Ciencia vs fe “Un poco de ciencia aleja de Dios, pero mucha ciencia devuelve a Él”.

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y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.

Génesis 1:1-19 (versión reina Valera 1960)

Dice Carl Sagan que “No puedes convencer a un creyente de nada porque sus creencias no están basadas en evidencia, están basadas en una enraizada necesidad de creer”, sin embargo al leer lo que dicen las diferentes teorías sobre el origen del universo y sobre lo que el génesis dice, más que contradicciones encuentro similitudes. Con esto no estoy diciendo necesariamente que existe un dios (tampoco lo niego), estoy diciendo que los relatos que nos cuentan la creación del universo desde un enfoque religioso, también nos demuestra que el hombre desde tiempos antiguos ha tenido la necesidad de explicar su realidad y el cómo o porqué de las cosas y esta necesidad le ha impulsado a observar lo que le rodea, no podemos negar que la mayoría de las religiones aunque con diferentes relatos, coinciden en que antes del inicio, todo era caos (un huevo negro, un inmenso océano, tierra desordenada, etc.), el bigbang nos dice lo mismo, entonces ¿en dónde está la contradicción? Haciendo hincapié en el relato bíblico observamos que hasta el cuarto día fueron creadas las lumbreras, es decir el sol y la luna, por lo tanto no podemos decir que se está hablando de días de 24 horas, sino de días cuya duración se desconoce, podrían ser millones de años.

Recordemos que la ciencia también nos dice que los días tienen diferentes duraciones en los planetas de nuestro sistema solar, por ejemplo en venus los días duran 243 días de la tierra y en júpiter el día solo dura 9.84 horas de la tierra. Es lógico que el tiempo de mide de forma muy diferente en el espacio que aquí en la tierra. Recientemente la película “Interestelar” dirigida por Christopher Nolan, y en la que el físico teórico Kip Thorne fue asesor científico con el fin de garantizar que las representaciones de los agujeros de gusano y de la relatividad fueran lo más precisos posible, nos muestra como en un planeta al que llegaron por medio de un agujero de gusano, unos segundos en él representaron 23 años de la tierra.

Esto nos ubica en que el sol y la luna determinan una medida de tiempo para los días en la tierra, que son de 23 horas, 56 minutos y 4 segundos, sin embargo no es lo mismo para el resto de los planetas de nuestro sistema solar, menos aún podemos asegurar cuánto dura un día en un planeta de otra galaxia.

Decía Ashley Montagu que “La ciencia tiene evidencias pero no está segura de todo. La religión está segura de todo pero no tiene evidencias”, desde mi perspectiva ambas posturas no están peleadas entre sí, sino que surgen de la observación que el hombre hace de su entorno, y cada uno le atribuye explicaciones desde punto de vista y desde las limitaciones que tiene.

La ciencia nos explica el cómo de las cosas y la religión el porqué, es cierto que las explicaciones de la ciencia son medibles y verificables en su mayoría, mientras que la religión al querernos explicar por qué se limita a meras suposiciones, sin embargo hay teorías científicas que no podemos demostrar, como la “evolución”. No rechazo que es una posibilidad que la humanidad este en una constante evolución ni tampoco excluyo la posibilidad de que tengamos un antepasado primate del cual todos venimos, sin embargo está no ha dejado de ser una teoría, no la podemos ratificar y entonces la ciencia nos deja con un gran vacío de conocimiento que no podemos confirmar. No por eso la descarto, por lo mismo, tampoco descarto la religión, sino que me gusta mantener un equilibrio entre ambas posturas, pues es cuando caemos en los extremos cuando perdemos la noción de lo verdadero.

En conclusión puedo decir que ni la ciencia ni la religión son verdades absolutas, sino que son verdades que se complementan y que surgen de la necesidad del hombre por explicar su entorno y por qué esta aquí, aunque ninguna de estas posturas han podido resolver la gran incógnita que se ha planteado el hombre, que finalmente es la que lo incita a seguir buscando explicaciones y que ¿por qué y para que estamos aquí?

El pensamiento científico nos ayuda en nuestro diario vivir, para analizar nuestro entorno, nuestra existencia y como vivimos, aún más allá de eso, el pensamiento científico también nos puede ayudar a comprender nuestra fe y porque es una de las visiones que ha acompañado al hombre en toda su existencia en la tierra.

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