Equidad de Género.
Enviado por Rimma • 19 de Noviembre de 2017 • 6.080 Palabras (25 Páginas) • 504 Visitas
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TABLA 1. MUJERES MAYORES DE 15 AÑOS, CASADAS O UNIDAS QUE SUFRIERON VIOLENCIA A LO LARGO DE LA RELACIÓN CON SU ÚLTIMA PAREJA
TIPOS DE VIOLENCIA
NACIONAL
DISTRITO FEDERAL
DE PAREJA
46.1 %
51.9 %
VIOLENCIA EMOCIONAL
42.4 %
49.8 %
VIOLENCIA ECONÓMICA
24.5 %
24.1 %
VIOLENCIA FÍSICA
13.5 %
13.3 %
VIOLENCIA SEXUAL
7.3 %
6.9 %
ENDIREH, INEGI 2011.
Cabe señalar que las mujeres que declararon ser agredidas, generalmente sufren diversos tipos de violencia; sin embargo, la forma más frecuente de agresión es la emocional, tanto a nivel nacional, como en la capital del país.
En el Distrito Federal, la proporción de mujeres de 15 años y más, que señalaron haber sufrido algún incidente de discriminación o violencia laboral, fue del 13.86%, equivalente a casi dos millones de mujeres. Los grupos de edad en que se presenta con mayor frecuencia esta modalidad de violencia son: entre 35 y 44 años; y entre 25 y 34 años (INEGI, 2011). La violencia contra las mujeres también se manifiesta en el ámbito público, donde puede ser realizada por cualquier persona, sea conocido, desconocido, familiar o persona con autoridad en la escuela o el trabajo. La Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para el Distrito Federal define a la violencia en la comunidad del siguiente modo: “Aquella cometida de forma individual o colectiva, que atenta contra su seguridad e integridad personal y que puede ocurrir en el barrio, en los espacios públicos o de uso común, de libre tránsito o en inmuebles públicos propiciando su discriminación, marginación o exclusión social” (Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Distrito Federal, Artículo 7-IV). La violencia comunitaria tiene varias manifestaciones como, entre otras: violación, abuso sexual, intimidación, trata de personas, prostitución forzada, acoso sexual y prácticas discriminatorias en instituciones educativas, laborales, establecimientos de salud, centros de recreación, medios de transporte, vía pública, o cualquier otro lugar.
Por su parte, la violencia sexual en todas sus formas y ámbitos de ocurrencia es también una de las manifestaciones más frecuentes y tiene una clara connotación de género, pues los agresores intentan afirmar su poder masculino afectando la integridad física y/o sexual ejercida sobre el cuerpo de las mujeres de manera humillante. La violación, la prostitución forzada y el feminicidio afectan la libertad sexual y la vida de las mujeres, y se consideran formas de violencia extrema en el ámbito público. En el Distrito Federal cobran relevancia los datos sobre la violencia en el ámbito público o comunitario. De acuerdo con los datos de la ENDIREH (2006), 60 de cada 100 mujeres de 15 años y más declararon haber sido agredidas en el entorno comunitario: calle, cines, deportivos, casas ajenas e incluso la propia, por personas diferentes a la pareja, con lo cual el Distrito Federal aparece como la entidad con mayor proporción de este tipo de violencia, seguida por el Estado de México con 55% de mujeres que señalan haber padecido violencia en el ámbito público. Un grave problema de la violencia en los espacios públicos es el anonimato y la impunidad de los agresores; en la capital del país 95.6% de las mujeres atacadas lo fueron por un desconocido, lo que significa serios problemas para la denuncia y el eventual castigo a los agresores. Otro estudio sobre discriminación y violencia contra las mujeres en el transporte público de la Ciudad de México,6 mostró que a lo largo de su vida, 9 de cada 10 mujeres ha sido víctima de alguna forma de violencia sexual. Según los resultados de la mencionada Encuesta, en el último año, 8 de cada 10 mujeres vivieron situaciones de violencia; y al menos 43% reportó haber padecido hasta 4 situaciones de violencia sexual. También se mostró que las mujeres con más episodios de agresiones son las jóvenes y las adultas jóvenes; 29.4% de mujeres usuarias las hicieron sentir miedo de un ataque sexual; 15% de las usuarias agredidas fue perseguida por un hombre para atacarlas sexualmente, y 2.1% fueron violadas. El estudio del CONAPRED (2009) concluye que las mujeres se encuentran más expuestas y en riesgo de vivir violencia sexual y por tanto, tienen mayor experiencia de miedo, además de que generalmente, son ellas las que asumen los costos más altos para su propia seguridad; como el restringir salidas de esparcimiento en horarios o traslados inseguros, por ejemplo. Otro resultado del estudio, es que, comúnmente las mujeres no denuncian por desconfianza de las autoridades. En este aspecto se reconocen los avances obtenidos por el gobierno capitalino, a partir del concepto Ciudades Seguras para las Mujeres, que se ha operado con programas como “Viajemos Seguras en el Transporte Público de la Ciudad de México”, cuyo propósito es realizar acciones institucionales coordinadas con perspectiva de género, entre las instancias de trasporte público, seguridad pública y procuración de justicia. Estas intervenciones incluyen acciones de prevención (con transporte exclusivo para mujeres), así como el establecimiento de módulos de atención para casos de violencia sexual, ubicados en estaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro; o el Centro Integral de Justicia Cívica, en la estación del Metro “Guerrero”. Otra medida ha sido la aplicación de un modelo único de atención a la violencia contra las mujeres a partir del cual se realizan acciones para recuperar espacios públicos y promover la seguridad ciudadana. No obstante estos esfuerzos, no se cuenta todavía en la Ciudad de México con una política de estado con perspectiva de seguridad humana, que garantice de manera integral, los derechos básicos de personas, familias y comunidad. Más allá de las condiciones específicas de zonas de riesgo por el aumento de la delincuencia y los conflictos sociopolíticos, la seguridad humana, de acuerdo al consenso internacional, se relaciona con la preocupación por
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