Cuales son Los realitys en el Perú

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compañerismo a través de los distintos juegos y restos de competencia

física. Ya que estos programas tienen personas reales, inspiran a los jóvenes a luchar por las mismas oportunidades de éxito ya que pueden identificarse con sus historias y creer que sí es posible conseguir sus sueños. Muchos de estos programas y personas han utilizado su alta sintonía también para ayudar a causas sociales, atrayendo a grandes promotores dispuestos a ayudar a cambio de poder promocionar sus marcas y gracias a su alta sintonía muchos temas de orden social han podido tener la cobertura que amerita para poder resolverse y darse a conocer.

Por otro lado, existen aquellos aspectos negativos por los cuales han sido denominados con bastante frecuencia como “televisión basura” ya que se sostiene que “confluyen la vulneración de derechos fundamentales, la falta de consideración hacia los valores democráticos o cívicos, como, por ejemplo, el desprecio de la dignidad que toda persona merece, el poco o ningún respeto a la vida privada o a la intimidad de las personas o la utilización de un lenguaje chillón, grosero e impúdico. Todo esto se lleva a cabo con la intención de convertir en espectáculo la vida de determinados personajes que, generalmente, se prestan a ser manipulados a cambio de la celebridad que les da la televisión o a cambio de contraprestaciones económicas”. (Arboccó y Arboccó, 2012, pag 44). Estas críticas han tomado mayor fuerza por su presencia en redes sociales, blogs y páginas web; así también como marchas para su cierre definitivo por sucumbir al morbo y a la falta de ética al cultivar indirectamente el sexismo, racismo, violencia por las distintas reacciones descontroladas de sus integrantes ante la adrenalina del momento y un erróneo concepto de “belleza” donde prevalece un aspecto físico caracterizado por sustancias químicas y en muchas ocasiones exageradas cirugías plásticas. Se ha criticado también sus prendas bastante reveladoras que no son apropiadas para un horario familiar.

La ética de estos programas se ha visto afectada, de manera negativa, por sus contenidos, los cuales niños y adolescentes están expuestos casi a diario y lo toman como ejemplo. Muchos de estos programas no cumplen con la Ley de Radio y TV 28278, en especial de su art. 40: “La programación que se transmita en el horario familiar (de 6 a.m. a 10 p.m.) debe evitar los contenidos violentos, obscenos o de otra índole, que puedan afectar los valores inherentes a la familia, los niños y adolescentes”. De la misma ley, en su art. 2, citan algunos de los principios que deben regir la telecomunicación: “la defensa de la persona humana y el respeto a su dignidad”, “el fomento de la educación, cultura y moral de la nación”, “la promoción de los valores y la identidad nacional”.

Finalmente, nos queda como reflexión entender que la aceptación de estos programas, así como su popularidad, recae netamente en nosotros, en nuestra cultura y educación, ya que nosotros somos los que al verlo frecuentemente les genera altos picos de rating y permitimos su permanencia en la televisión. Como todo programa tiene sus detractores y seguidores; sin embargo como apreciación personal consideramos que nuestra sociedad debería tener programas que resalten los buenos valores y la educación, con contenido ético y realmente productivo para los jóvenes del país. Queda esperar que los consumidores de este tipo de televisión se den cuenta de que lo que ven es mero entretenimiento y no una “realidad” como te lo quieren vender.