LOS CONFLICTOS DE ISOLINA PARTE II
Enviado por klimbo3445 • 19 de Abril de 2018 • 3.200 Palabras (13 Páginas) • 517 Visitas
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NUDO: Isolina le comenta su problema a Yolanda, le cuenta lo preocupada que está por las consecuencias que le ha dejado su ansiedad; Yolanda le recomienda unas pastillas que muchas de sus amigas están tomando y que, según ella, eran muy efectivas tanto para bajar de peso como para disminuir el hambre y el sueño; lo que Yolanda no sabía era que estas pastillas estaban hechas a base de anfetaminas y que como consecuencia por incluirlas en la dieta diaria estaba la muerte súbita, además eran ilegales y por lo mismo exorbitantemente costosas. Isolina comenzó a ahorrar todo el dinero que le daban en su casa y consideró vender objetos personales para poder conseguir las pastillas que le darían mejora a su situación.
Por otro lado, un día antes de llegar al colegio esperó a Rebeca y le dijo que quería hablar con ella, como era de esperarse esta se puso a la defensiva echándole en cara que no podía llegar a involucrarse en sus problemas cuando le había quitado su amistad que era todo lo que tenía. Isolina no pudo evitar molestarse por el tono de su voz, así que comenzó a ser menos delicada con sus palabras hasta que Rebeca aceptó hablar con ella, pero en la tarde a la salida del colegio.
Esa tarde Isolina y Rebeca se encontraron para hablar, y antes de que Isolina dijera alguna palabra Rebeca se disculpó por haber sido tan hostil y haber estado tan a la defensiva con ella, le confesó que no solo se veía muy desmejorada, también se sentía así; también le comentó sobre sus síntomas, en los cuales se incluían vómitos, mareos, e “inflamación” en su abdomen. Isolina le preguntó si podía deberse al consumo de algún narcótico, pero Rebeca respondió que a ella no le gustaban ese tipo de cosas, simplemente se embriagaba con sus amigos y si había oportunidad se acostaba con ellos; Isolina quiso recomendarle que hablara con un especialista, que consultara su problemática con el psicólogo del colegio pero esta se negó diciendo que no se encontraba loca y no necesitaba de esas cosas, que prefería consultar sus problemas con Isolina ya que le tenía más confianza. Rebeca también confesó que su malestar no era solamente físico, que la pérdida de su amistad con Isolina la dejó muy mal a tal punto que solo quería correr, escapar de su realidad y pensaba que si su malestar era una forma rápida de morir, era mejor no hacer nada al respecto. Isolina se quedó atónita al escuchar las palabras de su antigua amiga mientras la veía caminar con torpeza, de repente Rebeca llevó sus manos hacia su vientre bajo y se quejó de un fuerte dolor, dijo que quizá se debía a su periodo menstrual ya que hacía 3 meses no menstruaba; pero Isolina no pensó en eso, teniendo en cuenta los síntomas que Rebeca estaba padeciendo lo primero que llegó a su mente fue un posible embarazo, se lo comentó a Rebeca quien se negaba a la posibilidad de estar embarazada para luego caer en un irremediable ataque de nervios acompañado de inconsolables lágrimas. Isolina la llevó hasta su casa.
Esa noche Rebeca no pudo dormir, la cabeza le daba vueltas y sus sueños no eran más que amargas pesadillas sobre su problemática. Cuando despertó recordó el laboratorio a 5 cuadras de su casa y fue a practicarse la prueba de embarazo, le entregarían los resultados al medio día y había decidido ir con Isolina por si necesitaba una voz de aliento o unos brazos que la sujetasen si se desmayaba.
Rebeca tomó el resultado entre sus manos, salieron de esa fría sala de espera y caminaron, Isolina esperaba con ansias que Rebeca abriera los resultados, pero Rebeca aún no quería hacerlo, sentía miedo. Luego de un rato Rebeca abrió el sobre para encontrarse con un desalentador “POSITIVO”, al ver que Rebeca se desvanecía Isolina la sostuvo de un brazo y le propuso que hablaran en una cafetería, Rebeca no dejaba de preguntarle que debía hacer, Isolina le preguntó por el padre del bebe pero desafortunadamente y gracias a su vida alocada Rebeca no lo sabía. Decidió ir a dormir y “consultar con la almohada” lo que haría. Esa noche no pudo dormir nada bien, se sentía mareada, tenía náuseas y solo quería desaparecer, salir a las calles y sentir el piso frío en sus pies descalzos. Entrada la madrugada pus conciliar el sueño. Al encontrarse con Isolina antes de entrar al colegio le contó su decisión, abortaría. Isolina no puso evitar manifestar su opinión opositora ante aquella descabellada iniciativa, pero Rebeca le dije que ya era decisión tomada y que no había nada que hacer al respecto.
Alexander estaba con su mano derecha, “el rápido”, a quien había conocido desde la secundaria y había incluido en sus planes ya que era muy vivas y siempre andaba haciendo fechorías; le decía que estaba realmente interesado en Isolina y que haría todo por conseguirla, el rápido solo le decía que mejor se fijara en Yolanda que estaba mucho más “buena” y se notaba que moría por él; sin embargo a Alexander no le interesaba y solo pensaba en Yolanda como una posible ayuda para sus negocios sucios de contrabando.
Rebeca llamó a una amiga que conocía un médico obstetra especialista en abortos, el doctor Leónidas Cadena le dio la cita con dos días de anticipación y le dijo que no se preocupara, que solo era cuestión de algunos minutos, ella rompió la alcancía, en la cual llevaba ahorrando hacía dos años para su grado de secundaria; y la amiga que le recomendó el doctor le prestó lo que hacía falta para pagar los honorarios del doctor Cadena.
Cuando Rebeca llegó al centro médico le dijo a la recepcionista que tenía una cita con el doctor Cadena, pero ella le informó que el doctor había llamado al día anterior a cancelar todas sus citas, pero que sin embargo había un doctor que lo reemplazaría, y le indicó que esperara en la sala de espera. Mientras esperaba comenzó a sentir un malestar incontrolable, le temblaban las piernas y sentía que en cualquier momento iba a desfallecer; de repente escuchó una voz lejana que le decía que debido a la ausencia del doctor Cadena él la atendería; ella estaba tan débil que solo sintió como la levantaban y apoyaban en lo que parecía ser una cama para cirugía y de repente comenzó a sentir que la vida se le escapaba. Luego de unos minutos reaccionó, y aquél doctor le dijo que ya se estaba recuperando pero que sin embargo no se esforzara demasiado, que había tiempo de sobra para hablar; cuando Rebeca se halló más repuesta tomo fuerza para preguntarle si ya le habían practicado el aborto, el doctor le dijo que no y le dio una serie de explicaciones de porque abortar no era la salida a su problema, que pensara mejor las cosas, y le dijo que ese día no le practicaría el aborto, que si seguía dispuesta a hacerlo volviera después. Cuando Rebeca iba
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