Marco Teórico ¿Qué es genero? Y ¿Qué es el esquema genero-sexo?
Enviado por Helena • 6 de Abril de 2018 • 2.251 Palabras (10 Páginas) • 389 Visitas
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Con este ejemplo podemos ver que las nuevas generaciones vienen con una mente mas abierta con respecto al genero, saber que usar rosa no te vuelve niña o gay y saber que si una niña es fuerte no la vuelve rara es algo que rompe los estereotipos y las nuevas generaciones nos lo demuestran cada día mas.
Las niñas aprenden a ser mujeres.
Las niñas aprenden a ser mujeres A través de la socialización se generan procesos de identificación, se crean modelos a seguir. En el caso de las niñas se espera que la identificación sea con la madre y en su ausencia, con la figura de alguna otra mujer.
Es un aprendizaje emocional y profundo que va más allá de la observación y la imitación de un modelo: implica pensarse a sí mismas constantemente, pensar el mundo que las rodea, y de acuerdo al tipo de ambiente y de normas sociales tienen un mayor o menor margen de alternativas y modelos. Por lo tanto, la introyección y adopción de emociones, culpas, ideologías, actitudes, comportamientos y valores de la feminidad tradicional también se da en mayor o menor grado. Así, a mayor grado de restricción y represión, menor margen de exploración y libertad. La normativa social que predomina para las niñas son las conductas encaminadas al cuidado de la estética, a la maternidad, al trabajo doméstico y al cuidado de las personas; se les enseña a imitar a la madre, que por muy moderna y ejecutiva que sea, no deja de tener la responsabilidad del ámbito doméstico. Aunque actualmente en diversos círculos sociales se estimula a las niñas para que estudien y se preparen profesionalmente, eso no las aleja de seguir siendo educadas con los elementos mencionados. A las niñas se les generan elementos de identificación a través del juego y otras actividades, se les otorgan objetos en forma de juguetes: muñecas y artefactos domésticos en diminuto. Lo que se busca es generarles identidad, que aprendan a interactuar con muñecas: darles de comer, vestirlas y procurarles todos los cuidados necesarios. “Este comportamiento se presenta de una manera inconsciente en los primeros años de vida” (Sau, 1993), pero es la preparación simbólica para arraigar el servilismo del ser para otros. Las niñas se enfrentan a la ambigüedad: por una parte, se identifican con la madre en el cuidado de muñecas y en las labores domésticas, pero al mismo tiempo aprenden simbólicamente que estas “actividades de mujer” no son tan importantes como el “trabajo del hombre”. No es que las niñas y los niños quieran jugar a las muñecas y los coches respectivamente por naturaleza, sino que son los mundos que se les acerca, e implícita y explícitamente cuando quieren explorar y experimentar el mundo contrario o uno por creación propia, se les prohíbe.
En esto no hay nada de instintos y sí mucho de aprendizaje con imposiciones y normas sociales de una visión androcéntrica y adultocéntrica. En la pubertad, la diferencia de género aprendida hasta ese momento se hace plenamente consciente con la aparición de los cambios físicos y biológicos. La menstruación que es medular en el aprendizaje de ser mujeres, refleja la importancia social de la maternidad, “pues no se es mujer por sí misma o por la madurez psico-emocional, sino por el hecho de poder procrear” (Sau, 1993). Cuando llegan a la adolescencia, las niñas ya aprendieron patrones de comportamiento que las adhieren a lo femenino. De tal manera que transitan del juego infantil a las principales asignaciones y responsabilidades que se les demanda en la vida adulta.
Los niños aprenden a ser hombres.
En nuestra cultura el primer indicativo de que nació un varón en un grupo familiar es el color azul con el que lo arropan; simbólicamente se despliegan una serie de imaginarios y expectativas sociales sobre su persona. Se prevé que será inquieto y osado, más por la fuerza de la creencia que por “naturaleza”. Los niños desde temprana edad reciben mensajes encaminados a resaltar su fortaleza y a estimular sus ganas de explorar el mundo, pero sin romper un orden social relacionado con la masculinidad hegemónica. ¿A qué nos referimos con la masculinidad hegemónica? “Se refiere a la dinámica cultural que postula y sostiene la posición de superioridad y liderazgo de los hombres y la posición de (Sau, 1993)subordinación de las mujeres” (Conell, 1995) Es una forma de masculinidad que es exaltada antes que otras y se configura con prácticas de género: en las que los hombres desde la infancia tienen que reafirmarse en todo momento, demostrar ser hombres porque son: racionales, fuertes, dominantes, valientes, líderes y proveedores, entre otras características. Un principio fundamental de la socialización de los niños es rechazar en su persona cualquier atisbo que denote feminidad, porque implica rasgos de debilidad, pero sobre todo porque pone en duda el constructo socio-cultural de la masculinidad hegemónica. Sobre los niños operan mecanismos de control social porque trastocar la masculinidad hegemónica se relaciona con el temor a la homosexualidad. Se confunde la identidad de género y sexual con la orientación sexual. Si un niño quiere experimentar juegos o expresiones consideradas femeninas y “propias” de las niñas recibe desaprobación a través del ridículo o la represión abierta, lo que fractura o dificulta la posibilidad de ser un hombre diferente a la norma. En ambientes rígidos y tradicionales al género no se permiten estas expresiones porque trastocan el mundo por venir, cuando sea adulto, del que se espera que sea la figura central: “el hombre de la casa”, pensado en una condición heterosexual, que sea el principal proveedor económico de la familia, que tome las decisiones, que proteja. Es pesada la losa que se configura para los varones desde la niñez, aunque a diferencia de las niñas, estos mensajes no se dan jugando a la casita, en el mundo privado, doméstico.
DEFINICIONES PRÁCTICAS
Orientación sexual.- Se refiere al sujeto del deseo erótico, que generalmente se desarrolla en la pubertad. Sino que se dan en el mundo público, “afuera” donde se dan las “batallas importantes”; simbólicamente a los niños se les incorpora alámbito de lo público.
(Conell, 1995)Los espacios de recreación para los niños son más amplios: la calle o los patios escolares. Se les proporcionan y facilitan juegos para pelear y competir: armas de juguete, videojuegos con alto contenido de violencia, coches para trasladarse, los súper héroes que todo lo pueden. A los niños usualmente no se les involucra en el mundo del ámbito doméstico, de lo privado, lo íntimo. No se les enseña la importancia del cuidado humano que no tiene
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