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LO QUE DIOS HA UNIDO por David Instone-Brewer.

Enviado por   •  22 de Febrero de 2018  •  7.498 Palabras (30 Páginas)  •  339 Visitas

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Cuando Jesús respondió con un rotundo no, él no estaba condenando el “divorcio por algún motivo”, sino el nuevo invento del divorcio “por cualquier motivo”. Jesús estaba firmemente de acuerdo con el segundo grupo en que la frase no significaba que el divorcio estaba permitido debido a “inmoralidad” y “por cualquier motivo”, sino que Deuteronomio 24: 1 se refería a ningún tipo de divorcio “excepto inmoralidad”.

Esta fue una afirmación chocante para la multitud y para los discípulos. Significaba que no podían divorciarse cuando lo quisieran –tenía que haber un motivo lícito. También quería decir que virtualmente cada hombre o mujer divorciado no estaba realmente divorciado, ya que la mayoría de ellos usaron el divorcio “por cualquier motivo”.

Lucas y Mateo resumieron todo el debate en una oración: Todo el que se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio (Mateo 5: 32; Lucas 16: 18 NVI), porque todavía estaban casados. El hecho de que dijeran “todo el que se divorcia” en lugar de “virtualmente toda persona divorciada” es una típica hipérbole judía –como Marcos diciendo que “toda la gente” en Jerusalén vino a ser bautizada por Juan (Marcos 1: 5). Podrá no ser obvio para nosotros, pero los primeros lectores entendieron claramente lo que significaba.

Después de unas pocas décadas, sin embargo, ya nadie entendía estos términos. El idioma siempre cambia rápidamente. La iglesia primitiva, e inclusive rabís judíos, se olvidaron de lo que era el divorcio “por cualquier motivo”, porque poco después de los días de Jesús, se convirtió en el único tipo de divorcio ofrecido. Se le llamaba simplemente divorcio. Esto significa que cuando Jesús condenó el divorcio “por cualquier motivo”, las generaciones tardías pensaron que se refería al divorcio por algún motivo.

Reafirmado el matrimonio

Ahora que sabemos lo que Jesús rechazó, también podemos ver lo que no rechazó. Él no estaba rechazando el Antiguo Testamento –él estaba rechazando una interpretación judía incorrecta del Antiguo Testamento. Él defendía el verdadero significado de Deuteronomio 24: 1. Y hay otra cosa sorprendente que él no rechazó: Jesús no rechazó la otra razón para el divorcio en el Antiguo Testamento, la cual aceptaban todos los judíos.

A pesar que la iglesia olvidó la otra causa para el divorcio, cada judío en los días de Jesús sabía de Éxodo 21: 10-11, que permitía el divorcio por abandono. Antes que los rabís introdujeran el divorcio “por cualquier motivo”, este era probablemente el tipo más común. Éxodo dice que todas, inclusive una esposa esclava, tienen tres derechos dentro del matrimonio –los derechos a comida, vestido y amor. Si éstos eran desatendidos, la esposa afectada tenía el derecho de buscar libertad de ese matrimonio. Aunque las mujeres podían, y lo hacían, obtener el divorcio por abandono –el hombre todavía tenía que escribir el certificado de divorcio. Los rabís decían que tenía que hacerlo voluntariamente, así que si se resistía, ¡la corte lo mandaba golpear hasta que se ofrecía a hacerlo voluntariamente!

Estos tres derechos se convirtieron en la base de los votos matrimoniales judíos –los encontramos nombrados en certificados de matrimonio descubiertos cerca al Mar Muerto. En matrimonios judíos y cristianos tardíos, el idioma se volvió más formal, tal como “amor, honor y cuidado.” Estos votos, junto con un voto de fidelidad sexual, han sido siempre la base para el matrimonio. Por lo tanto, los votos que hacemos cuando nos casamos corresponden directamente con las razones bíblicas para el divorcio.

Las tres provisiones de comida, vestido y amor fueron entendidas literalmente por los judíos. La esposa tenía que cocinar y coser, mientras que el esposo proveía comida y materiales o dinero. Ambos tenían que proveer el sustento emocional para el amor marital, aunque se podían abstener del sexo por períodos cortos. Pablo enseñó lo mismo. Él dijo que los casados se debían uno al otro amor (1 Corintios 7: 3-5) y sustento material (1 Corintios 7: 33-34). Él no dijo que descuidar estos derechos era la base para el divorcio porque no necesitaba hacerlo –ya estaba establecido en el certificado de matrimonio. Cualquiera que era abandonado, en términos de sustento emocional o sustento material, podía reclamar legalmente el divorcio.

El divorcio por abandono incluía el divorcio por abuso, porque esto era abandono en extremo. No había duda acerca de ese extremo del espectro del abandono, pero ¿qué del otro extremo? ¿Qué pasa con el irse, lo cual es simplemente una forma pasiva de abandono? Este era un asunto incierto, así que Pablo trata con él. Él dice a todos los creyentes que no deben separarse de su pareja, y si ya lo han hecho, deberían regresar (1 Corintios 7: 10-11). En el caso de alguien que es abandonado por un no creyente –alguien que no va a obedecer el mandato de regresar –él dice que la persona abandonada “queda sin obligación.”

Cualquiera que leía esta frase en la Palestina del primer siglo pensaba inmediatamente en las palabras al final de todos los certificados de divorcio judíos, y la mayoría de los romanos, que decían: “Queda libre para casarse con cualquiera que desee.”

Uniendo todo esto tenemos un conjunto claro y consistente de reglas para el divorcio y nuevo matrimonio. El divorcio sólo está permitido en un número limitado de razones que se encuentran en el Antiguo Testamento y se afirman en el Nuevo Testamento:

- Adulterio (en Deuteronomio 24: 1, afirmado por Jesús en Mateo 19)

- Abandono emocional y físico (en Éxodo 21: 10-11, afirmado por Pablo en 1 Corintios 7)

- Abandono y abuso (incluido en abandono, como se afirma en 1 Corintios 7)

Las parejas judías nombraban estas razones bíblicas para el divorcio en sus votos matrimoniales. Nosotros las repetimos como amor, honor, cuidado y fidelidad uno al otro. Cuando estos votos se rompían, amenazaban con romper el matrimonio. Como en todo contrato roto, la parte dañada tenía el derecho de decir “Te perdono, vamos a seguir” o “No puedo seguir, este matrimonio está roto.”

Por lo tanto, aunque el divorcio nunca debería suceder, Dios lo permite (y el subsecuente nuevo matrimonio) cuando su pareja rompe los votos matrimoniales.

Leer la Biblia lado a lado con documentos judíos antiguos me ha ayudado a entender mucho más de las enseñanzas bíblicas sobre divorcio y matrimonio, todo lo cual no puedo resumir aquí. Pedazos polvorientos de

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