Evaluación Domiciliaria 1 ¿Cómo evalúa la actuación de la AT?
Enviado por Christopher • 1 de Noviembre de 2018 • 1.377 Palabras (6 Páginas) • 280 Visitas
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3) ¿Cuál es la importancia del contacto corporal en un Acompañamiento Terapéutico?
El contacto corporal entre el acompañante y el paciente es de suma importancia. Cuando de comunicación se trata, no solo se transmite a través del habla, existen otras formas de comunicación muy importantes como son la gesticular y corporal. El trabajo del acompañante se basa en ser un agente de salud, conteniendo a pacientes crónicos y agudos, interactuando en busca de comprender como siente la otra persona. Para saber leer el lenguaje corporal, es necesario el contacto físico y ser sensible a su expresión. El contacto con el cuerpo favorece al trabajo terapéutico, que construye un entorno cálido y confiable, generando bienestar emocional en el paciente, quienes son altamente sensibles y receptivos, los cuales pueden diferenciar entre un contacto firme y uno acartonado, entre uno mecánico y uno lleno de sentimiento y afecto.
El valor al contacto corporal puede tener un significado diferente, y puede variar según:
- La zona del cuerpo tocada (cabeza, espalda, cara, pecho, brazos, etc.)
- El tiempo que dura ese contacto.
- La fuerza aplicada durante el contacto.
- La frecuencia del toque.
- El modo de tocar: abrazar, palmear, sostener, besar, guiar, apoyarse, acariciar y enlazarse.
Estos factores pueden influir en forma positiva en el momento adecuado, o en caso de ser un contacto excesivo o incluso escaso, puede contribuir a una reacción negativa del paciente. Por esto, el saber cuándo y cómo realizar ese contacto es de vital importancia. Se debe respetar los tiempos del paciente, su espacio corporal, sus ritmos, la distancia óptima, sus tiempos y el acercamiento apropiado, teniendo en cuenta el cuadro psicopatológico y el momento en el que se encuentre el paciente, respetar estos factores es de suma importancia para que el acompañamiento resulte efectivamente terapéutico. Es fundamental al momento de conocer al paciente ser objetivo en los detalles, como a las primeras reacciones corporales, no solo a las palabras y acciones, como dice el texto “el saludo inicial deja sus huellas”. Otro factor prominente son los ojos, la mirada, ya que el contacto oculares una forma intima de establecer una conexión con otra persona, y los ojos pueden ser relevadores. Es conveniente ser cuidadosos de no fijar los ojos en los pacientes, puesto que podrían evitar o desalentar el contacto con ellos.
Es posible lograr una conexión con personas que sufren trastornos mentales, esto requiere paciencia y comprensión. Se debe evaluar cuidadosamente el grado de proximidad que cada paciente pueda tolerar con comodidad en diferentes momentos y estados en el que se encuentre. Este límite es el que el acompañante debe conocer y respetar.
El contacto debe efectuarse en forma gradual, en los tiempos de cada paciente, procurando que este venza el temor al rechazo, buscando acabar con el sentimiento de aislamiento y soledad.
Es imprescindible que el acompañante se mantenga en una “disposición expectante”, alerta para saber sobrellevar cualquier situación que se presente, ya sea de reacciones violentas y agresivas, o incluso emociones sexuales presentadas de forma sutil o directa. Estas situaciones deben ser informadas y trabajadas con el equipo tratante.
El acompañante terapéutico deberá regular el intercambio afectivo al paciente, creando un vínculo, que ayude al paciente a mejorar sus relaciones y desarrollar una personalidad más apacible con su entorno. Con compromiso y entrega, se debe afianzar mediante el contacto corporal el vínculo con el paciente, y así lograr la comprensión del mismo y promover su bienestar.
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