Estado de la cuestión acerca de Perú: país religioso. Factores que influyen en la diversidad de creencias religiosas desde comienzos de siglo
Enviado por G10vanna • 21 de Octubre de 2020 • Monografía • 6.041 Palabras (25 Páginas) • 466 Visitas
[pic 1]HU107 SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN ACADÉMICA
Estado de la cuestión acerca de Perú: país religioso. Factores que influyen en la diversidad de creencias religiosas desde comienzos de siglo
La religión en el Perú ha pasado por diferentes procesos, desde sus primeros pobladores quienes creían en dioses sobrenaturales relacionando a estos con aspectos climatológicos. Sin embargo con la llegada de los españoles, quienes implantaron la religión católica como la única, hubo un cambio drástico ya que los indígenas eran obligados a dejar de practicar su religión y dejar de ser politeístas para venerar a un solo Dios, siendo castigados severamente aquellos que lo incumplían. No obstante, estos continuaron adorando de manera oculta a sus dioses. Asimismo, los sacerdotes se dieron cuenta de ello y adoptaron, como parte de su estrategia evangelizadora, ciertas costumbres de veneración indígena. Es más, durante los años posteriores, estas pasaron a ser parte de la religión católica en el Perú. Cuando se dio la independencia, comenzaron a llegar extranjeros practicantes de diferentes religiones, las que no fueron reconocidas por el Estado sino hasta inicios del siglo XX, en cuyas dos primeras décadas, las ideas protestantes fueron favorecidas por la coyuntura que se vivía en ese momento. De esta manera, estos aprovecharon e idearon formas para asentar sus bases, enfocándose en los problemas sociales, como la educación y la salud. También, se identificaron con las diferentes causas sociales. Finalmente, la constitución de 1979 marca un hito importante en la historia, estableciendo la legalidad de todas las religiones.
Tomando en cuenta lo antes dicho, la finalidad del presente trabajo es identificar los factores que influyen en la diversidad de creencias religiosas desde comienzos del siglo.
Para tal fin, nos apoyaremos en diferentes autores, quienes nos ayudarán a identificar de manera más precisa lo antes mencionado. Por consiguiente damos paso a resolver la siguiente pregunta: ¿Qué factores influyen en la diversidad de creencias religiosas en él Perú? Para poder abarcar el tema planteado y la pregunta mencionada nos basaremos en las siguientes obras, tales como: “La religión en el Perú al filo del milenio” escrita por Manuel Marzal[1], Catalina Romero[2] y José Sánchez[3]; “Estructuras andinas del poder: ideología religiosa y política” escrita por María Rostworowski[4]; ”La religión fenómeno popular” escrita por José Idígoras[5]; “La religión en el Perú: informe y diagnóstico” escrita por José Gonzales[6]; “La invención del patrimonio católico: modernidad e identidad en el espacio peruano, 1820–1950” escrita por Fernando Armas[7]; “La seducción del poder: evangélicos y política en el Perú de los noventa” escrita por Darío López[8]; “Misioneros y civilizadores: protestantismo y modernización en el Perú 1915 – 1930” escrita por Juan Fonseca[9] y “La libertad religiosa en el Perú: derecho eclesiástico del estado” escrita por Luis Carpio[10]. Por consiguiente, basados en dichos autores, nos centraremos principalmente en un enfoque antropológico, sociológico e histórico.
Así como, en el Perú existen diversidad de creencias religiosas, los factores que influyen en ella también son diversos.
Según los autores, Manuel Marzal, Catalina Romero y José Sánchez, el fenómeno religioso en el Perú es muy variado, vasto y complejo; ya que estudia, entre otras cosas, el comportamiento de los peruanos frente a la diversidad de religiones.
“(…) Complejidad expresada no solo (sic) en cuanto a la diversidad de formas, experiencias, tradiciones y estructuras religiosas, sino también en cuanto a sus múltiples y complicadas formas de articulación e interacción con otros ámbitos de la sociedad peruana. (…)” (Marzal, Romero y Sánchez 2000: 11)
Esto se debe principalmente a cuatro razones[11]. 1) En 1915 se modificó la Constitución de 1860 permitiendo así, a los ciudadanos, ejercer el culto religioso de su preferencia y repercutiendo directamente sobre el crecimiento del campo religioso. 2) Posteriormente, entre 1962 y 1965, cuando se celebró el Concilio Vaticano II, este originó un crecimiento más acentuado del pluralismo católico. 3) En la década de los sesenta, el proselitismo religioso cobró un auge muy marcado. 4) El relativismo religioso se incrementó considerablemente.
No obstante y teniendo en cuenta la diversidad de cultos, la Iglesia Católica es la que predominó, y predomina aún en nuestros días, en nuestro país con la mayor cantidad de adeptos o seguidores:
“(...) La Iglesia Católica tiene un profundo arraigo en el Perú, como lo prueban algunos hechos. En la Colonia, Lima fue un centro importante de la evangelización. Los Concilios Limenses, (…), fueron el crisol católico de la América del Sur española. Los primeros santos canonizados del continente fueron peruanos. El catolicismo popular es el idioma religioso de la mayoría de los peruanos y atraviesa casi todas sus fronteras étnicas. (…)” (Marzal, Romero y Sánchez 2000: 24)
Y, a pesar de que mucha gente ha migrado a otras religiones, principalmente a la Evangélica y en menor medida a otras religiones (valga la redundancia), la Católica sigue siendo la más importante.
Podemos deducir que, la Iglesia Evangélica, si bien es cierto conserva un segundo lugar respecto de la Católica, cada día va cobrando fuerza y aumenta el número de sus fieles. Sin embargo los autores señalan lo siguiente:
“(…) los evangélicos seguirán creciendo, por la variedad de formas de su oferta religiosa y por la persistencia de las razones que explican la conversión y la perseverancia (…) Pero hay que tener en cuenta dos asuntos: uno, que no es tan grande el crecimiento (…) y otro, que la asistencia masiva es engañosa, por no tener en cuenta el nomadismo religioso (…) los conversos salen tan fácilmente como entran, o pasan de una iglesia a otra por varias razones, como la “intercomunión litúrgica” aceptada entre evangélicos y pentecostales” (Marzal, Romero y Sánchez 2000: 38-39)
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