EL GRAN SOBRE NORMATIVIDADES ABSURDAS Y EL PAPEL DEL ETNOEDUCADOR PARA DESTITUIRLAS
Enviado por Helena • 6 de Noviembre de 2018 • 1.370 Palabras (6 Páginas) • 261 Visitas
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¿Entonces, qué es lo que tienen en común todos estos casos? Claramente, una visión tergiversada y negativa de lo que constituye al otro, al distinto, a ese que no es lo que uno es o que no corresponde a nuestro propio sistema cultural. Y es que ninguna persona es más que otra para definir lo que es bueno o no: por ejemplo, hablando de lo heteronormativo, no hay argumento suficiente que dé la razón a quienes defienden que la única forma de establecerse es estando con una persona de distinto género, y que según éste se deban seguir más o menos unas expresiones de género delicadas y femeninas para el caso de las mujeres y varoniles y rudas para el caso de los hombres. Por otro lado, en su ponencia (La sexualización de la raza y la racialización de la sexualidad en el contexto latinoamericano actual), la docente Mara Viveros Vigoya habla de otros prejuicios y/o normatividades que hemos asumido erróneamente de forma colectiva, como la sexualización de las razas, en las que vemos a los individuos afrodescendientes, como libidinosos, fogosos, de grandes cualidades para el sexo y órganos de un tamaño desmesurado; y en ese mismo sentido, como no tan aptos u oportunos para por ejemplo, criar un hijo, como se supone podría ser criado en el seno de una mujer y madre blanca, delicada, femenina, sumisa e inmaculada que represente a una europea incapaz de caer ante sus deseos carnales, supuestamente inexistentes.
Es importante pues, desde nuestro papel de actores sociales, usar todas las herramientas estipuladas por nuestras ciencias sociales y humanas para generar una aceptación real de unas personas a otras, para que entiendan que en medio de las diferencias se construyen saberes y enriquecimientos inconmensurables que pueden llenar la experiencia de cada quien. Nuestro papel como educadores ha de ser guiado desde una serie de principios que eliminen los prejuicios y aumenten el respeto por los otros y mucho más, el deseo de colectivizar esa consciencia de que la diferencia es aquello que más nos hace crecer.
Asumámonos pues, desde ahora, como licenciados en formación, capaces de asumir con responsabilidad el reproducir la cultura, en marcos de admiración y preservación de ésta, así como la alineación de muchas personas, ayudándoles a definir sus propias posiciones y misiones para ser y estar en el mundo, y principalmente, transformar nuestra sociedad con una educación efectiva que deje repercusiones positivas a quienes podamos llegar en medio de nuestro rol.
Por último, me gustaría evocar la filosofía sudafricana “Ubuntu”, que fue practicada por el mismo Nelson Mandela; puesto que pienso que es muy apta para las personas que estamos en este tipo de medios y en general para quienes desean efectuar cambios reales en medio de las comunidades en las que se ven implicados: el Ubuntu se puede explicar desde la frase “Yo soy porque todos somos”, y explica básicamente, que en nuestra condición de humanos, una de las cualidades más importantes es el estar dispuestos a entregar a otros, a compartir y a luchar por “nuestros” intereses y “nuestro” bienestar, sabiendo que somos parte de un todo y que no somos únicamente un individuo en el mundo; que reconocemos al otro como una persona que merece todo el respeto, las oportunidades, que tiene el valor y la importancia que tenemos nosotros mismos. ¡Sawabona!
BIBLIOGRAFÍA
- Gómez, L. (1928) “Interrogantes sobre el progreso de Colombia”
- Viveros Vigoya, M. “La sexualización de la raza y la racialización de la sexualidad en el contexto latinoamericano actual”
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