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Moral en las religiones

Enviado por   •  1 de Mayo de 2018  •  2.033 Palabras (9 Páginas)  •  248 Visitas

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Esa cierta inadecuación hace que surja con frecuencia la pregunta por el objeto específico de la religión y de la moral. En principio se podría decir que la experiencia religiosa mira más a la contemplación agradecida, mientras que la experiencia ética mira primordialmente a la exigencia del comportamiento.

En la experiencia religiosa el Misterio se le manifiesta al ser humano como el Santo y como el santificador, como el que cuida del ser humano y ama al ser humano, como el que ofrece amistad y recibe amistad, como el que instaura convivencia y acepta convivir.

No como Ley o como frontera, sino como santidad y como Amor aparece el Misterio en la tradición judeocristiana.

a. En teoría, por tanto, lo sagrado y lo bueno pueden ser concebidos como objetos diversos y hasta separables entre sí. Lo sagrado se nos ofrece como dádiva, mientras que lo bueno se nos impone como obligación.

Pero habría que preguntarse si el esquema fue así ya “desde el principio” o más bien tal separación se debe a una deformación operada en el curso de la historia. En realidad, la santidad de Dios es oferta de santidad y de bondad para el ser humano. Es a la vez oferta y llamada, dádiva y vocación.

b. En la práctica, como es aún más evidente, lo sagrado y lo bueno se dan también separados, tanto en la percepción de la conciencia personal como en la actuación social de ambos valores. Hay personas que viven una cierta escrupulosidad religiosa que no se traduce en la coherencia ética correspondiente. Y, por el contrario, a veces se reivindica la posibilidad y hasta la facticidad de una exigencia ética no respaldada por una experiencia religiosa.

c. En el fondo, nos encontramos aquí con la antigua y eterna dialéctica entre la naturaleza y la gracia, entre la creación y la salvación.

Los actos éticos no están tan lejos de los actos religiosos, como la experiencia religiosa no puede dejar de informar la experiencia ética. La teología contemporánea ha redescubierto un dato tan elemental para la experiencia recogida en la Biblia como la dignidad de la revelación en y a través de la historia.

El Dios creador es el mismo Dios salvador. Todo en el mundo, y en el ser humano, está ordenado a un solo fin y a un solo bien, que no puede ser sino Dios mismo, como decía Santo Tomás de Aquino.

Poniéndonos previamente en guardia contra una mentalidad positivista, el mismo Santo Tomás advierte que, en los actos humanos, el bien y el mal no están determinados por una prescripción legal, sino por el orden natural, como una y otra vez recuerda la encíclica veritatis splendor y tendremos de ver más adelante en nuestro Curso de Ética y Moral.

- Relación entre la religión y la ética

A lo largo de la historia, la relación entre estas dos dimensiones en la existencia humana no ha sido tan equilibrada como podría esperarse. Parece que, en algunas ocasiones, la Religión invade el campo de la Ética, sustituyéndose a su propio estatuto práctico y epistemológico. En otras ocasiones es la Ética la que parece sustituir a la confesión religiosa.

Mencionemos aquí solamente algunos momentos especialmente significativos, sobre todo por la importancia que habrán de tener para la comprensión del papel de la ley en el juicio ético.

a) La primacía de la Religión sobre la Ética

Se apoya, a fin de cuentas, en la afirmación de un voluntarismo trascendente que se remite a la majestad de Dios, de forma que desaparece la afirmación de la naturaleza. He aquí dos ejemplos que, en realidad, a fuerza de subrayar la presencia del Dios salvador, parecen olvidar al Dios creador.

El nominalismo de G. de Ockam y sus discípulos considera la obligación ética como motivada por la voluntad absoluta e incondicional de Dios. Las acciones u omisiones humanas no son buenas o malas en razón de su misma estructura antropológica o de su coherencia con la condición humana. Bueno es simplemente lo que Dios ordena y porque El así lo prescribe.

Para Tomás de Aquino, en cambio, la razón humana es el fundamento próximo de la moralidad, en cuanto facultad que descubre en la estructura de la misma naturaleza la normatividad ética.

De esta forma se subraya la importancia de la creación y se dan los primeros pasos para la afirmación de la ley natural.

Como ya se puede imaginar, cabe incluir en este apartado la doctrina de los reformadores. Calvino, en concreto, aunque no deja de referirse a la ley natural, concede una gran importancia a la voluntad positiva de Dios como principio determinante de la obligación moral. No es difícil escuchar el eco del pensamiento agustiniano en sus reflexiones.

b) Primacía de la Ética sobre la Religión

En otras ocasiones ha sido y es la Ética la que parece invadir el campo de la Religión.

He aquí tan sólo unos ejemplos de esta posibilidad histórica:

En el mundo greco-romano, la religión es considerada como una parte importante de la práctica de la virtud de la justicia. Así, Jenofonte nos ofrece una conversación entre Sócrates y Eutidemo, en la que aquél describe al ser humano religioso como uno que adora a los dioses de acuerdo con las leyes establecidas. En los diálogos de Platón se sugiere la idea de que la religión es una obligación ética entre otras.

Si el deísta Toland, o Hubert de Cherburgo o John Locke piensan que las virtudes morales son la esencia de la religión – y así sigue pensando con frecuencia nuestro pueblo – Kant nos enseña que el acceso a la religión y su último fundamento se sitúan precisamente en la ética. Desde ahí se deduce que Dios es el bien supremo y el jefe del reino de los fines.

Partiendo de diversos puntos, muchos exponentes de la modernidad han propugnado una recuperación de la ética como responsabilidad racional del ser humano hasta prescindir y aun atacar la eventual fundamentación de las normas morales en la voluntad divina, como enemiga de la autonomía humana.

El marqués de Sade, Nietzsche y Sartre abogan no por una relación entre la religión y la ética, sino por una primacía tal de la ética que requiere la destrucción de Dios y de la religión.

Hemos dado con esto un pequeño paseo por el mundo de la relación de la Ética y Moral en varias de las religiones.

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