Francia, el cómic y las fotos con Pikachú, esto nos dejó la Feria Internacional del Libro

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Paso por el lado de unos personajes famosos y vistosos, desde el Gato con Botas, personajes de videojuegos, Chucky y un Pikachú que no estaba amarillo sino gris por el chaparrón que le cayó.

Entre risas se aprende mejor.

esta fue la enseñanza que me dejó el pabellón juvenil, ya que primero, tuvo mi atención por la fila tan larga que había para entrar, esta fila mayormente estaba compuesta por estudiantes de colegio, al entrar, el segundo piso del pabellón 2 se divide en varias estaciones donde estos chicos pueden participar en diferentes actividades, una de ellas era de asistir al Stand up comedy de Jorge Torres, un cuentero de los que siempre encontramos en el salitre los viernes y sábados por la noche, el cual le hablaba a los estudiantes de las diferentes escenas que él tuvo cuando era estudiante, de las peleas interminables con los hermanos menores, o de tratar de explicarles a los asistentes el por qué las mamas tenían tanta puntería con la “Chancla” yo me quede sentado, me camufle en todos esos estudiantes y reí con los comentarios que Jorge hacía, al finalizar el invita a cada uno de los jóvenes a continuar participando en las actividades y les deja como enseñanza que los libros no se pueden acabar y que son los jóvenes lo que tienen la misión de no dejar que se extingan.

Hasta el próximo año Juan.

Ya estaba oscureciendo en Corferias, los estudiantes de los colegios ya se estaban yendo para las rutas escolares que estaban parqueadas, o bueno malparqueadas causando trancón, solo quedaban los amantes de la literatura que querían aprovechar la serie de descuentos que habían en los pabellones por ser cierre de la Feria, las filas interminables y la angustia de las personas que la integraban al saber que ya falta poco para ingresar, me encuentro con que ya no estaban estos personajes disfrazados y solo quedaba Pikachú sentado en las bancas laterales del pabellón 2, me acerco a él y le pregunto si puedo sentarme al lado, él se corre y me da el espacio para acomodarme, se quita la parte superior del traje y veo a un joven casi de la misma edad mía, con cada de cansancio, agotado, con una mirada perdida y de un momento a otro suelta una carcajada y me dice “El otro año será mejor” al cual yo le pregunto que por qué dice eso y él me dice “cada Feria del Libro trato de innovar para poder ganar algo de platica, aunque este año no me dejó casi ganancias”

Hable con él durante mas o menos 45 minutos, mientras que Juan José esperaba a su amigo con la ropa de cambio, me contó su vida y que a sus 27 años, ya tenía una esposa e hija, que utilizó el disfraz de este pokemon porque sabía que iban a asistir a la Feria del Libro muchos niños y que ellos iban a decirles a sus papas que depositaran una moneda o un “billetico” como el dice, al oírlo hablar, con esa ilusión cuando me cuenta que el por su familia hace todo y que además quiere culminar sus estudios, no me queda más que estrecharle la mano y felicitarlo por querer continuar luchando, el con una sonrisa se despide y me dice “Nos vemos el año que viene”

Esta feria dejó más de 500 mil asistentes, algo así como llenar 15 estadios de futbol, nos deja con el corazón partido en dos, una parte alegre de poder haber compartido esta experiencia no solo literaria sino educativa y la otra parte al saber que hay que esperar un año para volver a participar en este magno evento.