Compañeros de viajes. Ensayo

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Algunos años después y luego de varias experiencias, mis pies transitaban de nuevo los caminos ya recorridos del espacio más recordado, anhelado y deseado. De nuevo estaba completa, sabía que no sería fácil comenzar de nuevo, pero finalmente que había resultado fácil después de todo en mi vida.

Recuerdo tantas personas y situaciones que han cuestionado el porqué de esta insistencia en la universidad cuando según sus palabras: “el éxito no solo lo encontraras allí” “estudia algo bueno” “no te compliques la vida con tantas cargas” “vive la vida, nunca tienes tiempo”. Pero lo que estas palabras con sabiduría y amor de quienes creían poseer la verdad, generaban en mi era un sentir totalmente diferente.

Porque si he vivido, si he sentido, veo mi vida exitosa, sé que puedo abarcar muchos conocimientos en otras áreas que quizás generen muchísimos más ceros en una suma, pero creo que una de las operaciones matemáticas que más me gusta es dividir, y justo es eso lo que nos permite esta maravillosa profesión de ser maestros.

Es una linda mañana hoy pero la contemplación hace que perdamos la noción del tiempo y salimos corriendo mi compañero de viaje” mi hijo” que no quiere llegar tarde a la reunión con su decano, y es que ahora ya no es un niño, como representante estudiantil de Ingeniería civil, siempre anda gestionando y cuidadoso de su compromiso, también apuro el paso porque voy hasta el otro lado de la ciudad, pero este recorrido me brinda el momento para celebrar la maravillosa oportunidad que me ha brindado mi formación como maestra para darme también herramientas para desempeñarme como madre, porque siento que de alguna forma la academia ha permitido que nuestro entorno este enriquecido, definitivamente no soy la misma mujer que recibía su prueba de embarazo positiva, las preguntas se han modificado y las respuestas seguirán llegando.

Posiblemente nos graduemos al mismo tiempo del pregrado, y aunque puede ser algo descabellado para otros padres para es una linda experiencia que engrandece mi vida porque de alguna forma fue apropiado que participara siendo un niño acompañándome en las aulas para que surgiera en su ser un deseo por el conocimiento y un amor por la misma alma mater.

Durante mi paso por la universidad, hay amores que he puesto a un lado, oportunidades laborales que también he puesto a un lado, pero mi formación como maestra es el único proyecto que no pongo a un lado, ha sido lento y diferente dotado de otros intereses que comparten mis compañeros pero ha sido maravilloso.