Honduras siglo xx

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Funcionarios diplomáticos de EE.UU, en varias ocasiones sirvieron de intermediarios entre “generales” en pugna por el poder en Honduras. La presencia de embarcaciones de guerra y tropas de EE.UU, en Honduras y C.A., forma parte de la historia del siglo XX de estos países.

La competencia entre las compañías banaeras se reflejó en acontecimientos políticos de la época. Para sus propósitos, la United Fruit Company, se apoyaba en los 2nacionalistas”, y la Cuyamel Fruit Company, en los “liberales”. En ocasiones les llevaron a extremos humillantes de servilismo y anti patriotismo. Bajo estas condiciones, el fortalecimiento de la economía nacional y del Estado nacional, tuvo un ritmo lento y consecuencias deformantes.

La influencia de las transnacionales del banano se manifiesta en el financiamiento a candidatos políticos, para obtener beneficios posteriores, y las concesiones que recibieron de los gobiernos una vez que “sus candidatos” llegaran al poder por medio de elecciones o las armas. Los actos ilegales por parte de las autoridades de ese tiempo, fueron abundantes.

Lo contradictorio del desarrollo de las relaciones de producción en los marcos del capitalismo internacional, radica en que sus frutos en Honduras son inversamente proporcionales a los beneficios de la Nación.

En este momento, la historia nos revela la inexistencia de una clase social dirigente patriótica, con su propio programa de desarrollo nacional. En lo ideológico, “liberales” y “nacionalistas” no presentan grandes diferencias, ni en el ejercicio del poder. Más del 30% del Erario era empleado para contrarrestar militarmente a los adversarios. La ingobernabilidad de la Nación, fue la norma política de esta fase histórica.

De las compañías bananeras que se van formando, para 1929 se consolidan:

- La “Standard Fruit Company” (en 1967, pasa a ser subsidiaria de la Castle and Cook Incorporation).

- La “Tela Railroad Company” (subsidiaria principal de la United Fruit Company, en 1969, es incorporada a la United Brands.

Mientras el valos de las exportaciones mineras reportadas va decreciendo, el de las exportaciones bananeras, en 1929, cubre el 85% del valor de las exportaciones de Honduras. Aunque como país, por ello percibía pocos ingresos, dada la “política concesionaria” y la inclusión de dispensas que exoneraban de pagos a las transnacionales.

En general, las inversiones extranjeras en Honduras:

1. Permitieron la apertura de formas de producción capitalista en la minería y la agricultura, formando las economías de enclave. Éstas a su vez, afectaron el desarrollo de la economía nacional, e impidieron la formación de una elite gobernante con mentalidad patriótica, y políticamente independiente.

2. Favorecieron la creación de nuevos oficios (maquinistas, mecánicos, tenderos, etc…), e impulsaron las actividades financieras y comerciales. Lo anterior dio como resultado, nuevos sectores y clases sociales, que ampliaron y diversificaron las estructuras de la sociedad hondureña.

3. Involucraron a Honduras en un nuevo movimiento histórico que trajo consigo un progreso relativo: el desarrollo de un capitalismo dependiente o periférico en Honduras, incorporando a esta nación a la economía mundial.

El Cariato (1933 – 1949)

Tiburcio Carias Andino, caudillo del Partido Nacional, desde 1923 luchó por la presidencia de Honduras, por medio de las elecciones y las armas. El 28 de octubre de 1932 se convocó a elecciones presidenciales, y obtiene la victoria con 80, 512 votos, sobre su adversario del Partido Liberal, José Ángel Zúñiga Huete (con 61,047 votos).

Los partidarios de Huete provocaron alzamientos en San Pedro Sula, Tela, La Esperanza, Santa Bárbara y Nacaome, pero fueron controlados. Zúñiga, públicamente reconoció los resultados, y el 26 de noviembre junto a su familia partió hacia Nicaragua.

La dictadura y las transnacionales

Zúñiga, líder liberal, era considerado por diplomáticos de EE.UU, como un “rabioso anti-norteamericano”. En cambio, Carias despertaba más confianza, durante muchos años había prestado sus servicios como abogado a la United Fruit Company, a la cual favoreció considerablemente durante su gobierno, al igual que otros gobernantes hondureños. Los mismos estadounidenses opinaban que:

“La United Fruit Company probablemente nuca tuvo un Congreso hondureño más sumiso a sus deseos. En realidad creo que ninguna compañía frutera ejerció nunca una influencia y control más poderoso sobre un gobierno hondureño (con la posible excepción del Gobierno de Manuel Bonilla, creado por una revolución ayudada por la Cuyamel) que el ejercido ahora por la compañía sobre el Gobierno del Presidente Carias”.

Durante este régimen, la “paz” se instauró por la política represiva desatada contra los opositores, a través de los “comandantes de armas” en los departamentos.

El asesinato, encarcelamiento, o el exilio, fue la suerte de miles de opositores (intelectuales, campesinos, obreros, profesionales, etc…), hombres y mujeres, liberales, marxistas y hasta del mismo Partido Nacional opuesto a la hegemonía cariísta.

La dependencia económica y política de Honduras hacia EE.UU., durante el “Cariato” aumentó sustancialmente. En tanto los enclaves, especialmente el bananero, se consolidaban, la economía nacional continuaba siendo débil, desarticula, y atrasada.

El aumento de la red ferroviaria para aumentar las comunicaciones y el movimiento comercial, eran visibles solamente en la Costa Norte. Ni las compañías bananeras cumplieron sus compromisos de extender esas redes hacia el interior del país, ni el gobierno tuvo capacidad económica para sufragar los gastos requeridos en obras de infraestructura y de desarrollo social. El mantenimiento del statu quo, fue la tarea principal del régimen. La tolerancia a los abusos, el estilo de gobierno.

En 1940, empresarios de EE.UU. mantenían inversiones en Honduras con un valor aproximado de $36 millones. Este era un país estratégico en el istmo, ya que se logró con éxito la expansión del capital extranjero, debido a una favorable política concesionaria hacia este capital (bajos impuestos, exoneraciones, privilegios, etc…), poco control estatal, la existencia de una dirigencia política estatal subordinada a los intereses extranjeros (como lo reconocían los mismos norteamericanos) y una mano de obra