El Funeral de la Humanidad
Enviado por mondoro • 25 de Marzo de 2018 • 1.732 Palabras (7 Páginas) • 268 Visitas
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La presión social no solo presenta peligros a la vida de los jóvenes de este modo, también puede llevar al suicidio. El 40.8% de los suicidios ocurren en jóvenes de 15 a 29 años. Muchos de estos son jóvenes que se dejaron llevar, que los presionaron hasta que se rompieron y que trataron de verse como les decían que tenían que verse, pero al no alcanzar esos estándares, se rindieron y pensaron que no les quedaba motivo alguno por el cual vivir.
Cada vez, los adolescentes se encuentran en peor estado mental. Los medios los hacen cada vez más superficiales. Se calcula que la anorexia nerviosa afecta entre el 0.5% al 3% de la población mundial de adolescentes, convirtiéndose en la tercera enfermedad crónica más común entre este grupo de personas. Esto es enfermizo, y solo son los casos registrados, muy certeramente hay muchos otros casos que son ignorados.
Cielo Latini vivió esto. Para ella, la anorexia empezó a los 12 años, cuando pesaba 64 kilos y ella se sentía marginada. Siendo la mayor de tres hermanos, sentía que debía dar el ejemplo de todo, y se volvió autoexigente. Ella cuenta que se volvió obsesiva, que contaba las calorías, y que en algunos días solo ingería un sobre de sacarina.
“Lo que recuerdo es que era una niña solitaria. Hasta que de pronto empecé a perder peso, y mi teléfono comenzó a sonar. Asocié la delgadez con la personalidad, con el éxito social. Y eso mismo exactamente es lo que les pasa a muchas chicas, creen que cuanto más flacas estén, mejores personas van a ser y más van a ser aceptadas por la sociedad y por sus amigos.”
Evidentemente, lo que le pasó a ella se debe a la presión social. Se sentía presionada a ser perfecta, y cuando comenzó a perder peso y a ver resultados en su vida social, continuó con este comportamiento autodestructivo. Esto es enfermizo. No es la única que adolescente que ha pasado por este tipo de situaciones.
La anorexia, comúnmente causada por una baja autoestima, ha tomado varias víctimas, y no todas salen con vida de estas situaciones. El 20 de abril del 2012 se dieron a conocer los días finales de Charlotte Seddon, una joven británica de 17 años que falleció por esta enfermedad. Al momento de morir ella pesaba poco más de 38 kilos. Según lo escrito por la chica en su diario íntimo, luchó durante cuatro años contra la enfermedad sin compartir el calvario con nadie de su familia. Según cuenta, sus trastornos de autoestima y de alimentación comenzaron a los 12 años.
Al leer estos casos, es completamente lógico que sintamos lástima o tristeza, aunque ignoramos el hecho de que esto fácilmente recae en nosotros. ¿Cómo? Bueno, muy probablemente no alentamos estilos de vida poco saludables, y ciertamente no los aprobamos, pero no estamos haciendo nada por detenerlo. Se dice que tanto mal hace quien calla como quien actúa. Al ser negligentes con estas situaciones y fingir que simplemente no están ahí, somos cómplices. Nos podremos negar esto cuantas veces queramos, pero los hechos son irrefutables. Al no manifestar nuestro desacuerdo, otorgamos. El que calla otorga. Quien nunca protesta contra ese anuncio con una modelo demasiado delgada está demostrando que aspira a ser como ella, o que cree que en verdad eso es belleza. La belleza no puede ser definida por un anuncio con una joven, y sin embargo comúnmente se le define de acuerdo a la publicidad. Esta publicidad lleva a jóvenes de ambos sexos y de todas las edades a aspirar a verse así. Alienta los enfermizos estilos de vida que terminan por seguir. Como fue mencionado previamente, el que calla otorga.
Me he percatado de que no estamos lejos de la anarquía moral, y probablemente ya hayamos caído en ella. Ha llegado un punto en el que la honestidad es tan inusual que agradecemos infinitamente cuando alguien nos proporciona un poco de esta. Hemos llegado a un punto en el que la mera cordialidad es frecuentemente confundida con un modo de cortejo. Hemos llegado un punto en el que somos humanos, y como conjunto somos la humanidad, pero no demostramos humanidad. La palabra “humanidad” tiene múltiples significados. Uno es, como se dejó implícito previamente, el conjunto de humanos. Otro significado de acuerdo a la Real Academia Española es la sensibilidad o compasión de las desgracias de otras personas. Somos humanos, veo muchos humanos, pero ya es muy raro ver este sentimiento de humanidad.
Queramos o no, permitimos estos comportamientos autodestructivos. Permitimos que las mentes jóvenes se vean infectadas por superficiales ideales de lo que es belleza. Al permitir esto, estamos cavando nuestra propia tumba. Estamos dejando que nos entierren. No como individuos, sino como comunidad, como la comunidad humana. Estamos permitiendo que lo que los medios dicen dicte el comportamiento de las futuras generaciones, sin hacer nada al respecto. En realidad, pareciera que, al callar todas nuestras protestas, preparamos nuestro propio funeral. Cavamos cada vez más fondo, construimos el ataúd, y ya no estamos muy lejos de escoger las flores. ¿En verdad queremos seguir callados?
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