¿LIBERTAD RELIGIOSA?[
Enviado por Rimma • 26 de Abril de 2018 • 1.955 Palabras (8 Páginas) • 434 Visitas
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Otro aspecto a destacar de la religión es que a pesar de que contribuye al orden social, en determinados momentos también ha sido y es objeto de cambio, es más no solo de cambio sino de revolución. Ha sido respuesta a numerosas conquistas, dominio extranjero etc. Como nos presenta el Capítulo 9 de Kottak, C.P. “La Antropología Cultural”, 2006 (pag. 191), la religión da lugar a una serie de movimientos llamados revitalizadores, estos son movimientos sociales que se producen en periodos de cambio, en los que surgen líderes religiosos y emprenden el cambio o la revitalización de la sociedad. Como por ejemplo sucedió con el cristianismo que se originó como un movimiento de revitalización. Estos surgen en un momento de decadencia y crisis existencial forjándose a su vez fuertes religiones como la nombrada anteriormente.
Bueno y ahora sí, centrándonos en las preguntas del principio: ¿realmente la sociedad acepta con normalidad o naturalidad la diversidad religiosa? ¿A caso no vemos a niños pequeños agarrados a las manos de sus madres que ven pasar una mujer con un burka y miran con gesto de superioridad y desprecio?; hemos de lamentar que aunque en España cada vez lo presenciamos menos, es una situación que se da en numerosos países, y que dan lugar a la discriminación. Muchas personas son juzgadas por sus creencias religiosas, además, hemos de reconocer que realmente la religión nos distingue de los demás en la manera de concebir el mundo y actuar frente al mismo, pero ¿realmente debe ser este el motivo que nos haga tratar con desprecio o de manera diferente a aquellos que practiquen una religión que no sea la misma que la nuestra? En mi opinión pienso que fuera parte de lo que crean unas personas u otras, debemos intentar conocer a todo el que se cruce en nuestro camino, cada persona tiene algo que enseñarnos o algo que aprender de nosotros, solo porque crea en algo distinto no nos tiene que influir a la hora de conocer otras personas. Debemos despegarnos de los prejuicios y de aquellas personas que nos incitan a tenerlos, es más debemos sentir la obligación de ayudar a estas personas a que dejen de pensar así, y darles pie a que se atrevan a conocer a personas que aparentemente puedan parecer que son muy diferentes a ellas, y que sin embargo, luego puedan llegar a enriquecerse de éstas mismas.
Para finalizar y a modo de conclusión me gustaría citar un ejemplo, para dejar claro que en la vida las personas no nos medimos por religiones, ni todos los católicos son buenos, ni todos los musulmanes yihadista, ni todos los judíos viven en malas condiciones, todos somos personas y todos tenemos el mismo derecho a ser respetados y a respetar en igualdad de condiciones porque, luego el que menos te esperas es el que más da y apuesta por ti.
“Arif, es un chico de 24 años licenciado en Relaciones Laborales y Recursos Humanos. Una mañana después de haber estado echando currículos por su ciudad, en una de las oficinas el jefe se queda maravillado con su expediente y decide entrevistarlo ese mismo día en persona. Satisfecho con la actitud y empeño del joven, le propone una semana de prácticas en la oficina para ver si es válido con los quehaceres que en un futuro podrían llegar a corresponderle. Pasada la semana, el jefe de la oficina se dispone a hacerle el contrato. Durante ese primer mes, el trabajo realizado por ese joven es más que esficiente, pero el joven en ocasiones tiene una actitud extraña. Arif que es musulmán, reza cinco veces por día y no sabe si al comentárselo a su jefe podría llegar a tomárselo mal ya que al menos dos de esas sesiones de oración tienen lugar durante las horas de trabajo. Arif solicita que se programen sus recreos para que pueda rezar en el horario apropiado. Su jefe se niega, señalando que "le pagan por trabajar y no por rezar. Guarda los ritos religiosos para tu tiempo libre". Arif tras está contestación se sintió hundido, lo discriminó simplemente por su religión al negarse a considerar el pedido cuidadosamente. Lo triste es que lo que Arif había pedido no sería costoso, ineficiente, inseguro ni tendría un impacto negativo sobre los derechos de sus compañeros, tan solo se trataba de concederle unos minutos para que él realizara sus oraciones. Seguramente si el jefe tuviera las mismas creencias que Arif estos minutos ya habrían sido asignados desde el mismo minuto que elaboraba el contrato. Por desgracia y como ya he repetido anteriormente en reiteradas ocasiones, seguimos encontrándonos situaciones así, en las cuales tenemos que poner de nuestra parte para evitarlas. Evitar este tipo de discriminación está en las manos de la sociedad. Por último, no hay que olvidar que la religiones son una de las formas en las que se adopta la libertad de conciencia, y, siempre que no violen otros derechos, su culto y práctica están directamente amparadas en los artículos 2, 18, 19 y 30 de la Declaración de los Derechos Humanos aprobada el 10 de diciembre de 1948 (Fundación Internacional de los Derechos Humanos) y como dice Mahatma Gandhi “Tú mismo debes ser el cambio que quieres ver en el mundo”.
Bibliografía:
Pérez Royo: “Curso de Derecho Constitucional” Marcial Pons, Ediciones Jurídicas y Sociales, S.A. Madrid, 1997.
Ardévol Piera, E. Munilla Cabrillana, G. etc.: “La Antropología de la Religión: Una aproximación interdisciplinar a las religiones antiguas y contemporáneas”
Kottak, C.P. “La Antropología Cultural”, 2006
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