Ensayo sobre opinión del documental One Dollar a day

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En una sociedad consumista y capitalista como la nuestra, donde nunca se tiene suficiente, ni lo mejor, ni lo más nuevo y por lo tanto, hay “muy poco” para compartir, cada quien vive su vida y se vuelve indiferente ante el otro; es un punto de ruptura abismal ver cómo en una sociedad donde apenas sobreviven, donde nadie tiene acumuladas grandes seguridades, ni siquiera lo más básico… son tan capaces de darlo todo por el otro, conmoverse a tal grado de trabajar incluso más y mejor que si fuera para sí mismos para poderle dar al otro…

Para mí, este tipo de gente es la que realmente conoce las riquezas de esta vida. Ellos realmente llegan, gracias a no distraerse con lo material, al punto esencial y al motor de nuestra existencia como seres humanos; todos somos frágiles y necesitamos unos de otros, el amor a fin de cuentas es lo más importante y el sufrimiento hay que saber afrontarlo y dirigirlo para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.

Lo que más me gustó de este documental, es que muestra la realidad de estas zonas, como es en realidad: aunque se viva en pobreza, no es sinónimo de amargura, tristeza y desesperanza; es gente viva que lucha todos los días con la esperanza puesta en que viene algo mejor y disfrutando las pequeñas alegrías cotidianas.

Con esto, no emito una opinión de conformismo y optimismo vacío para demostrar que se puede vivir en una situación así; sino que es mostrar una realidad que es así, que se vive en muchas partes del mundo y aunque el ser humano pueda ser capaz de sobrellevar este estilo de vida, es responsabilidad de todo el mundo, cada quien lo que tenga a su alcance, para ayudar a que estas zonas cuenten cada vez con más y mejores recursos que los ayuden a salir adelante. No es dar los peces sino enseñarlos a pescar; y una vez que aprendan, seguro que nos dan varias vueltas a muchos de nosotros por su increíble capacidad de aprovechar lo que tienen y hacerlo rendir para los más que puedan.