Diálogo con Carmelitas..
Enviado por Stella • 3 de Abril de 2018 • 1.880 Palabras (8 Páginas) • 263 Visitas
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locutorio, celdas de las monjas, paredes, puertas, hasta llegar a la capilla donde se encontraban las monjas en oración; el comisario subido en el púlpito del convento, llama al silencio y dice que “el ejército francés acaba de lograr una gran victoria y que en Paris y que la República ha sido proclamada” con eso el tumulto de gente se va del convento entonando cantos, quedando las monjas por el momento a salvo de las agresiones, a lo que Priora decide ir a Paris para ver de cerca cómo están las cosas y poner a salvo el Carmelo, dejando a las hermanas a cargo de la Madre María de la Encarnación a quien deben dar obediencia. El capellán desde la clandestinidad manda a un niño/joven a decirles a las hermanas que las espera para el oficio de Viernes Santo y que vayan en grupo de dos o tres para no levantar sospechas. Al llegar las hermanas empiezan con la liturgia de Viernes Santo y el capellán saca un crucifijo que tiene escondido entre la paja y las hermanas hacen la veneración de la Santa Cruz. El comisario enterado de lo ocurrido, les dice que había llegado a sus oídos la reunión clandestina de un sacerdote perseguido por la Ley a lo que ellas afirman que sí asistieron y que le deben obediencia a la priora (Dios) y no a la Nación, a lo que el comisario, enfurecido les dice a las monjas que todos han desobedecido a la ley y están expuestas a la Ley Civil y que tenían 24 horas para reunir sus cosas y ponerse otra vestimenta (quitarse el hábito religioso), abandonar el convento porque se convertirá en casa de los soldados, prohibiéndoles a la vez toda vida comunitaria y contacto con sacerdotes retractarios , les prohíbe también grupos comunitarios de 2 o 3 y que debían registrar sus nombres y nuevos domicilios, de lo contrario la ley pondría fin a su “obstinación” y “fanatismo”, con el fin de suprimir la religión y dispersar las comunidades religiosas.. La Madre María de la Encarnación, propone a las hermanas a hacer el voto de martirio con la finalidad de que Francia siga siendo Cristiano, la Madre pide a las Carmelitas ofrecer su sangre aunque con el riesgo (entre las monjas) de dividir espíritus y oponer conciencias, diciéndoles que deben de estar todas de acuerdo para profesar dicho voto solemne, a lo que someten a votación, siendo Sor Blanca, presa de su miedo, la única que vota en contra del voto, pero después se retracta y hacen clandestinamente el Voto de Martirio, ofreciendo su vida a imitación de Cristo, ofreciendo su vida (sangre) por la salvación del Carmelo y de la Iglesia, es así como quedan en cambiar el hábito por una ropa de seglar y abandonan el Carmelo y se distribuyen en grupos de 2 o 3 para vivir en comunidad, sin embargo Sor Blanca de la Agonía de Jesús, se echa atrás escapándose, las hermanas al amanecer abandonan el convento vestidas de seglares y se van al municipio a registrar sus domicilios, el comisario había encontrado a Sor Blanca vagando por las calles y le da la opción de ponerla en libertad y reunirla con su padre que se encuentra preso en Paris; llevarla con su padre le dicen a este refiriéndose a su hija que había sido “arrancada de los curas, del fanatismo, y que la joven había renunciado a la superstición y jurado odio eterno a los aristócratas y tiranos y que proclamaba su obediencia a la nación y a la República”. Su padre la confronta diciéndole que si aquel hombre había hablado en su nombre y había dicho la verdad a lo que contesta que no, que el hombre ha mentido. Su padre después fue mandado a la guillotina.
Sus miedos interiores siguen atormentando a sor Blanca y una de las hermanas (Sor María de la Encarnación) la invita a seguir el camino de Dios en la clandestinidad, pero ella por el momento se resiste, aunque su alma le pide seguir a Dios y va en Busca de la hermana.
Sor Blanca le dice a Sor María de la Encarnación que las hermanas han sido detenidas y llevadas a Paris para ser juzgadas, ella dice que tendrá el valor para salvarlas, pero Sor María le dice que hay que cumplir el voto del martirio, Sor Blanca huye nuevamente por miedo a la muerte.
Las hermanas en prisión siguen con el anhelo de seguir a Cristo, ante los tribunales ellas responderán que solo han tenido obediencia a la superiora que es la voz de Dios u son condenadas a la pena de muerte, ellas con convicción aceptan el martirio y rezando el Ave María van camino al martirio y mientras van llamando a cada hermana por su nombre religioso para ser ejecutada en la guillotina entonan cantos en latín. Sor María de la Encarnación, que observa cómo sus hermanas están cerca del martirio decide ir también a ser juzgada pero un hombre la detiene invitándola a repetir el Padre Nuestro, en esta oración ella reconoce en la frase “hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo” que la voluntad de Dios era que ella siga con el Carmelo, ese hombre la anima diciéndole que Dios elige y reserva a quien quiere, Sor Blanca de la Agonía de Jesús continúa con los cánticos en señal de unión al martirio con sus hermanas Carmelitas.
Las hermanas murieron en la guillotina en la plaza, y como fruto de este martirio la comunidad Carmelita y la religión cristiana no se perdió en Francia, sino que surgieron grandes Santos y Santas, que se inmortalizan en la vida cristiana y en la historia de la Iglesia.
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