Ensayo sobre la biografía de Gregorio Condori Mamani

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El malestar del indio reflejado aún en nuestra sociedad contemporánea

Vemos en la autobiografía de Gregorio una constante batalla. Una lucha por vivir dentro de un cambio radical, social y cognitivo. Un superviviente resignado al dolor y a la falta de una aspiración mayor que la de trabajar para el mejor patrón.

Es sabido que el carácter del indio es triste, melancólico y en un constante conformismo. Y quizás eso sea un cliché ya agotado, en donde el indio siempre va a sufrir el yugo del colonizador, del Misti, del capataz. Y quizás al igual que el Pongo de Arguedas, habría que no solo saber contar nuestro sueño, sino convertir este sueño en realidad, el sueño de ser libres, no solo libre de la injusticia y el racismo. Sino también de las limitaciones que no sólo nos imponen, sobre todo de las que nos imponemos. Porque a pesar de que no somos Gregorio Condori Mamani, aún llevamos el peso de la aceptación y la resignación colectiva, ese peso del sufrimiento que padecemos junto con él.

El hecho de ser peruanos, no muy alejados de los tiempos de Gregorio y aceptar nuestro condicionamiento con esta herencia marginal, no nos obliga a creer al igual que él, que nuestro destino no tiene rumbo. Y que sólo nos queda resignarnos a aceptar lo mejor que podamos encontrar en nuestro camino. Que no podemos aspirar a la gloria, que esta gloria esta solamente reservada para aquellos que nacieron en cuna de oro.

Es hora de aliviar la carga de Gregorio; tenemos la responsabilidad de asumir nuestra labor como una forma de traducir el silencio y sufrimiento que siempre han sido las voces de nuestros ancestros, y generar en esta traducción una horizontalidad con el conocimiento occidental moderno.

El hecho que hayamos nacido donde nos ha tocado nacer; en esta tierra de dolor, de runas y cargadores. En donde siempre ha habido una mirada de inferioridad para nuestra gente. No significa que nazcamos también nosotros bajo esa inferioridad.

No hemos nacido en el tiempo de Gregorio. Gracias a su historia y a muchas más, hemos sabido el valor del hombre andino, la cosmovisión y la autenticidad de su cultura. Y es el momento de buscar nuestra propia autenticidad, de saber ser nuestros propios cargadores, y saber cargar con el peso de esta responsabilidad. Muchos somos “Waqcha” al igual que Gregorio, muchos nacemos con grandes pesos y dificultades por el simple hecho de ser peruanos, y quizás, esa sea una de nuestras mayores ventajas, de esta manera aprenderemos el valor de luchar por lo que queremos, y superar estos obstáculos. Pero tenemos que saber cuál va a ser la carga que nos pondremos sobre los hombros, aprender a superarnos y no conformarnos con solamente ser “peruanos”.

Somos humanos, y como dice Cesar Vallejo, somos “hombres humanos”, y esa reiteración nos señala la responsabilidad de nuestra causa. Que no sólo el hecho de nacer nos hace humanos, tenemos que forjar nuestro propio camino, a pesar de cómo, muy bien dijo Vallejo, el dolor crezca en el mundo