La periodista. Obra teatral

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Los principios rectores del sistema de organización judicial azteca, obligaban que se tratara al noble con mayor dureza que al desposeído, ellos consideraban su obligación el impartir justicia, como ejemplo para los demás, conduciéndose con verdad e igualdad y el único fin era castigar al infractor no victimizar al inocente. Vemos aquí pues que si poseían juicios justos, y la penas infámales, eran el adulterio, asesinato, traición, delitos que eran castigados con la muerte, o el empalamiento, solo a los ancianos se les permitía embriagarse, si alguien más se embriagaba seria chamuscado su pelo, en público, el robo era castigado con azotes, la justicia era pronta, no tardaba más de 72 horas, y podía el acusado el mismo defenderse.

Los castigos como ya se mencionaron antes eran aplicados con mayor severidad a los nobles a las clases altas, si delinquían, por que se tenía la certeza que eran estos los que tenían que dar el ejemplo de honradez, y tener una moral muy recta como su pueblo y como sus dioses merecían. Ellos tenían temor a ser castigados si no actuaban según sus convicciones, creían y adoraban a sus dioses, tenían valores, respetaban, si bien es cierto que sacrificaban doncellas para ofrecérselas a los dioses, también es cierto que empleaban drogas para que no sintieran la muerte, sin embargo en la época de la colonia, los españoles castigaban a los que no se sometían a la religión católica con castigos severos, los torturaban, durante días meses, la inquisición fue quizás el episodio más cruel, que a mi parecer se compara al existente en el sistema corrupto mexicano de impartir justicia, que a pesar de que hoy se hable de derechos humanos aún está muy lejos de impartir verdadera justicia.

De tal manera que ahora si vemos la palabra justica no existe, ya no hay que dar un buen ejemplo al pueblo, mucho menos se respetan los dioses, la sociedad se ha corrompido, y el poder del dinero resulta valer más, que virtudes como la honradez, la verdad, la valentía, la forma en que se imparte justicia no es favorable al desposeído, sino todo lo contrario, en el caso de la periodista, es enviada a la cárcel por ejercer su derecho a la libertad de expresión, de prensa, y es condenada a perder su libertad, ella divaga y en sus fantasías intenta huir de su realidad.

Es necesario retomar valores, y justicia en todo el sentido de la palabra para seguir viviendo con dignidad, creer en el sistema de justicia, no temerle, no es un secreto que las cárceles están llenas en su mayoría de gente inocente, o gente que aún cometiendo un delito menor no tiene ni la menor idea de cómo defenderse, donde día a día se violan los derechos más elementales del ser humano, tal vez sea necesario retomar algunas forma de impartir justicia que tenían nuestros antepasados, para realmente impartir justicia y dar a cada quien lo suyo, en equidad.

Parar las muertes de periodistas que hacen su labor de escribir lo que alguien no quiera que se escriba, sacar a la luz pública el abuso, la corrupción, la verdad, sin que en ello lleven un gran castigo, sin que mueran más periodistas, necesitamos gente valiente que defienda su derecho a la libertad de expresión.