UN NUEVO RESUMEN RECONCILIATIO ET PAENITENTIA

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Según Santo Tomás, el pecado mortal conlleva una pena eterna si no es perdonado y conlleva un acto que busca la separación de Dios, mientras que el venial merece una simple pena temporal porque no priva de la amistad con Dios.

Según la tradición de la Iglesia, por el pecado mortal el hombre rechaza a Dios, que puede ocurrir de modo directo y formal como la idolatría, apostasía y ateísmo, o de modo equivalente como los actos de desobediencia a los mandamientos.

En la Asamblea Sinodal algunos Padres propusieron diferenciar entre pecado venial, grave y mortal, por la gradación en los pecados graves.

Pérdida del sentido del pecado

La conciencia cristiana posee una fina sensibilidad y una aguda percepción de los fermentos de la muerte contenidos en el pecado. Esto se llama sentido del pecado, que está unido al sentido de Dios, por lo que jamás puede borrarse completamente.

Sin embargo, muchas veces se oscurece la conciencia moral del hombre, oscureciendo también el sentido del pecado. Pío XII afirmaba que el pecado del siglo es la pérdida del sentido del pecado. Esto se da por el secularismo de nuestra época, en la que se defiende un humanismo que hace total abstracción de Dios, y se concentra en el culto del hacer y del producir. De esto se desprende que el hombre puede construir un mundo sin Dios, pero este mundo terminará por volverse contra el hombre.

En nuestros días se da un vuelto ético que amortigua la noción del pecado, afirmando que el pecado existe pero que no se sabe quién lo comete. Pecar no es solo negar a Dios, sino que es vivir como si Él no existiera.

Frente a todo esto es necesario restablecer el sentido justo del pecado, con una clara llamada a los principios inderogables de razón y de fe. De esta manera podremos afrontar la grave crisis espiritual. También es necesario una práctica cada vez más cuidada del Sacramento de la Penitencia.

RELACIÓN DE LA CLASE CON EL TEXTO

La relación que fundamentalmente encuentro en el presente texto con lo desarrollado en las clases, consiste en las cuatro rupturas que genera el pecado. En el texto se menciona el pecado personal, del cual se desprende la ruptura con uno mismo y la ruptura con Dios, como en el caso de Adán con el miedo y la vergüenza a Dios.

Por otro lado, el texto menciona el pecado social, que se relaciona con la ruptura con los demás y con la creación, mencionados en clase cuando Adán le echa la culpa a Eva del pecado cometido y cuando Dios los castiga y los destierra del Paraíso.