La vida escolar y las relaciones humanas
Enviado por Jerry • 1 de Enero de 2019 • 2.457 Palabras (10 Páginas) • 436 Visitas
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El tiempo considerable que pasa el estudiante dentro del aula, es una razón suficiente para que el docente busque las condiciones para que se promueva una sana interacción entre los aprendices. De esta manera logrará promover la consolidación de los grupos, obteniendo como resultado que en cada actividad solicitada estos puedan desempeñarse con armonía y logren alcanzar las metas propuestas.
La organización de los grupos es parte fundamental al implementar el trabajo colaborativo. Es esencial conocer las características y particularidades de cada alumno dentro del grupo, las diferencias y similitudes con las que cuentan y razón de ello establecer los equipos de trabajo. Como docentes de educación básica tenemos que jugar con la homogeneidad y la heterogeneidad de intereses y habilidades de los educandos a la hora de formar equipos, pues en la mayoría de ocasiones ellos prefieren reunirse por afinidad para realizar las actividades escolares. Esto pude ser perjudicial para su desempeño, debido a que las buenas amistades en los ratos libres no siempre funcionan adecuadamente al realizar tareas formales.
Cuando los equipos de trabajo se reúnen por simpatía la mayoría suele trabajar de manera satisfactoria, de forma armoniosa y con organización, pues se reúnen con los compañeros con los que comparten más intereses y esto hace que normalmente no exista discrepancia entre los integrantes a la hora de realizar las actividades. Pero no es del todo recomendable, a diferencia de una empresa donde intervienen personas bien consolidadas y donde la homogeneidad facilita llegar a acuerdos comunes, dentro de una escuela la homogeneidad dificulta el desarrollo de las habilidades de los alumnos, además que no contribuye a la inclusión y al manejo de la diversidad. Es mas provechoso reunir gradualmente a los alumnos con diferentes habilidades y aptitudes para que entre pares logren un integro desarrollo.
Para obtener un alto nivel de integración es esencial que todos los miembros del grupo (estudiantes) estén de acuerdo con las normas y reglas que existan dentro del aula. Para la creación de estas centrarse en quien aprende. Es pertinente recabar información a través de diferentes procedimientos como la observación directa de los alumnos, entrevistas, cuestionarios y conversaciones, para posteriormente y con su ayuda, toman las decisiones mas acertadas que regirán a todos (normas, procedimientos y métodos de trabajo), que ayuden a elaborar de mejor manera sus actividades escolares. Asimismo se pueden establecer entre docente y alumnos los criterios a evaluación y no exista alguna inconformidad posteriormente que arruine la armonía del grupo.
Otro aspecto muy importante es el estado de ánimo del grupo, para tener mejores resultados en su aprendizaje es necesario que tengan sentimientos de satisfacción. Para ello es preciso establecer en el salón de clases un clima natural de tranquilidad y de confianza, para que se sienta aceptado por el grupo y a su vez pueda satisfacer sus necesidades.
Un alumno tendrá la moral positiva cuando tenga deseos de expresarse, de hacer preguntas cuando lo necesite, de no sentir miedo o vergüenza por lo que piensen sus compañeros y maestro y participe de forma activa en todas las actividades propuestas. “Un estado de moral baja puede estar originado por el estado de inseguridad que el individuo siente dentro del grupo, su nivel de eficiencia y por lo mismo el del grupo, se verán disminuidos” (Soria, 1999: 180). Mantener buenas relaciones dentro del aula es vital para que las actividades que se elaboren de forma grupal puedan tener el éxito necesario y puedan construir aprendizajes de forma conjunta.
Otra forma de mantener un estado de ánimo apropiado dentro del grupo es manejar adecuadamente la competencia entre los alumnos, porque es cierto que la competencia entre compañeros los puede motivar a realizar de forma más rápida y eficiente determinada actividad, pero para otros puede ser un impedimento a su aprendizaje y una disminución de su motivación. Esto último a razón de que no todos cuentan con las mismas habilidades intelectuales, y se toman mayor tiempo en realizar determinado ejercicio, por este motivo aunque logren concluir la actividad de forma correcta, se sienten opacados por aquellos equipos o alumnos que la realicen en un lapso menor de tiempo. Por eso, antes de iniciar con la actividad muchos de ellos se sienten con desventaja y en ocasiones deciden no realizar lo encomendado.
Es necesario que cada uno de los integrantes comprenda que existen muchas diferencias entre ellos y sus compañeros, sus conductas, forma de expresarse y que cada uno, de forma muy particular, ha sido educado en casa por diferentes influencias culturales, pero que esto no será impedimento para que puedan trabajar de forma colaborativa, al contrario esto les puede ayudar a desarrollar ciertas habilidades que aun no dominan o compartir diferentes formas de pensar, con la ayuda de sus compañeros.
Partiendo de lo anterior se pude desarrollar la cohesión, es decir, la integración del grupo en general y los subgrupos de trabajo, teniendo como resultados un mejor funcionamiento menos conflictivo. “Las características de uniformidad y estructuración del grupo ayudan u obstaculizan los motivantes positivos y por lo tanto la obtención de satisfactores económicos, psicológicos y sociales” (Soria, 1999; 182).
La organización de los grupos es parte fundamental al implementar el trabajo colaborativo, primeramente se tiene que definir la cantidad de alumnos por equipo de trabajo, es importante mencionar que no deben ser demasiado numerosos, debido a que al serlo será mayor la diversidad de puntos de vista y pueden caer en desacuerdo y pérdida de tiempo, además que recae menos responsabilidad en ellos para alcanzar los objetivos. En los grupos de menor tamaño es más notorio el trabajo que cada uno realiza, así como las dificultades que presentan. Además, que el docente (líder formal) tiene un mejor control y cuestión de la disciplina y se facilita la canalización de conductas positivas.
La asignación de roles dentro de los equipos de trabajo contribuye a la solución de problemas de organización, pues muchas veces los alumnos no saben cómo contribuir al equipo o sienten demasiadas responsabilidades. Con esta técnica se facilita el desarrollo del trabajo de grupo, pues nos proporciona varias ventajas, como reducir la probabilidad que determinados alumnos adopten una actitud pasiva o dominante, que todos los integrantes sean valiosos para el equipo con sus aportaciones, etc.
Algunos de los roles más comunes dentro de los grupos de trabajo en la escuela son: encargado de ruido y conducta (controlaban que sus compañeros
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