Distintivos de una esposa cristiana

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Por otro lado, cuantos problemas se originan porque a la mujer no le gusta, lavar la ropa, planchar, cocinar, hacer el aseo de la casa, cuidar de los hijos, etc. Amadas hermanas en el nombre del Señor cumplamos con nuestros deberes.

La esposa debe esforzarse por atender a su marido dentro del hogar. Dependiendo de tus habilidades y de los gustos de tu esposo, debes demostrar el amor mediante los detalles. (Ejemplo: cocinar su comida favorita, su postre favorito, etc). Una verdadera mujer virtuosa sabe perfectamente que su ministerio más importante ante Dios es el cuidar de su familia. Eso implica pasar pendiente de suplir las necesidades de su esposo e hijos, en el entendido que la misión del esposo es cubrir todas las necesidades físicas, económicas y emocionales del hogar.

En cuanto se refiere a la hnas. Que tienen un esposo inconverso les aconsejamos dejar su casa limpia, cumplir con sus deberes en el hogar, antes de venir a la iglesia, para que éstos “sean ganados sin palabas por la conducta de sus esposas” (1 pedro 3:1) y así el Esposo no reclame que como nos decimos ser muy Cristianas y no queremos darle de comer, lavarle la ropa o que encuentre sucia la casa, no cuidar de los hijos. No demos lugar al enemigo y cumplamos con nuestras obligaciones, tenemos que ser sabias, no contendiendo, peleando o discutiendo con ellos, sino dejarlo todo en manos del Señor orando por ellos, para que el haga la obra en nuestros esposos.

3.- DEBE ARREGLARSE DECENTEMENTE PARA SU ESPOSO (1 CORINTIOS 7:34)

No es bueno que la mujer se abandone. Es cierto que los trabajos en el hogar muchas veces hacen que la esposa se mantenga arreglada, pero si usted se esfuerza, podrá mantenerse arreglada y limpia para cuando su marido llegue a casa. A ningún marido le agrada llegar a su casa y encontrar a su esposa con la ropa de hace dos días, o sucias, despeinadas, etc. (esto es con todo respeto a nuestras hermanas). Un buen arreglo y modesto arreglo personal de la esposa pueden ser un deleite a los ojos del esposo que llega cansado del trabajo. Amada hermana, propóngase ser el deleite de los ojos de su esposo.

Tampoco es bueno que la mujer se arregle de manera extravagante (Proverbios 31:30). Como sabemos al hombre le entra el deseo por la vista, por esto la esposa cristiana (y toda mujer) debe ser modesta en su vestuario, en su mirada, gestos y posturas. Es cierto que la mujer, en su afán legítimo de mostrarse lo más atractiva posible, no se percata a veces del incendio que levanta a su alrededor, es preciso que toda mujer cristiana reflexione sobre ello. No se vale el recurso de decir: que no miren, puesto que la naturaleza caída inclina a centrar el foco de atención precisamente en los objetos prohibidos.

Como dama de la casa, debes vestirte con pudor. Tu apariencia siempre debe ser honrosa y no provocativa. No usando escotes y ni ropa pegada al cuerpo, porque tu virtud y belleza vienen de tu carácter interior y no de tus vestidos ni ornamentos. Esto fue lo que enseñaba el apóstol Pablo cuando decía: “Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad (1 Timoteo 2:9-10).

CONCLUSIÓN:

Finalmente, ningún deber es más importante que el otro, más bien son una combinación que con la ayuda de Dios, si lo ponemos en práctica podemos ser la clase de esposas y esposos que Dios quiere en medio de un mundo lleno de tinieblas.