LAS GRANDES RUTINAS DE LA VIDA ESCOLAR
Enviado por Antonio • 15 de Octubre de 2017 • 3.196 Palabras (13 Páginas) • 579 Visitas
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(Sennet, 1980) Toda acción pedagógica implica la selección de un conjunto de saberes como dignos de ser transmitidos y aprendidos.
- Así como la autoridad en el seno de la familia es fundamentalmente restrictiva,
- la autoridad escolar es esencialmente prescriptiva, lo que representa una diferencia de cualidad y de grado.
Viene a la mente el paralelismo:
- trabajo autónomo: el mercado impone restricciones al trabajador independiente a la hora de decidir el objeto de su trabajo, como las limitaciones de los instrumentos y el saber hacer las imponen al trabajador primitivo en una economía de subsistencia, pero ni uno ni otro encuentran nada ni a nadie que les dicte qué deben hacer, sino una gama de opciones posibles en el campo que dejan libres las restricciones.
- trabajo por cuenta ajena: El trabajador no encuentra restricciones, sino prescripciones: no hace falta decirle lo que no puede hacer porque ya se le ha dicho lo que tiene que hacer.
En la escuela mi libertad no empieza, como reza el adagio, donde termina la libertad de los demás, sino donde termina su poder.
(Jackson, 1968) la mayoría de niños y jóvenes aprenden pronto a no preguntar porque hay que aprender esto o lo otro. Aceptan pronto que, en ese respecto como en otros, están sometidos a una voluntad ajena.
La “individualización” consiste normalmente en una adaptación o dosificación de los medios para llegar al mismo objetivo, raramente afecta a los fines. Pero incluso si implica cambios reales en la posición del alumno o estudiante frente al contenido de su trabajo, el acceso a tal posibilidad se encuentra socialmente diferenciado.
Por tanto, la posibilidad de un niño de verse incorporado a un proceso de enseñanza que implique otra relación con el conocimiento está en proporción a sus ingresos familiares, entre otros factores asociados al origen social. En consecuencia, una educación más libre es más probable para quien también tiene más probabilidades de acceder a un destino social más elevado y refuerza acumulativamente estas. Destino social “más elevado”, significa entre otras cosas una posición distinta en la división vertical del trabajo, mayor capacidad decisoria sobre el objeto y el proceso de este.
Al no poder determinar el contenido de la enseñanza (objeto de trabajo escolar), el alumno o estudiante carece también de capacidad de decisión sobre su proceso de trabajo (el aprendizaje, la pedagogía, los métodos). Lo que se les dice e impone es que:
- No hay otro aprendizaje que el regulado por el profesor
- El aprendizaje se explica por la escuela y no al contrario
- Lo aprendido antes o al margen no vale porque lo ha sido fuera de los muros de la escuela
- Todo lo que tenga lugar dentro de esta se considera automáticamente aprendizaje (aunque a menudo consista en la más miserable pérdida de tiempo)
- El profesor libremente o bajo constricciones decide si el aprendizaje será memorístico o “activo”
- El profesor decide si los alumnos pueden cooperar en la realización de su trabajo o deben competir ferozmente entre sí
La motivación mediante recompensas extrínsecas
La escuela es un lugar de evaluación constante para niños y jóvenes, los niños están expuestos a ser medidos, clasificados y etiquetados, incluso de manera pública debido a que la interacción entre el profesor y el alumno se da casi siempre así.
La institución escolar es el escenario en el que aprendemos a sustituir nuestra autoestima por la evaluación que los demás hacen de nosotros, Lo que es igual a dejar que otros decidan nuestro valor. Estas formas de evaluación tradicional se centran en el producto en vez de en el proceso.
La evaluación continua es un arma de doble filo, es el control permanente. Es inobjetable y altamente deseable, pero desde el punto de vista de la clasificación de los alumnos puede resultar mucho más opresivo que la evaluación puntual o tradicional.
No hay criterio absoluto que informe al profesor sobre lo que deben aprender o no los alumnos, el nivel se baja si la cantidad de suspensos es elevada y si todo el mundo aprueba pues se eleva el nivel. Lo importante no son los resultados en sí, si no si han sido logrados en el tiempo adecuado.
Sobre la base de una igualdad formal de partida, se espera y alienta la desigualdad de resultados. La “igualdad de oportunidades” es característica del mecanismo de apropiación y distribución de la riqueza en la sociedad capitalista.
El discurso que se da en las escuelas sobre solidaridad, cooperación y trabajo en equipo ha sido desnaturalizado de modo que cuando se habla de “disposición a cooperar” lo que se está designando es su disposición a obedecer.
La competencia es estimulada, sobre todo, a través de las calificaciones, ya que cada vez que estas se publican, se reubican a los individuos dentro del grupo. El alumnado busca aprobar las asignaturas para librarse de ellas, y el valor de la calificación asignada a cada alumno también guarda una relación inversa con el valor de las calificaciones de los demás, es decir, el éxito de otro es mi fracaso, y su fracaso mi éxito.
Las instituciones están en contra de la solidaridad grupal respecto al “soplo” y aquellos con quienes la socialización ha sido más eficaz también lo rechazan, por tanto al que pide ayuda porque encuentra dificultades, la institución y la conveniencia personal dentro de las reglas de la competencia reclaman que se le abandone a su suerte.
El conocimiento es una forma de propiedad privada medido individualmente que solo podrá hacerse valer personalmente, en oposición a los otros.
Básicamente en el sistema educativo “motivar al alumnado” quiere decir todo lo contrario, puesto que los niños y jóvenes acuden a las instituciones educativas cargados de motivaciones, pero lo que realmente implica el hecho de motivar es convencerles de que por sí mismos ir a donde el profesor ya ha decidido que vayan. Este carácter impuesto convierte la actividad escolar en “trabajo”.
- Ya que si el proceso y el producto del trabajo no son los deseados se recurre a mecanismos coercitivos, los cuales sirven para forzar la voluntad o la conducta mediante
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