Cuento- deporte, arte y recreacion

Todo comenzó una mañana cuando mis amigos Samuel, Lara, Antonia y Juanchito hicieron un llamado a la puerta de mi casa para invitarme al parque Club 10 de la ciudad.

 Estábamos en temporada de vacaciones así que era frecuente que saliéramos a jugar en los alrededores de la cuadra donde vivíamos, pero esta vez la invitación a jugar era en el parque mas grande de la ciudad. Por nuestra edad debíamos ir con adulto responsable porque era muy retirado de nuestras casas así que la mama de Lara se ofreció a acompañarnos y ya todos contaban con el permiso de sus padres excepto yo.

Lo habíamos planeado todo para que mis papás me dieran el permiso, ese día me levante muy temprano, ordene mi habitación, alimente y cambie el arenero al gato, hice todas las tareas puestas por mama para ayudar con el orden de casa y estaba a espera de la llegada de mis amigos.

Alrededor de las 11 am llegaron, bajé corriendo las escalas de la segunda planta de mi casa y les abrí la puerta. Todos entraron de inmediato, la mama de Lara comenzó a hablar con mama para que me dejara ir y mi mama de inmediato dio su consentimiento, con lo que no contábamos era la tertulia que comenzarían las dos mamás.

 Estábamos muy ansiosos por llegar a jugar, nos imaginábamos correteando por todo el parque:

 Samuel y Juanchito tenían una apuesta de una carrera en la pista de obstáculos y el perdedor tendría que cargar la maleta del otro por una semana en el colegio, Lara quería subir al pasamanos y practicar las piruetas que había aprendido en el parque del barrio, lo divertido y tenebroso de esto era que el pasamanos del parque club era dos veces más grande que el del barrio. [pic 2]

Antonia era amante a la velocidad así que tenía ansias locas de tirarse por el gran tobogán morado del que todos los compañeros del salón de clase hablaban.

Lara y yo queríamos montar en los columpios para imaginar que estábamos volando…

Todos queríamos jugar al ladrón y policía en el gran parque porque los compañeros de clase que ya habían visitado el lugar decían que era enorme y seguro para correr. Nosotros no parábamos de imaginar todas las actividades y juegos que podríamos hacer una vez que estuviéramos allá.

Había pasado una hora y media y la mamá de Lara no paraba de hablar con mamá y cada vez parecían estar mas a gusto con su conversación, ¡hasta tomaron café!

Para no perder el ánimo continuábamos planeando nuestros juegos, pero un estruendo fuerte nos llamó la atención, de inmediato nos asomamos por la ventana de la sala de mi casa y ¡WOWWW! Para nuestra sorpresa y desgracia había comenzado a llover fuertemente.

De inmediato avisamos a la mamá de Lara y su respuesta fue que ya no podríamos ir a visitar el parque debido a la fuerte lluvia. Te imaginaras nuestra tristeza al saber que todo lo que habíamos planeado durante una semana se fue a la borda y que ya no podríamos presumir en el colegio que habíamos visitado el gran parque.