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Violencia en el transporte Publico

Enviado por   •  25 de Noviembre de 2018  •  3.178 Palabras (13 Páginas)  •  241 Visitas

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¿Es normal responder a la violencia con silencio?, con bloqueo de nuestro cuerpo y voz. Nos han enseñado a “no meternos en la vida del otro” a callar cuando son temas que no, nos competen, hacer silencio cuando se ve algo incómodo, desde la infancia respondemos a la violencia con silencio.

Violencia e identidad.

La violencia tiene carácter intencional, siempre busca conseguir algo a través de los actos agresivos lo que sin duda pasa a ser una estrategia en el ámbito social. En este punto rescato la perspectiva de Martin Baro que habla sobre su aspecto histórico, las características y actos de violencia hay que llevarlos al marco interpersonal de los individuos, teniendo atención en la identidad social que construyen los agresores y las víctimas. (Baro 2003)[3]

Quiero decir que tanto el agresor como las víctimas acogen roles para darle identidad a su figura en las relaciones sociales. ¿Quién soy yo? ¿Cuál es mi rol en la sociedad? Que aunque me resulta perverso enunciarlo estamos expuestos a escoger entre ser agresores o víctimas (en ciertos casos de problemas socioeconómicos y de condiciones de mucha mendicidad en su gran mayoría el individuo tiende a tener el rol de la víctima), para legitimarnos en el campo de las relaciones sociales. Para conocer el motivo y las razones de elegir el rol de agresor debemos tener en cuenta el discurso de los agresores y para reconocer los daños, el discurso de las víctimas.

Conclusión:

Como individuos tenemos roles en la sociedad y en cada relación con el otro escogemos nuestra postura de víctima o victimario. No puede haber acto de violencia sin una víctima que lo permita ya sea por sumisión, por miedo o sometimiento o porque quiere construir una identidad incluso en la inferioridad de las relaciones.

Violencia cotidiana

La violencia cotidiana es un acto de agresividad que se nos escapa de las manos y es tan perversa que incluso existen ocasiones donde la víctima se siente culpable de lo sucedido. “Es la que te ciega y te amenaza, la que te empequeñece y te bloquea” (Ruiz 20012).

Es una violencia que se alimenta del silencio, del bloqueo corporal y la duda del individuo de su identidad, por eso debemos de estar con los sentidos bien abiertos y estar en contacto con nuestro campo sensible. Porque el cuerpo da señales de aviso, de peligro y amenazas, hay que desarrollar las funciones biológicas, psicológicas y sociales, para poder detectar las ocasiones en las que es mejor defenderse, retirarse o quedarse mirando cómo se va degradando la autoestima del otro.

Esa forma de violencia merece atención. Porque tiene efectos devastadores, aquí no se asesina a las personas en el plano físico, pero si se asesinan sus ideas, su integridad, su tiempo, su espacio, su identidad.

Cuando alguien se rebela ante esta violencia es tachado de ser “muy sensible” pero quien se ha puesto a pensar en los motivos de esa persona al sentirse ultrajado o humillado. Si lo hiciéramos, comprendiéramos muchas cosas que a veces se nos pasan de largo, posiblemente por esa inercia en la que caen las relaciones cotidianas cuando, más que estables, se vuelven rígidas.

“La falta de equidad en las relaciones, los abusos de poder, los chantajes y las manipulaciones, generan un estado de tensión, de rabia y de frustración en las relaciones”[4]

En esta cita trato no solo de enfocarme en la víctima sino también en la persona que ejerce la práctica violenta. Porque no tener los límites claros frente a los otros es una fuente de angustia que puede ser exasperante y que, como un círculo vicioso, produce actitudes violentas al no ser canalizados los impulsos.

Conclusión:

Debemos estar muy atentos a estas formas de relacionarnos, que las venimos trayendo a cuestas desde el ámbito doméstico, pero que se develan cuando nos encontramos con el otro en espacios públicos donde indirectamente nos estamos relacionando, y donde ejercemos poder con el otro para conseguir un puesto, un espacio más privilegiado o simplemente porque en ese momento tuvimos un mal día y el otro nos fastidia y ejercemos fuerza contra la otra persona, con sutileza vamos creando una violencia de tránsito, de movimiento.

Violencia que en pro de su transitoriedad se vuelve invisible, poco pronunciada y demandada por la persona que recibe la agresión y más aún para las personas de los alrededores que observan.

Proceso de entrevistas.

A lo largo de la semana del 23 de febrero al 7 de Marzo realice unas entrevistas sobre cuatro preguntas puntales en relación a la violencia que se genera dentro del transporte público masivo, más conocido como metro vía a personas que usan de manera habitual, en cada una obtuve diferentes respuestas y miradas y sensaciones según su género, lugar de nacimiento y también por las paradas y terminales que usan. Las cuatro preguntas fueron:

- ¿Ha observado prácticas o actos violentos dentro de la metro vía? ¿Qué ha hecho?

- ¿Qué considera como un acto violento?

- ¿Qué le ocurre a usted cuando observa violencia en la metro vía?

- ¿Se considera un ciudadano activo o pasivo?

Ficha de registro y apuntes para entrevistas

Usuario #1

Nombres:

Andrea Freire

Edad:

28 años

Sexo:

Indeterminado

Fecha:

23 de Febrero

Paradas o terminales que frecuenta:

- El correo

- Plaza de artes

- Hospital del IEES

Se ha sentido violentado en la metro vía:

SI

Observaciones :

Frases del entrevistado

- Dinámicas de masividad

- Estado de sonambulismo

- Actitud hostil

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