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Trabajo practico de literatura Agua muerta

Enviado por   •  28 de Abril de 2018  •  1.033 Palabras (5 Páginas)  •  449 Visitas

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Llegué en unas horas solamente, el viaje fue rápido por suerte, me asenté en un hotel pero el dueño no estaba, entonces decidí sentarme a esperarlo. Había una bibloteca al lado mío con un par de libros manoteados pero llenos de polvo. Y uno un poco con menos polvo me volvió a llamar la atención como aquella noticia de Carmen, era un manuscrito científico, explicando el fallido caso de salvar la vida un niño con transplantes de piel. Era corto así que decidí leerlo. Al terminar escucha una voz gruesa pero a la vez llena de angustia, era el dueño del hotel. Entonces pensé que suerte la mía, y después descubrí que la suerte era solamente mía, ya que el dueño era el padre de Carmen. Laborde se llamaba, comenzó a contarme lo sucedido con Carmen, donde un chico enamorado de ella la secuestró y la llevó a una isla. Entonces aquí viene mi confusión y le dije –Y si saben donde está la chica, ¿Por qué no van a buscarla?-. No recibí respuesta. Ni un suspiro. Después de unos minutos de quedarme mirándolo como un nene perdido en los ojos de un juguete nuevo, me contesta –Mi hija esta bien, no le ha hecho nada. Si vamos a buscarla, no se que es capaz de hacerle.-. Sorprendido por su respuesta decidí buscar ayuda para ir a rescatarla y que el pobre Laborde esté con su hija de vuelta. Otra vez no volví a recibir respuesta, así que decidí ir solo con un bote. Con el lento traslado hacia la isla, llegué después unos 20 minutos. Al llegar veo una chica, joven, ojos claros y linda, no dudé de quien era. Pero había algo raro en ella. Algo extraño. Su sonrisa. Estaba feliz. ¿Feliz?, ¿De que?, la secuestraron, o al menos eso creí. Ella tenía algo en su mano. Un anillo en su dedo anular, al verlo quedé helado. Como si hubiese muerto por 5 segundos, no pude reaccionar. Mi cuerpo dejó de funcionar al verla sosteniendo un brazo con costras verdes y un anillo en el dedo idéntico al de ella. Sus proximas palabras se convirtieron en el motivo por el cual me arrepentí de haber ido, de querer hacerme el Sherlock Holmes y resolver el caso de la niña de ojos claros, joven y linda. Abrió su boca, señala el brazo, sonrió y dijo –Mi marido-.

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