REFLEXIONES CRISTIANAS EN TORNO AL DERECHO A LA VIDA
Enviado por monto2435 • 3 de Noviembre de 2017 • 2.912 Palabras (12 Páginas) • 534 Visitas
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- Otra cuestión es la legalización del aborto en el caso hipotético de un riesgo real para la vida de la madre.
Según mi opinión, la legislación respecto al aborto debería limitarse al supuesto terapéutico, es decir cuando existe riesgo real para la vida de la madre.
En los casos claros en los que haya que elegir entre la vida del feto y la vida de la madre sí que creo que es posible una legislación a favor del aborto puesto que no hay alternativa. No hay ninguna duda, de intervenir se puede salvar al menos la vida de la madre; de no intervenir se morirá la madre y el feto. Creo que es necesario legislar a favor del aborto terapéutico, pero siendo estrictos a la hora de determinar qué casos entran en ese supuesto. La legislación actual permite realizar el aborto terapéutico, pero ha sido utilizada esta justificación de una forma ligera, transfiriendo el peligro de la vida a la salud, abriendo de esta forma el aborto a otras causas no vitales. P.e., no creo que se deba aceptar un aborto cuando un informe médico apunte a que la madre pueda sufrir un “riesgo psicológico” de continuar con el embarazo, dado que esas posibles alteraciones psicológicas nunca pueden justificar un aborto. Por tanto llamo al desarrollo de una legislación estricta y bien descriptiva en torno a los casos específicos que si puedan incluirse en este supuesto.
- La tercera cuestión a comentar es la legalización del aborto eugenésico o por malformaciones fetales. Los proabortistas dicen que un embrión que vaya a tener malformaciones o enfermedades graves (síndrome Down , espina bífida, etc…) debe ser abortado. Como cristianos no podemos admitir dicho supuesto: primeramente porque el feto enfermo o no, sigue siendo una vida humana y tiene el derecho a vivir. Asimismo los adelantos científicos no son totalmente fiables como para asegurarnos el porcentaje de afectación que tendrá la anomalía detectada en el feto, dado lo cual si procedemos a la interrupción del embarazo podemos acabar con la vida de seres humanos sanos. En el caso de tratarse de una malformación incompatible con la vida del feto, la naturaleza producirá el aborto espontáneamente. En este tema entendemos que Dios es soberano, Él es quien decide sobre la vida y sobre la muerte, debemos confiar en su providencia, por lo que no creo que haya que legislar el aborto en estos casos, de hacerlo estaremos quitando la oportunidad de vivir y sentirse amados y ser parte de la sociedad a los niños nacidos con malformaciones. Un ejemplo claro de ello es el caso de los niños nacidos con síndrome de Down que son integrados en la sociedad, reciben una educación en muchos casos normalizada y son ciudadanos con todos sus derechos.
- Legislar el aborto por cuestiones éticas. Se proponen permitir el aborto por cuestiones tales como violación, embarazo por causa de estupro o incesto. La ética cristiana a favor del derecho del nonato a que su vida sea respetada y protegida, no considera justificado el poder legislar a favor de poner fin a la vida del feto, siendo posible una solución para estos casos como es el dar en adopción al niño nacido.
Aún así y después de haber reflexionado sobre el tema, considero que aunque sobre el papel queda bastante claro aquello que es permisible bajo la ley de Dios, en la práctica no creo que sea tan fácil saber decidir correctamente.
-Alternativas públicas y particulares para continuar con el embarazo
Para finalizar y a modo de conclusión, el aborto sólo debería legislarse ante al riesgo real para la vida de la madre. Asimismo, la sociedad y la iglesia tienen la obligación de ofrecer alternativas reales para que las mujeres reconsideren su decisión de abortar y se decidan por la vida del nonato. Sobre todo en relación a los casos de embarazos no deseados de jóvenes, a las familias que por su situación económica no están en disposición de aportar todos los cuidados que requieren los niños, los niños con malformaciones o enfermedades genéticas, etc… que ven en el aborto la única solución a situaciones desesperadas. Creo que es muy fácil posicionarse en contra del aborto y no dar opciones. Debemos como cristianos acercarnos al problema no para juzgar sino para ayudar.
A modo práctico las alternativas que se me ocurren son:
- Promover la adopción.
- Ampliar la red de casas de acogida para los casos de jóvenes que no tengan recursos, para que puedan vivir dignamente y puedan continuar su vida con su hijo.
- Ayudas económicas y sociales para posibilitar el cuidado del bebé con todas las garantías que permitan un desarrollo digno del mismo.
- Desarrollo de legislación laboral que favorezca a las familias con hijos enfermos, cómo puede ser ayudas económicas, medidas de conciliación laboral.
- Mediación por parte de la iglesia en los casos en que la decisión de abortar venga dada por los padres de una joven.
- Apoyo espiritual, económico y social de parte de la iglesia que sirva para paliar las causas que llevan a la decisión de abortar.
EUTANASIA
Es oportuno hacer unas consideraciones iniciales antes de hablar de límites legales a la hora de legislar respecto a la eutanasia. Primeramente y volviendo a los principios bíblicos respecto al derecho a la vida, es obvio que los enfermos terminales también tienen derecho a la vida y que su vida aún estando en estado terminal tiene un valor sagrado. Otro aspecto a tener en cuenta es en referencia a Dios, él es quien nos da la vida y es Él quien ha determinado nuestros días (Job 14:5). Esto significa que Dios es Señor soberano y es quien determina el día que moriremos, por lo tanto, no debemos usurpar la autoridad de Dios. Por lo cual el cristiano y en base a la Biblia se muestra contrario a la práctica de la eutanasia.
No obstante es necesario distinguir cuidadosamente entre la eutanasia pasiva y la activa.
La eutanasia pasiva se entiende a partir de la idea de no tratar de alargar la vida a una persona enferma cuya enfermedad ya es irreversible a corto plazo. Es generalmente aceptado el hecho de no prolongar artificialmente la vida en un proceso que es incurable y que está añadiendo sufrimiento a la enfermedad. Se cree que lo adecuado no es conservar aquella vida tanto tiempo como sea posible, sino dar a la persona la posibilidad de una muerte digna o sin dolor. Dejarla morir, pero acompañado con curas y atenciones para que el
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