Preparatoria Nº1 “Colegio Civil” Un Cuento de Amor y Suspenso
Enviado por Helena • 12 de Diciembre de 2018 • 1.701 Palabras (7 Páginas) • 464 Visitas
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Mi nombre es Alfredo y esta es mi historia.
Mi aportación diaria para el mundo es vender productos médicos a farmacias del área metropolitana de Monterrey, soy de esas personas que no se dan cuenta que han envejecido sino es que se miran al espejo y ven como sin ser invierno, su cabello se ha teñido de blanco. Me case con Elena, una mujer que llego a mi vida el día en que mi padre murió, pero tiempo después comenzaron los problemas, me di cuenta que lo que decía sentir por ella ya se había desvanecido, dentro de mí, solo me había enamorado de una persona, y su nombre era Bertha Esquivel. Tengo dos hijos, Alejandro quien es el mayor y Amelia quien significo el darme cuenta que si seguía con ellos terminaría por lastimarlos.
Bertha apareció un día de abril, para ser exactos un lunes 11 de abril, yo tenía que llevar unos medicamentos a una farmacia cercana a mi casa, ya era muy noche y llovía mucho, resulto que la encargada de la farmacia era ella, hablamos, la invite a cenar y cuando terminamos y estaba por dejarla en su casa, ocurrió a lo que yo llamaría “lujuria o pecado”[..] sinceramente no me arrepentí, ella era el amor de mi vida, afortunadamente tuvo un hijo mío al que llame Alberto, Elena al darse cuenta solicito y obtuvo el divorcio, acepte los tratados de entregar dinero a los niños hasta cumplir la mayoría de edad y me quede viviendo con Bertha y mi hijo Alberto.
Pasaron los otoños, inviernos y primaveras en un abrir y cerrar de ojos, vi a mis hijos graduarse y formar de poco a poco sus vidas, hasta que de pronto me diagnosticaron cáncer en la próstata, el tratamiento era costoso, pero Alberto se comprometió a ayudarme. Llego el día de aplicarme la primera dosis, estaba nervioso, me aplicaron la inyección, se nublo mi vista y no supe mas de mi.
-¿Dónde estoy? ¿Sigo aquí todavía?- me pregunte en el subconsciente, un voz a lo lejos me sorprendió con una afirmación y mientras yo miraba y daba vueltas alrededor para reconocer el lugar, un hombre se me acerco.
-¿Eres Alfredo?- me pregunto.
-Si- le respondí forzosamente, en ese momento me temblaban las manos y sentía un frio inmenso, como si en pleno invierno saliera a pasear con ropa de verano-
-Hoy es el día, esperaste en esta gran fila por dos años, perdón por la tardanza pero no eres el único que muere en este mundo.
-¿Entonces estoy muerto? ¿Como es eso posible? Tengo hijos y quisiera verlos crecer un poco mas- le dije a ese hombre mientras caminábamos por un largo pasillo, en donde al fondo había una luz que casi me dejaba ciego.
-Créeme, he escuchado ese argumento durante muchos años, mejor espera y solo sigue las ordenes del señor con quien te voy a llevar.
Fue un largo camino, por alguna razón no me sentía agotado ni cansado por caminar ese largo periodo, ahí fue donde me di cuenta que en verdad estaba muerto. Al final del pasillo había una puerta, se abrió inmediatamente cuando nos posamos frente a ella.
-¿Ese sujeto es el que se hace llamar Alfredo?- pregunto una voz muy grave que provenía de la parte superior de la habitación, en la mayor parte de esta, solo había humo y gas blanco, estaba vacía y no era muy visible
-SI señor, soy yo-le respondí al interrogatorio mientras veía como el hombre que me había guiado, salía y nos dejaba solos para conversar en privado.
-¿Si sabes que te encuentras en el periodo de vida o muerte?
-¿Periodo de vida o muerte? ¿Qué es eso?
-En estos momentos estas en una camilla de hospital, completamente dormido, pero aun respirando. Fuiste muy malo en tu vida, traicionaste a tu primera mujer dejándote llevar por la lujuria, el placer y lo ocurrido en el pasado
-Si lose, pero ¿Cómo fue que termine aquí? Lo último que recuerdo fue que me aplicarían el tratamiento para controlar mi cáncer
-Evidentemente algo salió mal, te encuentras en coma desde hace meses y tus familiares en problemas legales, tienes una familia muy envidiosa…pero bueno, que podría esperar de alguien como tu-
-Señor, me arrepiento... ¿me da una segunda oportunidad?- le pregunte mientras inclinaba la visión hacia arriba buscando al alma con quien estaba conversando.
Después de esa pregunta, se escucho un profundo silencio, nadie murmuraba, nadie hablaba, era mucho más silencioso que cualquier otra cosa existente.
-Hay millones de solicitudes para esa llamada “segunda oportunidad” pero la tuya llamó mi atención, detén a tu ex esposa, piensa en matar a tu hijo para ganar el caso, contare hasta tres y despertaras, uno….dos…tres.
Mis ojos se abrieron, estaba una enfermera junto a mí, esa misma corrió a llamar al doctor y el vino inmediatamente, localizaron a mis familiares y en un par de horas se encontraban ahí, todos menos uno, al parecer desperté muy tarde y Elena ya había asesinado a Alberto, al enterarme supe inmediatamente que era ella y mande llamar a los oficiales para que investigaron el caso.
De pronto mi cáncer se había curado, hable con mis hijos y me disculpe con ellos.
A veces necesitas una segunda oportunidad para vivir y darte cuenta de los errores que has cometido.
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