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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA DE LAS FUERZAS ARMADAS.

Enviado por   •  31 de Marzo de 2018  •  6.689 Palabras (27 Páginas)  •  488 Visitas

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Análisis:

El manifiesto de Cartagena fue uno de los documentos políticos escrito por Bolívar, donde claramente expresa, la situación en la que se encontraba Venezuela, señalando la pérdida que pudiera representar el poder y la fuerza de un pueblo. En el analiza, las causas que contribuyeron a la caída de la república.

Primero: La naturaleza de su constitución, que era contraria a sus intereses como favorables a los de sus contrarios, criticando en él un gobierno federalista, el cual era un sistema perfecto pero no oportuno establecerlo para aquel entonces. Siendo su idea principal un Gobierno centralista.

Segundo: El Espíritu de filantropía que se apodero de nuestros gobernantes, mostrando que el ser tolerante; aceptando cualquier opinión proveniente de los gobernantes generaba posibles traiciones.

Tercero: La insurrección de Coro que fue menospreciada por la provincia de Caracas, y no la sometió al principio cuando podía hacerlo; y cuando quiso hacerlo era demasiado tarde.

La oposición al establecimiento de un cuerpo militar bien entrenado que solventase la república.

La influencia religiosa, alude al terremoto, que engendro una fuerza de superstición por considerarse castigo de Dios por revelarse al Rey.

La segunda sección propone abrir una campaña sobre Venezuela y exhorta acerca de la unión de ella y Nueva Granada para el logro de la libertad de ambos Países; esta parte encontró sincero y entusiasta apoyo.

Animando a la población de Nueva Granda a actuar a favor de la libertad de Caracas y dando las razones que él consideraba que hacia factible la conquista de Caracas, arengando a la Ciudad a no desoír el Clamor de Caracas.

DECRETO DE GUERRA A MUERTE

Célebre documento dictado por Simón Bolívar y dado a conocer en la ciudad de Trujillo, el 15 de junio de 1813. La Proclama de guerra a muerte, fue la respuesta de Bolívar ante los numerosos crímenes perpetrados por Domingo de Monteverde, Francisco Cervériz, Antonio Zuazola, Pascual Martínez, Lorenzo Fernández de la Hoz, José Yánez, Francisco Rosete y otros jefes realistas luego de la caída de la Primera República. La matanza de los republicanos por parte de los jefes españoles llegó a extremos tales de provocar el rechazo de personajes adictos a la causa monárquica. Uno de ellos fue el abogado fue el abogado Francisco de Heredia, oidor y regente de la Real Audiencia de Caracas, quien pidió en distintas formas que cesaran las ejecuciones, lo cual no sucedió. Según el testimonio del propio Heredia relatado en sus Memorias, un fraile capuchino de las misiones de Apure que actuaba como uno de los partidarios de Monteverde, exhortó en una ocasión «... en alta voz a los soldados, de siete años arriba, no dejasen vivo a nadie...» Bolívar en su Campaña Libertadora de 1813 recibió información de la consumación de hechos como el relatado por Heredia, lo que le llevó a expresar el 8 de junio en Mérida: «Nuestro odio será implacable y la guerra será a muerte».

Al pronunciamiento de Bolívar del 8 de junio siguió la proclama el 15 de junio en Trujillo del Decreto a muerte el cual termina de la manera siguiente: «...Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de Venezuela. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables». En una primera instancia esta manifestación fue considerada por Bolívar como ley fundamental de la República, que luego ampliaría y ratificaría en el cuartel general de Puerto Cabello, mediante una proclama del 6 de septiembre del mismo año 1813, acto que según algunos historiadores puede ser considerado como un «Segundo Decreto de Guerra a Muerte». Posteriormente, cuando en el segundo semestre de 1813 aparecen en escena José Tomás Boves y Francisco Tomás Morales, la matanza se hace más intensa por parte de los realistas y la respuesta de los republicanos es radicalizar la aplicación de la «guerra a muerte». Derivado de esto se produjo la ejecución de los presos españoles y canarios de Caracas y La Guaira ordenada por Bolívar en febrero de 1814. En este último año la «guerra a muerte» se recrudece, perdiéndose numerosas vidas de ambos bandos. Asimismo, es en este contexto de destrucción en el que cae la Segunda República.

Entre los años 1815, 1816 y 1817 la «guerra a muerte» se extiende a la Nueva Granada, en donde el general Pablo Morillo la ejecuta con la mayor crueldad. Entre las numerosas víctimas de Morillo se pueden destacar el científico Francisco José de Caldas, los estadistas neogranadinos Camilo Torres y Manuel Rodríguez Torices y los patriotas venezolanos Andrés Linares y Francisco José García de Hevia. A pesar de haber sido Bolívar el autor del decreto de guerra sin cuartel, en varias ocasiones consideró la posibilidad de la derogación de dicho instrumento. En tal sentido, en su proclama de Ocumare del 6 de julio de 1816, expresó que: «...La guerra a muerte que nos han hecho nuestros enemigos cesará por nuestra parte: perdonamos a los que se rindan, aunque sean españoles. Ningún español sufrirá la muerte fuera del campo de batalla»; lo cual obviamente buscaba humanizar la contienda militar. Finalmente, el 26 de noviembre de 1820 se celebró en Trujillo, en el mismo lugar donde se proclamó la «guerra a muerte», el Tratado de Regularización de la Guerra, el cual derogaba el decreto de 1813.

Análisis:

Dicho decreto es establecido por la gran matanza producida por el ejército realista, en este Bolívar expresa: que españoles y canarios cuenten con la muerte sean o no sean culpables si no están dispuestos a colaborar con la liberación de la patria y que los americanos contasen con la vida aun cuando fuesen culpables. Debido a este decreto las muertes se incrementan de ambos gobiernos; a pesar de haber sido Bolívar el emisor del decreto hace la siguiente enmienda:

La guerra a muerte que nos han hecho nuestros enemigos cesará por nuestra parte: perdonamos a los que se rindan, aunque sean españoles. Ningún español sufrirá la muerte fuera del campo de batalla.

LA CARTA DE JAMAICA

Documento que Simón Bolívar escribió en Kingston el 6 de septiembre de 1815 , y el cual estaba dirigido a un inglés quien se presume pudo haber sido Henry Cullen, súbdito británico, residenciado en Falmouth, cerca de Montego Bay, en la costa norte de Jamaica. La edición en inglés de dicha carta tuvo el título de A friend y en castellano, Un caballero de

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