Ensayo y cuestionario de la Película Ratatouille

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Remy es una rata con un oscuro deseo: convertirse en chef. Ante la oposición de su familia cuya única preocupación vital es no acercarse a los humanos, Remy deambula, juguetea y experimente con alimentos, espacios y recetas poco apropiados para un roedor. Su atrevimiento y una desgracia le llevan al subsuelo de París, justo bajo uno de los otrora mejores restaurantes del mundo. A partir de un cúmulo de divertidas situaciones y casualidades Remy acaba en la cocina del restaurante haciendo sus pinitos culinarios con la complicidad de Lingüini, un pinche de cocina con un interesante pasado. Enfrentándose a diario al peligro que supone ser descubierto dado el grave perjuicio que conllevaría encontrar una rata entre los fogones de un restaurante de alta cocina. Ratatouille, Remy y otros personajes de la película reflejan como nadie muchos de los principios básicos que debe poseer un emprendedor exitoso.

- No hay reglas inquebrantables. Que una rata pueda cocinar en un restaurante de alta cocina, o incluso en el mayor tugurio que te puedas imaginar, es una quimera. Pero en ciertos momentos -quizá no tan lejanos-, que una mujer forme parte importante del equipo de un chef de renombre, y no digamos ya que llegue a convertirse en chef, no es menos quimérico.

- Todo el mundo puede cocinar. Este es el lema de Auguste Gusteau, el chef que da nombre al restaurante y que transmite en sus libros de recetas que cualquiera puede cocinar un buen plato con los ingredientes oportunos y la formación adecuada.

Queda claro ¿no? Será difícil, seguro que lo será, de lo contrario no tendría valor. Pero puedes hacerlo, seguro que puedes. De hecho, cualquiera puede hacerlo, cualquiera puede cocinar.

- Las críticas confirman el buen camino. Uno de mis personajes preferidos de Ratatouille es Antón Ego, un temido y estirado crítico gastronómico que es capaz de cerrar un restaurante con su pluma. Su aspecto amargado, su porte autoritario y su desprecio por la raza humana se ven alterados por el descubrimiento de que detrás de una de sus pocas críticas positivas se encuentra un roedor con un gusto exquisito por la cocina.

- No hay nada imposible. Metafóricamente, desde el punto de vista de una rata debe ser muy difícil siquiera pensar en acercarse a un humano, y no digamos entablar una amistad, o llegar a interactuar con él. Pero Remy no se plantea el problema ya que es necesario para alcanzar su sueño. Simplemente se centra en su objetivo y lo persigue, a partir de ahí, va resolviendo todas las dificultades que le salen al paso.