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Emergencia en Manabi 2016

Enviado por   •  11 de Diciembre de 2018  •  4.209 Palabras (17 Páginas)  •  234 Visitas

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En el seno de las familias y en los albergues las tareas reproductivas y de cuidado están asignadas a las mujeres y a las niñas. La preparación de alimentos; la limpieza y el arreglo; el cuidado de enfermos, de niñas, niños y ancianos; el lavado de ropa; entre otras, son tareas asignadas a las mujeres. Los varones ocupan los espacios externos y su preocupación es proveer recursos. Las tareas reproductivas son vistas por los varones como una distracción más que como una responsabilidad; por ejemplo, la preparación de alimentos por parte de los hombres es valorada por considerar que el sabor de la comida sale muy bien cuando ellos cocinan.

La dependencia económica de las familias en relación a los hombres es amplia, frente a la ausencia del hombre la situación económica precaria de por sí, se complica. La decisión sobre el uso de los recursos la tienen los hombres, son ellos quienes realizan los negocios de los bienes familiares. Es muy común decir que "las mujeres no cierran negocios".

3. Educación y Empoderamiento económico.

De acuerdo con el Ministerio de Educación del Ecuador (2016), 10 de cada 100 mujeres y 8 de cada 100 varones ubicados en el área de emergencia en que interviene CARE no saben leer ni escribir, el analfabetismo es más acentuado en las mujeres mayores de 50 años. Las mujeres presentan una escolaridad equivalente a 8,8 años mientras que los varones a 9,3 años. El 97,5% de niños y 96,5% de niñas entre 5 y 12 años asisten a la educación primaria; por su parte 23 de cada 100 adolescentes varones o mujeres están fuera del sistema de educación secundaria.

Una constante en las familias consultadas es la valoración del estudio como mecanismo de superación y mejoramiento en la calidad de vida de niñas y niños. Luego del terremoto se mantienen latentes en la niñez los temores frente a una nueva réplica. Aún es lento el retorno al sistema educativo, más aún cuando algunos de los profesores contratados decidieron no volver a las escuelas por temor a nuevos eventos sísmicos.

Tres actividades productivas principales dinamizaban la economía de la zona antes del terremoto: i) actividades agro-productivas; ii) pesca; y, iii) turismo.

El trabajo agrícola, considerado como duro y exigente, es asumido por los hombres. Tareas consideradas como fáciles son confiadas a las mujeres, por ejemplo el despicado de maní.

La actividad económica de la pesca se realiza por grupos de personas que no necesariamente pertenecen a las comunidades y se caracteriza por la alta rotación, se dice por ello que es una actividad de "grupos nómadas". Esta actividad es propia de los hombres, existe la creencia de que las mujeres traen mala suerte, especialmente cuando se encuentran en su período menstrual. Las faenas de la pesca son largas y agotadoras, por ello la preparación de alimentos se realiza en alta mar. Las mujeres y los hijos participan en la limpieza de las redes.

El turismo es la principal actividad económica de la zona. Mujeres de comunidades rurales y de barrios periurbanos prestaban sus servicios en la preparación de alimentos y limpieza en restaurantes y hoteles; los varones laboraban como camareros o proveedores de servicios. Como referencia de la afectación, en Canoa según la asociación de hoteleros hasta antes del terremoto la oferta de hospedaje superaba las 3,000 plazas, como consecuencia del mismo pasó a ser de 349 plazas solamente, mismas que resultaron excesivas ante la drástica caída de la demanda en la temporada turística de esta época del año. Este hecho determina que los varones, pero sobre todo las mujeres no dispongan de una fuente de trabajo estable lo que repercute en la toma de decisiones sobre el futuro y en la salud mental.

Las actividades de pesca y trabajo agrícola incluyen mano de obra infantil especialmente de niños; mientras que las actividades de la cadena de valor del turismo determinan la presencia de trabajo de niñas. Un riesgo latente es el retiro del sistema educativo, sobre todo de las niñas, para hacer frente a la recuperación económica de las familias luego del desastre.

4. Participación

El terremoto dio lugar a un replanteamiento en las relaciones de poder sustentadas en género. Produjo un mayor involucramiento del varón en la vida cotidiana de la familia y en las actividades reproductivas que permiten enfrentar los retos del día a día. Desde la mirada de niños y niñas la presencia más cercana del padre genera mayor seguridad y confianza y además un ambiente de alegría en medio del temor y las frustraciones.

Los asuntos familiares y aquellos que se resuelven al interior de las comunidades y que implican decisiones sociales y culturales son responsabilidad de las mujeres. Mientras que los temas que tienen que ver con decisiones económicas y políticas y con el relacionamiento externo de las familias y comunidades son responsabilidad de los varones. Es común encontrar en las comunidades la presencia de dos liderazgos, uno interno asignado a mujeres y, otro externo, asignado a varones.

Existen acciones de ayuda humanitaria desarrolladas desde la cooperación internacional y del propio gobierno, que siendo sensibles a género, han logrado que se incrementen los niveles de consulta y participación de las mujeres en el análisis de necesidades y daños, así como en la definición de las soluciones a ser construidas conjuntamente. Care, aún en esta fase de respuesta a emergencia y recuperación temprana, le “apuesta” a la rehabilitación y mejoramiento de sistemas de agua con distribución domiciliar, pues existe evidencia suficiente de la contribución en la disminución significativa de la carga de trabajo, el tiempo y esfuerzo físico que trae consigo el acarreo desde fuentes de agua distantes, tarea que la cumplen generalmente las mujeres y niñas. Nuestras evaluaciones de impacto[10] dan cuenta de un ahorro de tiempo entre 1½ a 2 horas por día.

Los espacios directivos de las organizaciones comunitarias suelen estar compartidos por al menos dos personas, un hombre y una mujer y, en pocos casos por dos hombres (líder adulto y un joven). Quienes asumen el rol organizativo dentro de la comunidad suelen ser las mujeres, sin embargo, muchos espacios de reunión comunitaria pueden enfrentar dificultades en la toma de decisiones, pues éstas siguen siendo “tomadas” con la presencia de los hombres de la comunidad.

5. Violencia Basada en Género y Protección

La Constitución de la República del Ecuador (2008) reconoce a todas las personas iguales en derechos, deberes y oportunidades y

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