Reseña “El gran mural”

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realidad de que “quien más trabaja es quien menos tiene”, y afirmamos esto pues desgraciadamente hasta nuestros tiempos estas prácticas siguen vigentes, el fasismo reprime a las clases bajas mientras el capitalismo se encarga de llevarse la riqueza y corromperla, se aprecia la corrupción en su máximo esplendor. Se ve la lucha de clases donde los que más tienen con el paso del tiempo generan aún más y los pobres cada día aumentan sus carencias. En mi opinión este fue el más real y crudo de todos los murales que podemos admirar dentro de esta exposición.

Si somos sensibles ante lo que nuestro país ha vivido a lo largo de las décadas sabremos sentir lo que este mural en general nos quería expresar, ¡nuestro México no puede gritar, su pueblo sí!.

“El Mercado de Tlatelolco”

Otra de estos grandes murales que realizó Diego Rivera, es el llamado “Mercado de Tlatelolco” una maravillosa obra que expresa la vida de mercado que se vivía en ese tiempo. Si recordamos durante esa época estaban las ya habituales transacciones a través del trueque, es decir donde se comercializaba e intercambiaba todo tipo de mercancías.  Diego plasmo ésta actividad con varios ejemplos, podemos ver a una mujer cambiando maíz por frijoles, lo cual nos muestra la esencia de esta práctica, alguna otra cambiando tortillas o haciendo tratos con otros comerciantes.  También se puede observar a un grupo de hombres y mujeres entregados a su trabajo, seguramente con cansancio o calor, llevando grandes cargamentos de lo que aparentemente son telas.

En el mercado todos se encuentran bajo la supervisión de un hombre que por esta ocasión le llamaremos “líder”, él se encarga de verificar que todos los intercambios se realicen de manera correcta, y equitativa. Además de agilizar la comercialización y encargarse de mantener el orden.

A lo lejos se encuentran dos altares, dedicados a los dioses de ese tiempo; uno a Tlaloc, dios del agua y la lluvia, y otro a Quetzalcóatl, dios del viento.

Algo que llamó mi atención fue observar y poder llegar a la conclusión de que durante esa época los tatuajes y deformaciones corporales eran sinónimo de belleza, en mi opinión un idea bastante inusual pero que representa parte de su cultura. Para representar esto Diego Rivera plasmó a una mujer que por el gesto de su rostro se sabe que es guapa, ella viste un vestido que levanta suavemente con sus manos para dejar ver sus no muy pequeños tatuajes en sus pies, pierna y pantorrilla. Junto a ella observamos a un guerrero que en una mano sostiene su espada y en la otra un brazo, sí un brazo que muestra a la chica, quiero creer que como símbolo de hombría y valentía, pues en ese tiempo cuando un guerrero lograba asesinar a su enemigo en una batalla era “atractivo” antes los ojos femeninos.

Esta escena me pareció bastante interesante, considero que el autor logró dar una imagen de lo que era una conquista, y aunque en estos tiempos resultaría extraño creo que durante esos años era romántico.  

Sabemos que este mercado fue el más famoso e importante de la región, posiblemente de todo Mesoamérica por eso puedo afirmar que dicho mural va más allá de una obra de arte, es además una historia  que nos permite conocer a través de imágenes lo que ocurría en nuestro país