Semana Santa.
Enviado por John0099 • 20 de Febrero de 2018 • 956 Palabras (4 Páginas) • 426 Visitas
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Continuando con las actitudes a cultivar en esta Semana Santa, no olvidemos el silencio, es importante dejar a un lado el ajetreo del mundo, el ajetreo de las redes sociales, el ajetreo del sinsentido, que va vaciando al ser humano y le impide ver la bondad de Dios. Al mismo tiempo resulta fundamental e importante vivir el recogimiento, dejar a un lado las vanidades del mundo, concentrar el pensamiento, y la vida toda en los acontecimientos de nuestra salvación, de tal manera que podamos internarnos en ellos como en una fuente, de donde alcanzamos paz y misericordia.
Al mismo tiempo, debemos experimentar la misericordia de Dios y ser portadores de esta misericordia. Aunque en este año del Jubileo de la Misericordia, esta palabra está de moda, no debemos dejarnos engañar al menos con la mercadotecnia al respecto, antes bien, debemos volver a los orígenes de la Iglesia, en donde todos buscaban el bienestar de todos, en donde se buscaba conquistar los corazones de los hombres con un testimonio de ayuda y de reconciliación. Por eso será necesario que en este tiempo, nos dejemos reconciliar con Dios, y nos abramos a su infinita misericordia.
Desde el punto de vista litúrgico, será prudente que podamos participar de cada uno de los actos, tales como la misa de la Institución del Jueves Santo donde recordamos la institución de la Eucaristía y del Sacerdocio, la Adoración de la Cruz, la procesión del Silencio del Viernes Santo, la Vigilia Pascual que es el centro de todo este acontecimiento salvífico, y de la misa de Pascua del Domingo de Resurrección.
Me despido de ustedes, esperando que la gracia de Dios siga iluminando sus vidas y esperando que la feliz resurrección del Señor, les mueva el corazón a continuar con ánimo, y fervor el camino de la conversión. Dios es fiel hijos míos, Dios es bueno, nunca olvidemos eso a pesar de las circunstancias. Reciban un abrazo fraterno y mi bendición.
¡Cristo, ha resucitado! ¡Verdaderamente, ha resucitado¡
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