Hace referencia a medidas extraordinarias fuera de lo común, para hacer frente a problemáticas “fuera de lo común” así como lo es la violación masiva de los derechos humanos

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Los procesos de justicia transicional buscan, ordinariamente, llevar a cabo una transformación radical del orden social y político de un país, bien para reemplazar un estado de guerra civil por un orden social pacífico, bien para pasar de una dictadura a un orden político democrático. Especialmente cuando se trata de transiciones negociadas, cuyo objetivo es dejar atrás un conflicto armado y reconstituir el tejido social, dicha transformación implica la difícil tarea de lograr un equilibrio entre las exigencias de justicia y paz, es decir, entre los derechos de las víctimas del conflicto y las condiciones impuestas por los actores armados para desmovilizarse. Y es que existen tensiones entre las exigencias jurídicas internacionales relativas a los derechos a la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas de crímenes de guerra o de lesa humanidad, y las restricciones impuestas por las negociaciones de paz llevadas a cabo por los actores armados con miras a lograr la paz. Así, aun cuando la normatividad internacional ha hecho de la obligación de individualizar y sancionar a los responsables de graves violaciones de derechos humanos un imperativo cada vez más estricto, la imposición de sanciones de ese tipo en todos los casos puede obstaculizar e incluso llevar al fracaso un acuerdo de paz. Porque, hay que aceptarlo, en un contexto de guerra, ningún actor armado estaría dispuesto a participar en un acuerdo de paz que no representara ningún atractivo para él. Las tensiones entre justicia y paz, entonces.

En la nación Colombiana se aplicara la justicia transicional a través de un tribunal creado por el gobierno nacional llamado JEP (jurisdicción especial para la paz), este ejercerá funciones judiciales y hará parte del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (SIVJRNR).

Este tribunal tendrá una serie de objetivos entre los cuales esta satisfacer el derecho de las víctimas a la justicia, ofrecer verdad a la sociedad Colombiana y contribuir al logro de una paz estable y duradera.

El tribunal para la Paz, según lo acordado en la Habana se ocupara de los delitos no amnistiables ni indultables, como los de lesa humanidad, genocidios, graves crímenes de guerra, toma de rehenes u otra privación grave de la libertad, tortura, ejecuciones extrajudiciales, desaparición forzada, acceso carnal violento y otras formas de violencia sexual, sustracción de menores y desplazamiento forzado, además de reclutamiento de menores. (Acuerdos de la Habana., 2016)

Este tribunal estará integrado por “personas de altas calidades” y postuladas por el papa Francisco, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia Transicional (ICTJ) y la Comisión Permanente del Sistema Universitario del Estado

Este comité anteriormente mencionado será el encargado de seleccionar a los 20 magistrados colombianos y 4 extranjeros que conformaran el Tribunal para la Paz; todos estos magistrados tendrán que conocer sobre las conductas perpetradas en el contexto y en razón del conflicto armado que ha vivido Colombia a lo largo de la historia.

“Vamos a tener un tribunal imparcial, en el que las Farc no van a tener ninguna injerencia, a menos que tengan relaciones muy fuertes con Ban Ki-moon o el Papa, que son quienes se van a postular al comité de escogencia de los magistrados”, (Álvaro Uribe Vélez, Expresidente de Colombia)

“Los magistrados serán escogidos por entidades que nos merecen todo el respeto. Se despejan las dudas de que las Farc iban a escoger a dedo sus propios jueces” (Claudia López, Senadora de la Republica de Colombia)

CONCLUSION.

La justicia transicional ha llegado a Colombia para aplicarse a todas esas víctimas inocentes del conflicto, que tienen derecho a la verdad, a que se haga justicia por parte del estado y que no queden impunes las masivas violaciones de Derechos Humanos que cometió este grupo armado, todos los Colombianos debemos aportar a crear una paz estable y duradera para ponerle fin a un conflicto que por más de 50 años ha azotado la tranquilidad de todos los Colombianos.