Sacramento del matrimonio.
Enviado por Eric • 10 de Julio de 2018 • 1.379 Palabras (6 Páginas) • 346 Visitas
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8. Y respetarte... Respetar tus derechos: de hablar, de opinar, de saber lo que sucede, de lo que pienso, de lo que siento. Respetar tu personalidad, tu manera de pensar, sentir, reaccionar, actuar. Respetar tu crecimiento, tu desarrollo, tus estudios, tu trabajo, tus conocimientos, tu relación con los demás. No bloquearte, ni manipularte, ni obligarte para que hagas lo que yo quiero. No aprovecharme de tus debilidades, ni usar sarcasmos ni ironías para molestarte. Prometo también respetarte al no agredirte con palabras, groserías o actitudes, no ridiculizarte ni desprestigiarte, ni hacerte menos delante de los hijos o de los demás. Ponerte en primer lugar antes que a la familia, a los amigos, a nuestros hijos, a las cosas que me gustan, antes que a mí mismo. Respetar las decisiones que tomemos y apoyarte cuando tengas que tomar una decisión sin poder consultarme, consultarte mis decisiones. Respetar tu dignidad, tu libertad, tu fe, tu educación, tu forma de ser y tus raíces.
9. Todos los días de mi vida... No solo el día de la boda, porque esta promesa, es para todos los días que Dios me dé y hasta el último aliento de mi existencia. Para compartir contigo, mis penas y alegrías, triunfos y fracasos, esperanzas y desesperanzas, salud y enfermedad, diversiones y aburrimientos, tranquilidades y angustias, hacerte feliz, para que yo sea el canal de tu salvación, para que a través de mí experimentes el amor de Jesús, para que le encuentre sentido a mi existencia en la profunda donación de mi ser hacia ti, para ser tu motor santificador, para trascender en ti y en nuestros hijos si el Señor nos llega a dar el don de la paternidad, para que cuando te falte, le puedas dar gracias a Dios por haberme tenido a tu lado toda la vida. Y te hago esta promesa delante de Dios, delante de toda esta gente que es la Iglesia y del sacerdote, para que sean testigos de que la cumpliré hasta que la muerte nos separe.
FÓRMULA DE LA ENTREGA DE ANILLOS: __________________recibe este anillo como signo de mi amor y fidelidad, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
10. ________________ (Pon su nombre en el espacio) recibe este anillo... Que coloco en tu mano, esta mano concreta que sostendré, apoyaré y levantaré de aquí en adelante, te doy este anillo que es real como nuestro amor y está hecho a la medida, al igual que nosotros uno para el otro, que puede ser incomodo al principio, se siente raro, no estaba acostumbrado(a) a él, pero de aquí en adelante será parte de mí mismo(a). Este anillo de metal precioso, simboliza y es una señal de lo precioso que es el matrimonio, la empresa de mi vida, lo llevaré todos los días para que no me aparte de mi realidad de estar casado(a), para que me centre en ti, haciendo a un lado las juergas, ciertos amigos, mis actividades y actitudes individualistas.
11. Como signo de mi amor y fidelidad... Que este anillo brille lo suficiente para que me haga tener presente, cada vez que lo vea y lo palpe, que es el símbolo de lo orgulloso que estaré de saber que te amo, no que te poseo, más bien que estoy poseído por tu amor y que mi amor te pertenece. Mi amor y fidelidad a tus gustos, tus aficiones, tus particularidades, a tu ambiente y ámbito de desarrollo.
12. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. En esa misma Trinidad que va a ser nuestra relación sacramentada, “Dios, tú y yo”, y también porque la Santísima Trinidad velará porque así seamos de aquí en adelante, cuando nosotros solos no podamos, cuando nos ceguemos, cuanto no tengamos fuerzas ni voluntad de seguir, cuando queramos rajarnos de este compromiso, cuando flaqueemos y caigamos, que sea Dios la fortaleza que nos aliente a seguir y a no tirar todo por la borda. Porque siempre tengamos presente que lo que no podamos nosotros lo puede Dios, si lo dejamos actuar.
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