PROCESO DE PAZ EN COLOMBIA: ¿ESQUEMA DE IMPUNIDAD PARA LAS FARC?

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¿Quién hará todo este trabajo? Por supuesto la Jurisdicción Especial para la Paz la cual tendrá por así decirlo “secciones” que trabajaran en las diferentes áreas que deben ser cubiertas para que la paz perdure. Una de esas secciones, a parte del Tribunal de la Paz, también se encuentra el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (SIVJRNR) que tendrá como función precisamente el satisfacer los derechos de las víctimas, terminar el conflicto, alcanzar y fomentar la paz. Es decir que es mucho más trabajo por el cual deberán preocuparse, ya que dentro de los DIH está constituido la importancia de la satisfacción de los derechos de las víctimas a través de la verdad, incluyendo al país entero de lo que sucedió en cada uno de los atroces casos de violencia, además de ser llevados a la luz pública como cumplimiento y seguimiento de la justicia y reparación a las víctimas. No obstante dar garantía a ambas partes del cumplimiento efectivo de todo lo que se pretende hacer es una labor de grandes ambiciones, ya que se hace notable la inexperiencia del estado en un proceso de Paz y por supuesto la ausencia de efectividad en cuanto a procesos judiciales y reparación de víctimas se trata.

Tal y como se puede ver, el cumplimiento total de todos y cada uno de los puntos no es realista, al hacer un chequeo de lo que serán las penas o sanciones impuestas a cada una de las personas autoras y cómplices de crimines de lesa humanidad no son suficientes para resarcir el daño causado a los familiares y seres queridos de quienes fueron forzados a desaparecer o asesinados, además de aquellos que fueron desplazados de sus únicos hogares por la fuerza y han tenido que vivir en condiciones de absoluta pobreza, ¿y qué decir de los niños forzados a ser parte de sus filas o que fueron testigos oculares del asesinato de algún otro? En definitiva 5 a 8 años de prisión no son suficientes, no hará que el dolor disminuya o que el recuerdo deje de atemorizarlos. La población Colombiana percibe que el Proceso de Paz no es creíble, además figuras políticas, figuras de la fuerza pública y entidades no estatales dudan de la organización y correcta realización de todo lo pactado en el proceso de paz.

Los opositores a esta postura exponen que si se revisan las estadísticas, el 82% de los conflictos internaciones se han solucionado a través de acuerdo de paz, los Diálogos de Paz implican una lucha pacífica por el poder, el control y el reconocimiento de ambas partes, teniendo en cuenta los beneficios de la amnistía y la impunidad. Para los que están a favor del proceso desarticular la FARC traerá Paz, fin al más largo conflicto armado del país y un interés para empezar un cambio positivo en la historia del país, las molestias acerca de las sanciones y otros beneficios que tendrán los paramilitares serán pocas en comparación con los beneficios que podría traer el fin del conflicto.

Sin embargo, para que el país esté de acuerdo o no, es pertinente empezar a trabajar realmente en los otros aspectos del proceso que serán necesarios para que los resultados sean los que se esperan. Es importante reflexionar un poco más a partir de la historia por la que ha pasado el país, ya que antes de tomar una postura no critica acerca del proceso es necesario ver de cerca los pros y contras del proceso de paz no dejando a tras a las víctimas del conflicto, lo viable que puede ser la paz para el país y los costos o manutención de la misma. Viable o no, el hecho de ser partícipe del Proceso de Paz se hace elemental para el pueblo colombiano porque de esta forma se puede estar enterado de lo que realmente podría realizarse y que llega a la utópico.

Por lo tanto, el Proceso de Paz no puede estar sujeto a permitir y tener concesiones que pueden ser insuficientes para la satisfacción de los derechos de las víctimas, la inexperiencia de un país en la efectividad y continuidad de los procesos de paz puede comprometer el futuro del país a partir de una negociación que no incluye a los principales involucrados o por lo menos a entes imparciales que puedan tener una visión holística y completa del conflicto y su solución, además de los posibles pactos que podrían ser favorables para ambas partes sin dejar atrás a las entidades internacionales que se preocupan y crean directrices para un proceso más completo y justo. La Jurisdicción Especial de la Paz tendrá un arduo trabajo que realizar si los diálogos de paz de terminan y se hace real la Paz en el país Colombiano, la duda realmente queda en el cumplimiento y realidad de cada pacto, además de la satisfacción de los derechos de las víctimas, los cuales se ven obstaculizadas hasta el momento. Así pues, el Proceso de Paz en Colombia es distante, laborioso y complejo para desarrollar totalmente.

BIBLIOGRAFIA

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