CONCEPCIONES Y PRÁCTICAS DE SALUD EN FAMLIAS DE LA COMUNIDAD RURAL DE BELLAVISTA

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A lo largo de mi experiencia pre profesional y profesional como Licenciada de enfermería, observé que a pesar de los esfuerzos de los profesionales de salud por satisfacer las necesidades del usuario y cubrir las coberturas de atención en su totalidad y con calidad, aún no se logran estas expectativas y se observan cifras que indican presencia de enfermedades prevenibles, que siguen afectando a la población; además del incumplimiento de tratamientos prescritos, automedicación, preferencia por recetas tradicionales, falta de aceptación y confianza por parte de los usuarios hacia el personal sanitario y divorcio entre las comunidades y servicios de salud; características que prevalecen en sectores urbano marginales y rurales.

Las condiciones de vida, concepciones y prácticas cotidianas de salud son factores importantes en este hecho; ya que las concepciones son normalmente: subconscientes y bastante huidizas, por medio de los cuales comprendemos las experiencias, y emergen de la interacción con el entorno, es por eso que las concepciones de salud son aquellas formas de pensar acerca de la salud y van a dirigir a la persona a realizar ciertas actividades para alcanzarla; siendo la familia pieza clave para el mantenimiento, transmisión o modelación de las mismas; generándose el conflicto cuando dichas concepciones difieren con las recomendaciones del personal de salud; siendo este hecho factor importante en el éxito o fracaso de la labor de enfermería tanto en la promoción de la salud como en la prevención de la enfermedad (Suarez, 2001).

Desde tiempos remotos y antiguos, el ser humano ha hecho esfuerzos de diversa naturaleza por mantener su salud, y desde la antigüedad se ha considerado que existen personas con capacidades para restablecerla, para quienes la mayoría de las explicaciones acerca de la salud y la enfermedad, se fundamentaban en la existencia de dioses que curaban y en las virtudes mágicas de encantamientos y hechizos. En las culturas primitivas, el brujo era curandero por dos virtudes: por su conocimiento de plantas en preparación de brebajes y por su cercanía con los dioses. Las plantas de donde se extraían las infusiones y los bebedizos eran albergue de los espíritus de los dioses, que debían ser invocados mediante ceremonias y rituales (Suarez, 2001)

A lo largo de la historia los conceptos de salud y enfermedad han tenido diversos significados. En la era paleolítica la concepción del proceso salud - enfermedad era “mágica”. En esta época los brujos tenían gran influencia y todo proceso anormal era atribuido a una causa sobrenatural. Otra figura importante en esta concepción era el sacerdote, quien como doctor espantaba los malos espíritus o el demonio que según su creencia era quien producía la enfermedad (Gimeno, 1999).

Lo mismo pasaba en las diferentes culturas a nivel mundial como es el caso de la cultura Inca la cual es oriunda de nuestro país Perú, en donde la medicina que se practicaba estaba ligada a la magia y la religión; pues se creía que las enfermedades eran producidas por maleficios. Así como también que las mujeres no debían pasar por debajo de un arco iris ya que sus bebes podrían salir enfermos, muertos o monstruosos y si la madre ha visto un cadáver su hijo tendrá cejas pobladas y ojos hinchadas.

Quizás uno de los espacios naturales más reconocidos y aceptados en el mundo por las distintas culturas, con sus variantes, es la familia como el nicho ecológico fundamental para la transmisión de valores y cultura. Sin embargo, aun siendo reconocida como célula fundamental de la sociedad, la realidad práctica nos indica que tanto su constitución y sostenibilidad como los roles que le corresponde jugar están siendo descuidados. Sabemos que toda persona, desde que nace, es educable y está en construcción y desarrollo permanentes; por tal razón la familia es el espacio preferencial de aprendizaje, en sus diversas formas, niveles y posibilidades.

Una familia es una combinación de gente que crece junta, con un pasado común, con roles y sobre todo, compartiendo creencias y valores, celebrando fechas importantes como bodas, bautizos, cumpleaños, la consideración más importante es que una familia tiene una dinámica con patrones de comportamiento y comunicación que afectan la forma en que ésta ópera (Gimeno, 1999).

Bustamante (2004), define a la familia, como un organismo vivo y complejo, cuya trayectoria de vida es un transcurrir de diversas ideas adversidades, semejanzas, diferencias, individualidades, singularidades y complementariedades; que lucha por su preservación y desarrollo en un tiempo, espacio y territorio dado y al cual se siente perteneciente, interconectado y enraizado biológica, solidaria, amorosa, cultural, política y socialmente.

Pero la vida familiar se ha visto afectada por procesos económicos y socioculturales que han vivido las sociedades, especialmente a partir del siglo XIX con la revolución industrial y Tecnológica, pues a medida que la sociedad cambió el modelo agrario por el industrial, la familia pasó de ser tradicional o rural a urbano industrial; y de una unidad de producción y consumo a una unidad netamente de consumo; también se produjo aglomeración de estas familias en suburbios, con problemas de hacinamiento, pobreza y marginación, sin las más mínimas condiciones sanitarias, lo que condujo a enfermedades como el cólera, tifus, tuberculosis y problemas sociales, las cuales sobreviven hasta la actualidad (Bruce, 1995).

El informe sobre la salud en el mundo, refiere que la crisis sanitaria es reflejo de la economía, desarrollo tecnológico y crecimiento demográfico, que promueven la incursión en zonas antes deshabitadas, rápida urbanización, prácticas agrícolas intensivas y deterioro del medio ambiente, alterando el equilibrio del mundo, haciendo que emerjan enfermedades ya controladas, broten nuevas enfermedades al ritmo sin precedentes de una por año, como por ejemplo: VIH/SIDA , difusión del dengue, ITS, entre otros. (Organización Mundial de la Salud - OMS, 2007; Fondo de Población de las Naciones Unidas - UNFPA, 2007).

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), proyecciones al 2015, la población peruana será de 31 millones 155 mil 643 habitantes. Siendo el departamento de Lima el que represente la mayor concentración poblacional del país con 9 millones 835 mil habitantes, y represente el 32% de la población del país. Asimismo, la provincia de Lima es la que tiene mayor número de población en el país, con un total de 8 millones 890 mil 792 habitantes; seguida por la Provincia Constitucional del Callao (1 millón 13 mil 935), Arequipa (969 mil 284), Trujillo (957 mil 10), Chiclayo (857 mil 405) y Piura (765