La razón frente a las pasiones del ser humano como animal

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La modernidad comportó alejar las responsabilidades morales del ser moral, hacia entes construidos socialmente y organizados más allá del individuo. El resultado general fue la tendencia en intercambiar la ética, que es un código de reglas i convenciones parecidas a leyes, por sentimientos morales, intuiciones y las necesitadas del sujeto autónomo.

La creación y el desarrollo del estado moderno han sido posible gracias a un constante proceso de racionalización, que pretendía abarcar todos los campos eliminando fronteras y límites que definían nuestra posición frente y con el mundo. El proceso de civilización no ha sido otra cosa que la sumisión por parte de los individuos a la gran fuerza moralizadora que la sociedad impone y ejerce sobra los cuerpos y sobre las nuestra psique. A través de sus instituciones que funcionan como poderes civilizadores.

Esta pretensión racionalizadora encarnada en la construcción histórica del universo simbólico tecno científico busca una vida sin misterios, eficaz, segura, echa a medida, sin novedades, sin irregularidades.

Existe, por lo tanto, un imaginario de la modernidad que se estructura en torno de esta búsqueda y que permite la expansión de la racionalidad instrumental. El modo de producción capitalista solo constituye la manifestación económica del proceso de racionalización a lo largo del cual la acción racional del individuo se impone como un valor supremo, lo que produce y consolida un nuevo régimen de la individualidad.

La modernidad se caracteriza por un desencanto del mundo, la desaparición de saberes míticos y religiosos y filosóficos tradicionales así como la rotura con el orden medieval y su sustitución por el conocimiento científico. Se presenta una disociación entre el hombre y la naturaleza. La rotura de un autentica simbiosis que trasforma esa en objeto de investigación frente al sujeto libre y racional. El finalismo del espíritu religioso anterior se rompe en nombre de la razón, instrumentalizada por el saber científico. Se establecen principios universales.

Este proceso racionalizador está a la base de la creación del estado moderno, caracterizado por una administración burocrática, racional con un poder militar permanente y el monopolio legitimado de la violencia con la finalidad de mantener el orden preestablecido.

En fin, observando nuestra historia social europea es evidente ( y triste) la importancia que ha tenido “el triunfo de la razón sobre el animal que el hombre lleva dentro” para el nuestro desarrollo cultural.

Hemos visto tanto en el proceso de unión entre sociedad e individuo, como en el transcurso hacia la civilización, que el hecho de cambio en la psique es importante. Y este cambio se da mediante una coacción general de la sociedad hacia el individuo y consecuentemente en una autocoacción personal.

Para esta integración también es esencial el desarrollo de la vergüenza y de los escrúpulos, para racionalizarse en el comportamiento. También es necesario destacar como la centralización del estado promueve el cambio de comportamiento entre las masas , al ejercer un control mayor sobre ellas y como también la competencia entraña una aceleración del proceso de cambio ,sea para desarrollar la individualidad o para asumir y mejorar costumbres y modales .El individuo tiene miedo de la sociedad , tiene miedo de lo que implica no cumplir los requisitos sociales y sentirse excluido , por esto el miedo también influye en la creación del " yo" , de la personalidad exclusiva de cada cual pero a su vez , determinada por unas costumbres impuestas socialmente.

El proceso de civilización no se da por la intención de un solo individuo, influye el margen de acción de cada uno; es un proceso evolutivo que se forma inconscientemente pero tampoco al libre albedrío. Se puede relacionar con la sociedad y los individuos y sus interrelaciones para explicar como al principio los "buenos modales "se encontraban en la alta aristocracia y poco a poco los ha ido asimilando la sociedad. Los “buenos modales” particulares chocan de forma hegemónica contra los modales particulares.

Una forma muy importante de transmitir las costumbres es la familia y la inculcación sobre su descendencia de éstas. Pero principalmente la importancia recae en las relaciones interindividuales, es decir en la sociedad que iguala a los individuos a través de varias técnicas de poderes que van formando subjetividades dando forma al individuo y salvaguardar las normas sociales.

Cada sociedad está determinada por un grado de civilización derivada de esta capacidad creativa del hombre, el problema del proceso civilizador y la sumisión de los instintos animales es cuando las normas y los valores morales son particulares e impuestos. Se puede afirmar que la evolución hacia un nosotros general es necesaria, pero lo es más la necesidad de que se obtenga un equilibrio entre sociedad e individuo; así como también el fin de los enfrentamientos y de los miedos en la civilización para que se consiga, o al menos se alcance con la vista esa utopía llamada felicidad.

Felicidad que será posible alcanzar solo sin tener miedo a nuestra animalidad y dejándonos llevar por las que son nuestras pasiones y nuestros afectos, por aquella característica específicamente humana: la capacidad de inquietarse de preocuparse por el otro y para el otro para finalmente recuperar esa idea de autonomía, idea de autonomía individual, no en el sentido liberal del termino sino idea de autonomía como la relación entre la capacidad creadora del individuo y el ámbito