El rezago educativo en la población mexicana
Enviado por monto2435 • 2 de Enero de 2019 • 4.186 Palabras (17 Páginas) • 519 Visitas
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COBERTURA
En este capítulo se abordan dos temas fundamentales de la realidad educativa mexicana. En primer lugar, se analizan las dimensiones sociales, política, territorial, económica y cultural de la cobertura educativa alcanzada en los distintos tipos, niveles y modalidades del sistema. A través de indicadores, como la relación entre oferta y demanda escolar y datos sobre acceso, retención y transición de un tipo o nivel al subsiguiente, se resaltan observaciones sobre el grado de desigualdad de oportunidades educativas entre grupos sociales y en diferentes ámbitos territoriales del país. Se hacen notar insuficiencias persistentes aun en contextos en que se han alcanzado tasas de cobertura bruta elevadas. Por último, se destaca el reto de alcanzar niveles de universalización en la educación obligatoria, así como de lograr una distribución cuantitativamente suficiente, de mayor calidad y mejor equilibrada en la educación superior. En segundo lugar, se analizan las estructuras del Sistema Educativo Nacional (SEN). El propósito de explorar alternativas organizativas para enfrentar la problemática previamente expuesta en torno a la distribución de oportunidades educativas, las dificultades para superar los umbrales alcanzados, los déficits de calidad observados y, en particular, los obstáculos identificados para hacer viables los objetivos de cobertura universal en educación media superior y de lograr 60% en este indicador para educación superior. Para este análisis se toman en cuenta dos dimensiones. Una de ellas consiste en el examen de las actuales formas de organización de los servicios educativos del país y las entidades federativas, así como del marco normativo que las sustenta. La otra dimensión se elabora a partir de una comparación internacional, con especial atención en la duración de los diferentes ciclos educativos, las edades de ingreso y la articulación entre tipos y niveles escolares. Finalmente, con base en los principales resultados del análisis se formulan algunas observaciones y propuestas. Éstas tienen como orientación el propósito de plantear alternativas para superar las limitaciones en la distribución de oportunidades educativas y buscan complementar otras opciones de transformación de la educación en México.
Avances y limitaciones de la cobertura educativa en México
Entre los indicadores utilizados con más frecuencia para explorar la relación entre la demanda y la oferta de servicios en un sistema educativo determinado destacan las tasas de cobertura. El uso de este indicador se remonta a los primeros ejercicios de planeación sistémica en el sector educativo de alcance nacional, en los años cincuenta y sesenta. Así mismo, fue incluido desde los primeros catálogos de estadística educativa de organismos multilaterales tales como la UNESCO, la OCDE y el Banco Mundial. Entre las razones que justifican el uso generalizado de las tasas de cobertura en los estudios sobre el desempeño de los sistemas educativos sobresale la facilidad de su construcción, a partir de datos agregados generalmente disponibles en los registros de estadísticas nacionales, como es el caso de las estadísticas sobre población (censos y proyecciones demográficas), así como la información acerca de la matrícula existente en los distintos niveles del sistema educativo. Además, las tasas de cobertura son comparables entre los niveles del sistema, entre los ámbitos territoriales de referencia y aun entre países, siempre y cuando se satisfagan los requisitos metodológicos mínimos de su construcción. No sobra decir, sin embargo, que el indicador presenta varios problemas de interpretación, siendo el más importante de ellos el de confundir la noción de cobertura con las de inclusión o participación de los estudiantes en el sistema escolar. En efecto, la tasa bruta de cobertura (TBC) expresa la relación cuantitativa entre la población escolar total de un nivel educativo determinado, independientemente de la edad de los individuos matriculados (numerador) y la población total que integra el grupo de edad al que teóricamente corresponde ese nivel (denominador). El indicador generalmente se expresa como un porcentaje y se interpreta en términos de la capacidad del sistema educativo para matricular alumnos en un nivel educativo específico. Por lo tanto, la TBC es fundamentalmente una comparación de magnitudes (matrícula entre población) y no, en sentido estricto, una medida de inclusión. Altos niveles de cobertura bruta pueden ser alcanzados en condiciones en que la matrícula escolar está compuesta, además de la población escolar dentro de la edad típica del nivel, por conjuntos estudiantiles fuera de la edad correspondiente. Tales conjuntos pertenecen, por lo común, a alumnos de ingreso prematuro o tardío, estudiantes repetidores o estudiantes que retornan a la escuela tras un lapso de abandono.
Aunque el fenómeno de la extra edad está generalizado en todos los niveles educativos, en la educación después del ciclo básico es más acentuado, y por lo tanto su impacto es mayor en el indicador de cobertura bruta.
Los valores de TBC dependen no sólo del comportamiento de la matrícula, es decir, del numerador del indicador, sino también del crecimiento o disminución del volumen de población de los grupos de edad de referencia. En las fases de transición demográfica caracterizadas por un decrecimiento del volumen total de población en edad escolar, como ha ocurrido desde hace años con el segmento demográfico más joven del país, se genera una condición que hace factible el aumento de las TBC, aún sin incrementos del volumen de matrícula. No obstante, cuando ocurre esta transición, la tendencia suele apuntar primero hacia la estabilización de los valores TBC e incluso su disminución, a menos que se consiga incrementar la presión demográfica a través de políticas de retención estudiantil y mejora de la eficiencia terminal en los distintos niveles del sistema educativo.
EQUIDAD
El concepto de equidad, en el campo de la educación, hace referencia al tratamiento igual, en cuanto al acceso, permanencia y éxito en el sistema educativo para todos y todas, sin distinción de género, etnia, religión o condición social, económica o política. En otras palabras, la equidad, en materia educativa, es hacer efectivo para todos y todas, el derecho humano fundamental de la educación, proclamado en la “Declaración Universal de Derechos Humanos” de 1948 (Artículo 26).
Pero la equidad va más allá de la igualdad ya que, por razones de equidad, el Estado debe tomar medidas compensatorias o correctivas que restablezcan la igualdad ante situaciones desiguales.
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