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Cómic y sociedad: de la ficción a la realidad

Enviado por   •  7 de Marzo de 2018  •  2.849 Palabras (12 Páginas)  •  323 Visitas

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Fue en este período cuando la mujer comienza a mostrar importantes cambios en su rol tradicional de madre-esposa-ama de casa. Con el incremento de las industrias bélicas y la movilización de los hombres que parten al combate, las mujeres son llamadas a sustituirlos como mano de obra en puestos de trabajo que hasta entonces les habían estado vedados. Hay una valorización del trabajo femenino al servicio de la patria, adquieren nuevas responsabilidades y oportunidades profesionales en las que descubren el manejo de herramientas y técnicas que antes ignoraban (Duby, 1991). De esta manera, la I Guerra Mundial sacude los elementos consuetudinarios de la identidad femenina, a saber, lo privado, el espacio interior y la reproducción. La participación de las mujeres en la industria llegó a su apogeo durante la II Guerra Mundial, cuando deben volver a reemplazar a los hombres en las fábricas y oficinas, e incluso muchas de ellas se incorporen al ejército desempeñando cargos administrativos.

Pese a que una vez terminados los períodos de guerra las mujeres fueron forzadas a devolver sus trabajos a los hombres, consiguieron demostrar que son tan capaces física y cognitivamente de realizar el mismo trabajo que hacían ellos; pero no sólo a los hombres, sino que sobre todo se lo demostraron a sí mismas.

En esta época se encontrarán variados tipos de cómics en los que la figura femenina empieza a ser más predominante. A finales de la Gran Guerra, comienzan a ser publicados los cómics llamados Girl Strips y los cómics pornográficos; luego, durante la II Guerra Mundial, comienza el boom del género de las aventuras.

Los Girl Strips surgen en Estados Unidos cuando las mujeres comienzan a reemplazar a los hombres como dibujantes de historietas, y tienen difusión tanto en la prensa como en los álbumes independientes. Aquí aparecen por primera vez la figura femenina como protagonistas de la escena, ya sean jóvenes solteras o casadas, afrontando los problemas cotidianos que se van desarrollando a lo largo de la historia. Se suele mostrar a mujeres trabajadoras, como un modelo de conducta y aspiraciones para las nuevas lectoras norteamericanas que reclaman su derecho a vivir una vida propia (Rodríguez, 2007). Sin embargo, los empleos que desempeñan siguen siendo bastante conservadores: amas de casa, estudiantes, secretarias, oficinistas y enfermeras. Este género tiene un potente impacto en la imagen que la mujer tiene de sí misma: al estar a cargo de responsabilidades sin precedentes y gozar de la libertad antes arrebatada, valores como la delicadeza, la timidez y la sumisión son dejados de lado, dando lugar a la belleza, el rigor y la sociabilidad.

El género pornográfico nace como una línea anónima de tiras cómicas, en la que se muestran personajes famosos de la época – como los personajes de Disney – manteniendo relaciones sexuales. Estaban orientados a un público adulto masculino heterosexual, por lo que la ilustración de penes enormes será símbolo de prestigio y virilidad (Rodríguez, 2007) y la representación de mujeres atadas y sumisas será bastante frecuente. Si bien este tipo de historietas no tiene mayor relevancia social evidente como otros tipos de cómics, influyó en la imagen erotizada de la imagen femenina que comenzaba a gestarse en la primera mitad del siglo XX. Terminada la I Guerra Mundial, hay una auténtica preocupación por parte de los hombres por la pérdida de su posición de dominio frente a la mujer antes dominada, lo que se refleja en los cómics que ilustran como fantasía a la mujer sumisa y cumpliendo con sus “deberes” reproductivos.

Los cómics de Aventuras surgen durante la Gran Depresión en Estados Unidos, con subcategorías de Ciencia Ficción, Histórico-realistas, superhéroes, etc. En este género, la mujer volvía a tener un papel visible dentro de las historias, primero como villanas o novias de los superhéroes y más tarde, a raíz de la Segunda Gran Guerra, como superheroínas. La figura que tuvo más predominancia fue esta última, que representaba las características femeninas como un símil de los rasgos viriles y masculinos, depositando en la mujer mayor fuerza física, poderes sobrehumanos, valentía y patriotismo: las heroínas compiten en igualdad con los hombres, rompiendo con el estereotipo de individuos débiles y enamoradizos que solían caracterizar a la mujer en sus primeras apariciones en el cómic (Díez, 2006; Rodríguez, 2007).

La imagen más característica y que prevalece hasta el día de hoy como símbolo de empoderamiento femenino es la de Wonder Woman, que en cierta medida surgió como análoga a Superman. Sin embargo, hay versiones feminizadas de otros superhéroes como Miss América y Miss Marvel, remedos del Capitán América y el Capitán Marvel, respectivamente. Las heroínas representaron un papel muy activo en la propagada bélica de la II Guerra Mundial (Rodríguez, 2007), impulsando un sentimiento nacionalista en las mujeres al promover la idea de que, al trabajar duro en las fábricas, eran un agente importante en la guerra igual que un hombre. Empero, una vez terminada la guerra, Wonder Woman fue despojada de sus poderes y sus cómics adoptaron un tono más romántico, con el fin de apaciguar el “desorden femenino”.

III

En el período de post guerra a mediados del siglo XX, cuando lo soldados vuelven del combate y se enfrentan a esta nueva mujer empoderada, con ansias de libertad y en búsqueda de nuevas oportunidades laborales, se hace latente en el aire un temor generalizado a que la figura masculina pierda su posición de superioridad frente a la imagen femenina. ¿Quiénes eran ellas y qué habían hecho con sus mujeres? “Les he entregado un cordero, me han devuelto un león” (Duby, 1991, p. 98) se ha oído decir. Ante esta trágica situación, los hombres intentan imperiosamente restablecer esa diferenciación entre lo masculino y lo femenino, dándole vida a aquellos antiguos mitos viriles en donde los hombres están hechos para combatir y conquistar, crear cosas nuevas, mientras que las mujeres sólo sirven para procrear y criar a los hijos. Esta complementariedad de los sexos se vuelve imprescindible para reencontrar la paz y la felicidad en una sociedad donde sólo se percibe el desorden, una irrupción en las costumbres y conductas consuetudinarias que solían erigir un orden social.

Como sugiere Rubin (1986) en su texto, la división de los sexos tiene el efecto de reprimir algunas de las características de personalidad de prácticamente todos, hombres y mujeres. En este sentido, los cómics juegan un papel fundamental en la promoción de valores y patrones conductuales que deben adquirir los individuos, con la finalidad de reprimir aquellas características

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