No importa creencia, color, sexo; todos estamos en esta tierra con un propósito distinto y sin importar cuál sea, Dios está de nuestro lado.

Es un hecho que la gracia de Dios es lo que más perfecciona al hombre, pero la misma no tiene sentido alguno sin el hombre. Necesita un hombre maduro como tierra fecunda para que florezca la semilla. Sin esta base, todo se queda en buenos deseos y buena voluntad, pero nada más.

Hoy en día, más que nada los jóvenes, la sociedad tan avanzada en la que vivimos; le dan mucha importancia al hecho de “madurar” ya que piensan que cuando llega ese momento son más aptos para realizar ciertos actos: como tomar bebidas alcohólicas, fumar (ya sea drogar, cigarrillo), salir hasta altas horas de la noche, sexualidad, entre muchas otras cosas. La sociedad está muy precipitada a todos estos actos que mencioné y pierden lo que es realmente la esencia de la vida. Se enfocan más en esto que en cumplir metas, lograr ser alguien en la vida. Piensan que a una corta edad (18 años) ya tienen todo para ser lo que quieren; y lo cierto es que apenas están comenzando a vivir. La triste realidad es que la madurez humana cada vez se está tomando más para cosas innecesarias, irrelevantes en la vida, las personas no buscan un cometido, sino que tratan de imitar a los demás y se dejan llevar muchísimo por las apariencias.

Enfocándonos más en el tema de la madurez humana, pero tomando énfasis también en la madurez cristiana. Para mí la madurez cristiana es cuando una persona que cree en Dios, en la vida eterna, y en todas sus implicaciones; le haya un verdadero sentido a la vida a través de la espiritualidad. Un sentido que es más que todo un rumbo, un valor, una meta o un fin; algo concreto. Cuando intentamos hallar todas las respuestas a los problemas o situaciones, a través de nuestras creencias.

La madurez religiosa aparece como una forma de darle sentido y un vivir, que se desarrolla en el ser humano cuando ha recorrido su existencia, la misma nos ilumina dándonos una auténtica perspectiva de vida.

La religión opaca todo lo demás al existir, nos guía a lo largo de todo nuestro recorrido y nos propone distintos objetivos y un destino; es decir, es lo que nos orienta.

Esto no quiere decir que en el mismo no haya miedos o dudas, a lo largo del mismo vamos a transitar por muchos baches que nos harán dudar, pero siempre se encuentra la luz en la búsqueda. En la religión no hay certezas, hay esperanzas; no hay lógicas racionales, hay sentimientos. No hay argumentos para afirmar esto o aquello, hay experiencias personales, subjetivas, amasadas de emociones, de una forma de mirar la vida.

Varios autores coinciden en ciertos aspectos que la religiosidad madura tiene en concreto con la Psicología. Uno de ellos es la mirada unificadora de la vida (donde las personas consolidan tanto los elementos afectivos como los intelectivos para armonizar la información que proviene tanto del exterior como del interior), la fe con sentido crítico (las personas saben discriminar motivos inmaduros y fuentes provenientes de cualquier sitio), la fe heurística (relacionada al conocimiento científico, donde la fe funciona parecida a las hipótesis de mismo). La experiencia mística o espiritual (la fe madura implica un poco de trascendencia en el individuo, es decir, buscar más allá de lo tangible y permanecer en el tiempo), la apertura del yo hacía más amplias perspectivas (ampliar el yo hacia nuevas perspectivas, adoptar nuevas técnicas, la ética, teología personal), y por último la escala de valores (valores en equilibrio, una vida emocional estabilizada).

Para finalizar, hay que destacar el importante papel de la Psicología en los aportes a la madurez humana. Cabe destacar que distintos autores dieron sus perspectivas para con la madurez y desarrollaron los estadios que a su parecer eran los más convenientes. Tal es el caso de Erikson, quien desarrolló ocho estadios del desarrollo. En los cuales había que superar una cualidad previa para poder proceder al siguiente estadio de madurez, en este caso psicosocial. El desarrollo de un estadio previo era casi necesario para poder proceder a la siguiente.

Conclusión

Para concluir este trabajo y después de poder leer y nutrirme tanto de los temas de globalización, madurez humana y cristiana, cultura, etc., puedo decir que ya voy conociendo poco a poco sobre las raíces de la fe cristiana y de donde comenzó todo.

Tanto la cultura como la religión son dos aspectos que han afectado de manera impactante la sociedad hoy en día, y han dejado sus huellas.

Realmente fue muy interesante poder leer todo esto sobre este tema y conocer más sobre las raíces de mis