LA FE QUE LLEVA A LA SALVACIÓN

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MUERTE REDENTORA DE JESUCRISTO EN LA CRUZ

El amor de Dios hacia nosotros fue demostrado por Cristo con su muerte en la cruz. Todos los seres humanos somos pecadores y necesitamos del sacrificio redentor de Jesús para perdón de nuestros pecados.

Jesús al nacer de María por medio del Espíritu Santo su sangre no estaba contaminada con el pecado original porque en ningún momento el feto toma sangre de la madre, y mientras estuvo en esta tierra no cometió ningún pecado y todas sus pruebas las pudo vencer. Esto prueba que Jesús no tuvo pecado original y que su sangre nos limpia de todo pecado; el creer en Jesucristo no solo resolvió el problema del pecado, sino que solo nos libró de la maldición y de todos los problemas espirituales que teníamos. Este valioso cambio lo obtendremos cuando un pecador recibe a Cristo no importa que el para el mundo seamos inferiores o que la gente nos critique per para Dios somos lo más valioso del mundo.

LA RESURRECCIÓN DEL CUERPO DE JESUCRISTO

La resurrección de Jesús es un hecho histórico y verídico, porque la gente que lo vio nos lo transmitió este hecho a través de la historia.

Hay muchas personas que no creen que Jesús resucito, ni en la venida de Cristo en cuerpo, entonces no podemos decir que la persona es salva por que no puede ser justificada. Ser justificado significa recibir el perdón, recuperar la relación perdida con Dios. El motivo de la resurrección de Cristo es para justificarnos. Si no somos justificados, no podemos entrar al cielo.

La resurrección de Cristo tiene una estrecha relación con nuestra salvación.

Debemos incluir la confesión de la fe que es la salvación porque Jesús se fue junto al Padre y se

Convirtió en sumo sacerdote, fuimos salvados. La llegada del Espíritu Santo como fuego en el día de pentecostés es prueba de que Cristo dio con su sangre el sacrificio perfecto y que Dios lo recibió con agrado.

“USTED RECIBE LA SALVACIÓN SI CONFIESA Y CREE EN JESUCRISTO”

Se recibe la salvación cuando se cree con el corazón, se confiesa con la boca, esa es la promesa de Dios.

Podemos decir que confesar todos los pecados se llama arrepentimiento, pero el verdadero arrepentimiento es cuando un no creyente decide creer en Jesús y llevar una vida cristiana.

Todas las personas que deciden creer en Jesús aceptándole nacen del espíritu, el segundo paso es llevar una vida santificada transformando su corazón y el último paso es cuando Cristo venga los cuerpos de los creyentes resucitaran e irán al Reino de Dios.

Para llegar a esa plena salvación tenemos que escuchar la palabra de Dios, leer la Biblia, estudiarla, memorizarla, meditarla y aplicarla en la vida para crecer espiritualmente y ser transformados.

El ser llamado Hijo de Dios es un privilegio que tenemos que demostrar llevando una vida reflejada de Cristo con nuestro testimonio, para pertenecer a Cristo, definitivamente hay que recibir a Jesús en el corazón como Señor, y tomar como ejemplo el corazón de Cristo.

“Nosotros debemos ser de Cristo para ser cristianos”.