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Que queremos decir cuando decimos ¡Vamos a jugar!.

Enviado por   •  14 de Abril de 2018  •  6.531 Palabras (27 Páginas)  •  358 Visitas

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Para Bourdieu la idea de forma resulta de la relación de complicidad ontológica entre las estructuras mentales y las estructuras objetivas de un de un espacio social determinado, que permite reconocer un juego y reconocernos en un momento de juego dado.

Con el termino forma aludimos a la configuración general de un juego, la apariencia externa que lo expresa como totalidad singular. Aquello que resulta de adjudicarle a las partes el sentido de un todo organizado reconocible. Es la forma lo que posibilita diferencia un juego de otro.

En busca de respuestas, se invita a ajustar la lente sobre ciertos rasgos variables de la forma que, combinado exudan una calidad de conjunto, la que contribuye a mantener la tensión del juego. Tensión como oscilación entre abandono y éxtasis. Mientras que la referencia expresa a lo que se espera que allí ocurra, es una invitación a reflexionar sobre modelos dominantes en el mundo de lo lúdico, invitación que tiene su razón de ser habida cuenta que, cuando se discuten criterios para definir lúdico, suele haber acuerdo en que en ese territorio son los mismos jugadores quienes deciden el desarrollo de los acontecimientos.

Esta propuesta presta especial atención a los rasgos variables que contribuyen a dar forma a un juego, estos son los sentidos, fuerte de emoción, tenor de las acciones, carácter, sus combinaciones e interdependencias.

La forma de juego y la forma de un juego son la construcción humana, que producción colectica lo que puede llevar a pensar que en términos estrictos no había juegos individuales. Una segunda prevención señala que, en tanto estructura, la forma regula las acciones de los jugadores empujándolos a observar ciertos requisitos de cada juego en partículas de allí que hay quienes comenten que el maestro del juego es el juego mismo.

El termino sentido en su aceptación de orientación en una dirección, razón de ser. En el caso de los juegos incluye a guion o trama alrededor de la cual se organizan las acciones con cierta lógica interna. Existen al menos cuatro niveles en el análisis de los sentidos como variable de la forma de un juego. Primero remite a que una actividad es percibida prima facie como juego cuando se realiza un sentido de juego. El sentido contribuye a diferenciar juego de otra actividad.

En un nivel el análisis del sentido contribuye a diferenciar juego de no juego, en otro nivel ayuda a discutir diferencias y similitudes entre juegos. Este es el nivel de anclaje de nuestra propuesta. El sentido de los juegos que integran el restringido universo que nos ocupa va desde Crear/actuar/representar hasta huir/perseguir/atraparon matrices y combinaciones no siempre fáciles de aprehender en lo inmediato para el jugador inexperto

En un nivel sub unitario respecto de nuestro objeto de estudio ubicamos el sentido singular especifico de cada juego que hace que los de por ejemplo huir/perseguir/atrapar se van parecidos entre sí, aunque no exactamente iguales.

Lejos de nuestro interés esta prohijar clasificaciones que congelan la dinámica lúdica. De lo que se trata es de otorgarle significación a determinados rasgos variables de una actividad lúdica en el marco de un proceso de investigación- acción que se proponen afinar a observación interpretativa sobre algunos juegos a nivel local, como profundizar la discusión sobre la escuela. Discuil dice que si hay un sentido dominante en los juegos jugados en la clase.

En estrecha interrelación con el sentido, ubicamos el tenor de las acciones, como rasgo variable de la forma de un juego. Acciones que, atento al recorte particular de nuestro universo empírico, se entiende que son matrices. Hay juegos que prima facie, son percibidos como DE, en otros en cambio la acción pasa más por jugar CON el gesto expresivo.

La idea de pensar el tenor de las acciones como rasgo variable de formar de determinados juegos, viene a quebrar el postulado excluyente de que en la escuela hay que jugar para aprender, para avanzar en la comprensión de lo que hay que aprender a jugar, ya que hay juegos que por su propia forma demandan poner en juego cierto bagaje de habilidades y que los jugadores tienen plena conciencia de ello.

Elias y Dunning sostienen que la emoción es lo que le da el el verdadero sabor a todos los placeres relacionados con el juego. Subrayan que muchas veces estamos dispuestos a pagar para sentirla. La búsqueda de un estado afectivo breve e intenso representa un componente importante del interés de ser parte de un juego. Llamaremos fuente de emoción al rasgo variable de la forma de un juego vinculado con el mismo. Esta fuente de emoción tiene varios niveles: en el nivel supra-unitario, lo emocionante puede estar relacionado, lisa, y llanamente con la posibilidad de encontrase con otros interactuando de un modo diferente. Participar juntos de una experiencia voluntariamente aceptada. En el nivel de anclaje el análisis de la fuente de emoción ayuda a discutir diferencias y similitudes entre juegos. En este sentido nos preguntamos si el azar, el vértigo la simulación, la competencia pueden ser interpretados como el núcleo generador de la emoción buscada.

Si bien el conjunto de variables analizado contribuye a identificar diferenciando la forma de juego, hay una que, por su singularidad, remite a su carácter propiamente dicho. Es cuando decimos, prima facie, ese es un juego violento o suave, bullicioso o tranquilo, cooperativo o competitivo, racional o irracional. Obviamente se trata del rasco más lábil y el más sensible a la idiosincrasia de los involucrados

Asi como la categoría forma orienta al análisis comparativo de similitudes y diferencias en el proceso de producción/reproducción de juegos en la escuela, la de modo lace lo propio respecto de si quien participa de un juego vive como tal o no. Hay un modo de participar de una actividad signada como juego y que este puede ser lúdico o no lúdico. Obliga a poner entre paréntesis la sempiterna discusión acerca de si, vista desde afuera tal actividad amerita llamarse juego o no.

A diferencia de la forma, el MODO es de índole mas cualitativa, asi como circunstancial y labil, menos sumiso a los designios del ojo clasificador de un observador externo. El termino MODO remite a la manera especial de ser o hacer una cosa.

En esta propuesta se denomina modo a la manera particular de acoplarse a una actividad lúdica. Esta genera los siguientes supuestos:

- Si bien modo es la manera de participar de un juego, no se trata de una manera cualquiera sino de aquella que expresa intencionalidad por parte del jugador. El modo se emparenta con la actitud, supone cierto grado

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