Historia Económica y Social II Cursada de Verano 2016
Enviado por monto2435 • 28 de Agosto de 2018 • 2.362 Palabras (10 Páginas) • 454 Visitas
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Sus orígenes le inclinaban a tomar partido por las Potencias Centrales, pero la noticia de que tropas alemanas habían invadido uno de sus vecinos más pequeños le impulsaron a –“…sacrificar mis simpatías personales y ofrecer mis servicios a la pequeña pero heroica Bélgica…”. Pero esto no resultó lo ´fácil que había esperado, porque la pequeña y heroica Bélgica rehusó el ofrecimiento. Ni lerdo ni perezoso, De Nogales se dirigió a las autoridades francesas, que le denegaron la solicitud de entrada en el ejército regular; dolido y airado, recibió el consejo de probar suerte en….Montenegro. Al final la iniciativa acabó en su arresto, en la cumbre de una montaña, acusado de espionaje. También representantes de las autoridades serbias y rusas rechazaron su oferta. El diplomático ruso con el que se entrevistó en Bulgaria sugirió que probara suerte con los japoneses. Rafael de Nogales no sabía ya a que atenerse, Regresar a su casa estaba descartado. Tampoco podía quedarse –“…y no hacer nada, lo cual sería mi fin; de inanición tal vez no muriese pero sí de hastío…”. Un encuentro con el embajador turco en Sofía decidió la cuestión: De Nogales decidió alistarse en el bando contrario, A comienzos de enero se registró en el ejército turco, y tres semanas más tarde abandonaba Constantinopla para dirigirse al frente del Cáucaso. Págs. 119-120 y 121.
Domingo, 18 de marzo de 1917 Andrei Lobanov-Rostovski, ingeniero del ejército ruso, 22 años.
Lobanov-Rostovski deja su equipaje a cargo Anton, de su asistente, y se dirige solo hacia el hotel. Pero frente a la estación del ferrocarril, cosa extraña, no hay ni taxis ni coches de punto, así que se ve obligado a ir a pie. Algo no cuadra. Lobanov-Rostovski sabía de los altercados que se desataron el 8 de marzo, claro, cuando una multitud de mujeres salieron a la calle para protestar contra la escasez de pan. Ahora hace tres días de la abdicación de Nicolás II. En su diario saluda la buena nueva con optimismo: “…Un nuevo emperador o un regente más enérgico e inteligente, y la victoria estará asegurada. Es la estupidez del gobierno la que provoca esta revolución. La culpa no es del pueblo, pero aun así me envían a Petrogrado para disparar contra el pueblo…” Pág. 422 y 423
Sábado, 24 de marzo de 1917, Alexei Lobanov-Rostovski es elegido oficial por el Consejo de los Soldados
Sí, han decidió permitirle ejercer como oficial, pero eso no significa que vaya a tener el mismo cargo que antes. O en palabras del jefe de batallón: los oficiales son como monarcas constitucionales, se les otorga una responsabilidad formar pero carecen de verdadero poder. Aún así Lobanov-Rostovski se siente aliviado. Así escribe:
Parece ser que el voto decisivo lo emitió un sargento que había estado a mi mando y que le explicó al comité lo que pasó en Rejitsa el año 1916, cuando yo, asumiendo toda la responsabilidad y contraviniendo las órdenes del jefe del regimiento, les di a mis hombres permiso para irse a su caso. Al poco rato me visitaron dos miembros del comité, quienes me informaron de la decisión tomada y muy cortésmente me pidieron si podrías hacerles el honor de quedarme en el batallón. La misma noche nos contaron de 5 oficiales del regimiento de Moscú que ayer fueron elegidos por sus soldados pero que durante la noche pasada fueron asesinados a manos de los mismos. Págs. 425- y 426.
Domingo, 1 de abril de 1917. Sophie Bocharski enfermera del ejército ruso, 21 años.
Al entrar en la sala de las Columnas Blancas, Bocharski comprende cuanto han cambiado las cosas. Apenas reconoce la sala:
“…Las hermosas columnas estaban cubiertas de carteles con consignas escritas en colores chillones. El suele de parquet estaba rayado y cubierto por periódicos viejos. Colillas y peladuras de pipas recién escupidas se veían asquerosamente tiradas por ahí. Los soldados hacían corrillos, se paseaban o comían sentados en el suelo. Los civiles iban persistentemente de un grupo a otro, hablando con la lengua muy suelta acerca de que los alemanes eran los mejores amigos del soldado y proclamando que ya se había derramado demasiada sangre. Cerca de mí un hombre les hablaba a una media docena de soldados, y le oí decir que solos los terratenientes y los capitalistas ganaban algo con la guerra y que los soldados podía dejar de luchar cuando quisieran…”
La revolución tiene apenas un mes de vida. Un gobierno provisional ha tomado el poder, o lo que queda de él. La situación se caracteriza por una gran confusión y por un momento un nuevo tipo de esperanza. La de la renovación; del espíritu, de la democracias, de la fuerza. Muchos de aquellos que se felicitaron por la caída del zar quieren continuar la guerra. El motivo por el que Sophi ha venido a Petrogrado es que quiere advertir a la Duma de la orden que ha recibido su unidad y que ella y demás miembros consideran un acto de traición. Supuestamente, la ha emitido el Consejo de Trabajadores y Soldado de Petrogrado y dictamina que todas las unidades formen comités elegidos por la tropa y que estos comités después tomen el control de todas las armas. Bocharski oye a un soldado preguntar desconcertado a sus compañeros: No hacen más que hablar del presidente esto y el presidente lo otro, pero ¿Quién va a ser el próximo zar? Págs. 431, 432 y 433.
Domingo, 11 de noviembre de 1917. Florence Farmborough, enfermera del ejército ruso, francesa, 27 años
Siguen sumergidos en el relativo aislamiento del frente rumano, pero este día les llegan noticias bastantes sensaciones de Rusia. Hace tres días, en Petrogrado, tuvo lugar un golpe de Estado organizado por una de las facciones revolucionarias, los bolcheviques. A partir de entonces los desórdenes se han extendido. El panorama es aún confuso y contradictorio, y gran parte de la información consiste en meros rumores; sin embargo, parece que los bolcheviques dominan Petrograno, mientras el gobierno de Kerenski todavía se mantiene en Moscú:- “…Nuestros temores eran fundados: en la Rusia libre está a punto de estallar una guerra civil…”. Pág. 513.
Martes, 9 de diciembre de 1917. Adrei Lobanov-Rostovvski espera en la cima de una de las montañas del Paso de Pisoder.
Andrei Lobanov_Rostovski se halla en los Balcanes, muy lejos de su país y de su casa. Se encuentra allí en calidad de voluntario en una compañía de refuerzo para apoyar al contingente ruso de Salónica. Forma parte de su plan meticulosamente elaborado con la finalidad de poder salir de
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